Cuando apenas faltan dos semanas para que se produzca el pistoletazo de salida de la campaña electoral, los principales partidos siguen pendientes de cuadrar las ofertas de debates en sus agendas. Las dos propuestas para el encuentro a cuatro hechas públicas hasta el momento, el planteado por Atresmedia el 16 de junio y el de TVE para el día 20, aún no tienen confirmación a la espera de que se pronuncie el equipo de Mariano Rajoymientras siguen creciendo las expectativas. Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera ya han confirmado que asistirán, siempre y cuando vaya el candidato popular y no envíe a Soraya Sáenz Santamaría como ocurrió en diciembre.
En total, las principales fuerzas políticas habrían recibido al menos 16 ofertas de debates -en televisión, en centros universitarios y otros medios de comunicación con posibilidad de seguimiento en directo-, según ha podido saber este diario. Tanto Ciudadanos como Podemos aseguran que tendrán presencia en todos ellos, aunque matizan que "los candidatos irán a los que sean de candidatos". El partido naranja, por ejemplo, planteará la posibilidad de que sean otros miembros de la formación los que asistan, dependiendo del formato y teniendo en cuenta el mayor conocimiento que tiene la sociedad de otros dirigentes naranjas desde las pasadas elecciones.
Además, los reproches al jefe de Génova aumentan desde las filas de sus rivales políticos. El secretario de Comunicación naranja, Fernando de Páramo, insiste en que "en esta ocasión no puede haber más excusas, ya que todos los candidatos representan a partidos con grupos parlamentarios" y los datos de audiencia de los debates del pasado mes de diciembre demostraron el interés que generaron en los ciudadanos. Por otro lado, y según el último estudio poselectoral del CIS, hasta un 35,9% de los ciudadanos decidió su voto a lo largo de las dos semanas de campaña en las que tuvieron lugar también los debates.
Los distintos líderes confían en que al menos se producirá un encuentro televisivo a cuatro, dada la presión ejercida sobre Rajoy en las últimas semanas, en una campaña que deberá combatir el hartazgo de la gente y cumplir con el mandato de Felipe VI, que pidió austeridad. Ciudadanos y Podemos señalan precisamente la gratuidad de los debates para instar al jefe de los populares a que participe. "Es más barato y más útil acudir a los debates que llenar las calles de banderitas y carteles", insiste el número dos del partido morado, Íñigo Errejón.
La campaña de Rivera, más cercana y en la calle
Más allá de la presencia en medios de comunicación, las formaciones ultiman el diseño de una campaña electoral que forzosamente será más cercana y en la que todos los partidos están dispuestos a renunciar a grandes actos faraónicos. Los populares apuestan por una campaña "de megáfono" a pie de calle, igual que Ciudadanos, que planea abandonar los pabellones y teatros por actos más sectoriales, paseos e intervenciones en lugares emblemáticos de las principales ciudades españolas.
El partido liderado por Albert Rivera no contempla de momento un acto principal de campaña como fue el de Vistalegre en diciembre, sino que insistirán en que haya puestas en escena más reducidas y cercanas, en "hablar con la gente y, sobre todo, escucharla", como explicó el líder a este diario. Aunque el programa apenas sufrirá modificaciones, la formación emergente pretende evitar polémicas pasadas en un ejercicio exhaustivo de comunicación, para explicar mejor las medidas, que además aglutinará en un mismo paquete en forma de esquema.
En cuanto al mensaje de la campaña, la formación de centro pondrá el acento en la economía para combatir un doble objetivo: que el PP se ofrezca al electorado como la única opción de estabilidad y la alianza entre Podemos e Izquierda Unida, que puede tener muchas consecuencias en el reparto de escaños. Ciudadanos insiste en que no desarrollará una estrategia específica para combatir el fenómeno de la alianza, aunque sí se esforzará en poner de relieve "los peligros que entraña la coalición", fundamentalmente los de índole económica.
El partido de Rivera pretende poner el foco así en la amenaza económica que puede suponer la llegada al poder de la alianza dirigida por Iglesias y Garzón. Si hasta ahora la principal herramienta económica para el PP de Mariano Rajoy ha sido -y seguirá siendo en la campaña electoral- consolidar la recuperación y sostener el crecimiento de empleo, la formación de centro 'se adueñará' también de la bandera económica para 'golpear' a la alianza de la izquierda. El partido liderado por Rivera hará hincapié, programa en mano, en "el récord histórico de impuestos" que pretenden instaurar Podemos-IU, así como la proposición de crear una banca pública.
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