El Sostén del BCE.
Si el BCE cierra el grifo, adiós a un 17% del beneficio anual de nuestra banca
@S. McCoy - 18/11/2010
El Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España siempre ofrece un repertorio de perlas para el recuerdo que son susceptibles de un análisis detallado. Aún a riesgo de dejarme joyas por el camino, destacaré del publicado en octubre de este año dos:
1.
Página 38, sobre depósitos: “en el caso de las entidades que han recibido fondos públicos del FROB, se habrá de actuar con especial prudencia a la hora de acometer las estrategias de captación de depósitos minoristas precisamente por el apoyo de los fondos públicos recibido, y acelerar la máximo la culminación de sus planes de integración y restructuración”. Una obviedad dado el coste anual del 7,75% que tiene la ayuda administrativa y cuyo pago exige mucha disciplina en un entorno de margen de intereses a la baja y provisiones al alza. No olvidemos, además, que tiene vencimiento, hay que repagarla. Pues bien, ¿saben por dónde se pasan las instituciones aludidas las recomendaciones del supervisor?... Exactamente. Vayan si no a las novedades que cada semana recoge nuestro Blog de Finanzas Personales y me cuentan. Cajastur 5%, CCM 4%, Caixa Laietana 5,90% sólo esta semana, eso sí, con las particulares características que en dicho post se advierten. En fin, pobre MAFO, voz que clama en el desierto. Prepárense para la recapitalización pública de parte del sistema ante la imposibilidad matemática de poder satisfacer al Estado el pago del cupón y la devolución del principal en una coyuntura como la actual. Irlanda está lejos, pero no tanto.
2.
Página 33, sobre financiación mayorista: “las emisiones realizadas en los últimos meses, con variaciones entre ellas, se han colocado con diferenciales elevados en relación con los que eran habituales en el pasado. La vinculación que existe entre el diferencial de la deuda soberana y la prima de riesgo que los mercados exigen a las emisiones de las entidades implica que el primero tiende a actuar como un suelo. Esto supone para las entidades españolas mayores tipos en sus emisiones en comparación con los que asumen entidades de países en los que los diferenciales soberanos se han mantenido más moderados, y ello con independencia de la situación concreta de cada entidad”. Una perogrullada de la que sólo pueden escapar las firmas bancarias con fuerte exposición internacional... y aún así: es la rentabilidad de la deuda del tesoro, como teórico activo libre de riesgo, la que marca el mínimo de coste de financiación mayorista de la banca. En la medida en que aquella sube, éste se encarece. Eso sin tener en cuenta el añadido que supone el riesgo intrínseco de cada entidad.
Pues bien, centrémonos en esta última afirmación y planteemos el ejercicio teórico de qué le pasaría a la banca española si se viera privada de la financiación preferencial del BCE al 1%. Hagámoslo bajo el paraguas de las siguientes hipótesis de partida:
1.
Apertura de los mercados que permiten a las instituciones financieras españolas suplir recursos procedentes del BCE por fondos procedentes del mercado.
2.
Equivalencia de importe nominal entre la demanda actual al banco central y la futura a obtener a través de las correspondientes emisiones de deuda.
3.
Cumplimiento con la recomendación del Banco de España, recogida en la página 34: “las entidades deben prestar atención a la refinanciación, alargando los plazos de los vencimientos en la medida en la que las condiciones de los mercados lo permitan”. Aún así, recogemos el escenario de plazo equivalente al actual de 12 meses, que no es exacto pero sí orientativo.
4.
Estimación del nuevo coste como la suma de la tasa libre de riesgo (mid swap europeo a 1, 3 y 5 años) más diferencial mínimo a aplicar (spread con Alemania a los mismos plazos ajustado por los seguros de crédito, que es cómo cotizan los traders las emisiones). Estamos hablando de 3,46% a un año (1,66+1,80), 3,90% a tres años (2,00+1,90) y 4,60% a cinco años (2,40+2,20) como rentabilidad mínima que demandarían los inversores a emisores puramente domésticos (salvedad ésta importante).
Bien, volvamos ahora a los datos contenidos tanto en el Informe de Estabilidad del Banco de España como en su Boletín Estadístico.
1.
página 31, “el recurso a la liquidez del Eurosistema sigue representando un porcentaje reducido dentro del balance consolidado de las entidades españolas (2,5% a septiembre de 2010)”. Estamos hablando de acuerdo con el estado contable agregado de la página 20 de 96.500 millones de euros.
2.
aumento mínimo del coste anual para cada uno, tres y cinco años (resultado de restar a los retornos anteriormente calculados el 1% que las instituciones financieras pagan actualmente al BCE), 2,46%-2,90% y 3,60% respectivamente.
3.
impacto dinerario anual del cambio de la fuente de aprovisionamiento de recursos financieros, producto de la multiplicación de la cantidad viva por el incremento de coste (en números redondos): 2.350-2.800 y 3.500 millones de euros. Suponiendo una distribución igual entre los tres plazos, estamos hablando de 2.900 millones de euros al año de mayor dispendio por intereses a realizar.
4.
beneficio neto consolidado de la banca española en 2009, página 35 del Informe de Estabilidad Financiera de marzo de este año, 20.000 millones de euros. Si extrapolamos la caída del 16% que se había producido hasta junio al conjunto de 2010, página 33 del documento de octubre, dicha cuantía se reducirá este ejercicio, grosso modo, a 17.000 millones de euros.
5.
acotemos ahora el espectro a las fichas bancarias exclusivamente domésticas, directamente afectadas por el cambio de estructura de pasivo. Para ellas, el Boletín Estadístico del Banco de España reconoce un beneficio agregado 2009 de 12.956 millones de euros. Junio contra junio, se ha producido una caída del 33% que, extrapolada a diciembre de 2010, situaría el estimado final en 8.700 millones de euros.
Ceteris paribus y en lo que supone un ejercicio de excesiva simplificación, el impacto del cierre del grifo de financiación al 1% por parte del Banco Central Europeo y su sustitución, de existir, por financiación mayorista en los mercados financieros supondría, a día de hoy, un impacto mínimo del 17% (2.900 entre 17.000) para el beneficio neto consolidado del sector y de un 33% (2.900 entre 8.700) si limitáramos el efecto al negocio exclusivamente español. A ello habría que sumar o restar el precio atribuido por el mercado en función de las particularidades de cada emisor. Tómenlo por tanto más como un dato conservador que exagerado. Cuidado, por tanto, con sacar pecho antes de tiempo. Es verdad que España no es ni Grecia ni Irlanda. Pero no es menos cierto que las amenazas latentes siguen ahí. Ésta es, sin duda, una de ellas.
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