Mil razones para ganar la Davis
Disfruten, pero no se mal acostumbren. El deporte español ha conquistado tal ingente cantidad de éxitos en la última década que algo extraordinario se ha convertido en un bonito hábito que parece pan comido, cuando la realidad es bien distinta: llegar hasta aquí es inmensamente difícil y está al alcance de muy pocos. La Armada afronta una de las eliminatorias más trascendentes de su historia.España y Argentina disputan la final de la Copa Davis, un título que el equipo nacional ha conquistado en cuatro ocasiones (2000, 2004, 2008 y 2009), y que de ganar en el 2011 le colocaría a la altura de la mítica selección de Suecia liderada por Wilander y Edberg, que levantó tres títulos en sólo cuatro años (entre 1984 y 1987). Un récord que pasa por doblegar a la selección albiceleste.
Del Potro y compañía pondrán a prueba a un grupo que debe sentirse favorito por ranking, por jugar como local y sobre todo por hacerlo sobre tierra batida, donde lleva invicta 19 eliminatorias de modo consecutivo. La última vez que la Armada perdió sobre esta superficie fue en Lleída (1999), ante la entonces temida selección brasileña que comandaba Kuerten.
El camino de España hacia la final arrancó en el Spiroudome de Charleroi, en Bélgica, donde el equipo nacional se impuso por 1-4, antes de viajar a Austin, Texas, en Estados Unidos. Fue allí donde la Selección tuvo que echar el resto y salvar una eliminatoria que sobre el papel parecía perdida. Sin Nadal, Ferrer abanderó al combinado nacional, que se impuso a Roddick, Fish y los hermanos Bryan en una pista ultrarápida y con todo en contra (1-3). Una nueva muestra más de que el éxito de este grupo reside en ser un equipo por encima de todo.
El último paso llevó a la Selección a la Plaza de Toros de Córdoba, donde los de Costa se midieron a Francia. Un duelo con muchas cuentas pendientes, ya que sólo un año antes la Armada recibió un humillante correctivo en Clemond-Ferrand. Un cinco a cero que supuso su peor resultado desde 1957, cuando se cayó ante Sudáfrica por idéntico resultado. La vendetta se firmó con suficiencia (4-1) y corroboró el billete hacia una final por la que lucharon cuerpo a cuerpo las ciudades de Sevilla y Valencia. La Cartuja fue la sede elegida.
Albert Costa vuelve a apostar por su cuarteto titular. En los individuales Nadal y Ferrer son una garantía. El balear ha ganado el 94% de los partidos que ha jugado en la competición: un balance de 18 victorias y una derrota, la que sufrió en su debut ante Jiri Novak; mientras el de Jávea ostenta un 80% de victorias en sus participaciones en la Copa Davis. Por último, la pareja oficial de la Armada la conforman Verdasco y Feliciano, que han disputado 12 encuentros con un balance de ocho victorias por cuatro derrotas.
Por su parte, Tito Vázquez, capitán de la selección albiceleste, apuesta por Del Potro, Nalbandian, Mónaco y Schwank. Casi el mismo equipo que hace cuatro años sufrió una de las derrotas más duras de la historia del tenis argentino: en la final de la Copa Davis del 2008, en Mar del Plata, donde la selección sudamericana dejó escapar la Ensaladera ante una España sin Nadal, a domicilio y en pista dura. Una afrenta grabada a fuego en el corazón de Argentina. Un país que hace mucho que merece una Davis y que llega a Sevilla con mil razones para ganar la Davis. Y por eso, España, clara favorita de esta final, deberá pensar que no lo es para poder ganarla.
Álvaro Ferreres
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