BRUSELAS / LA VOZ
Bruselas no quiere seguir siendo el pimpampum al que apuntan los Gobiernos nacionales cuando les reprochan que ciertos productos básicos sigan soportando el tipo más alto del impuesto del valor añadido (IVA). Recogiendo el guante lanzado por algunos Estados miembro, la Comisión Europea anunció ayer suintención de dar la vuelta al sistema vigente desde el 1993 y dar vía libre a los países para fijar con libertad los tipos de un tributo que recauda el equivalente al 7% del PIB anual de la UE.
Hasta ahora el mosaico del IVA en Europa se caracterizaba por la disparidad entre territorios. Un sistema discriminatorio por sus excepciones, «obsoleto y demasiado restrictivo», según la Comisión Europea, que se limitará a partir de ahora a establecer una media ponderada del impuesto del 12 % para evitar la competencia fiscal desleal entre países y fijar unas reglas generales como la prohibición de establecer IVA reducido para productos como joyas, tabaco, bebidas alcohólicas, carburantes, juegos, servicios financieros, teléfonos inteligentes, electrodomésticos y armas. Sí se podrá aplicar el tipo reducido a los vehículos híbridos y eléctricos, siempre a voluntad de las autoridades nacionales, que deberán demostrar que apuestan por las energías limpias.
Estará en manos de los Estados miembros fijar los tipos concretos del impuesto en cada país, en función del apetito recaudatorio y de las demandas ciudadanas. «Pedían más soberanía, ahí la tienen», explica una fuente comunitaria. Ya no podrán escudarse en el mantra de «lo manda Bruselas» para justificar las repetidas negativas a reducir la carga fiscal sobre productos de primera necesidad. En España los pañales siguen gravados con el tipo general del 21 %. Compresas, tampones y preservativos, que en Francia están en el 5,5 %, permanecen en el tramo reducido del 10 % ante la insistente negativa del Partido Popular a negociar con las autoridades comunitarias su inclusión en el tipo superreducido del 4 %, que se aplica a medicamentos o alimentos básicos como el pan, los lácteos o las verduras.
«Ahora es su responsabilidad», deslizó ayer el comisario europeo de Economía, Pierre Moscovici, quien considera que la propuesta ofrece la suficiente flexibilidad y coherencia para apuntalar el mercado interno.
Nuevas normas
El tipo general del IVA no podrá bajar del 15 %. Cada país tendrá en su mano fijar hasta dos tramos reducidos distintos, en una horquilla de entre el 5 % y el tipo normal (21 % en el caso de España). Solo se podrá contar con un «tipo cero» o exención de IVA y otro superreducido. Se acabaron también los tratos de favor a algunos países que podían bajar el tipo de algunos productos como la ropa infantil hasta el 5 %, cuando a otros no se les permitía: «El actual sistema ha creado desigualdades», reconocían ayer en la capital comunitaria.
una mayor competitividad entre países vecinos en sectores vitales para la economía española, como la hostelería o la construcción. Aunque la Comisión considera que ha lanzado una medida «bastante radical», su equipo de fiscalidad elude valorar el recorrido que puede tener esta reforma, que tendrá que pasar por la mesa de los ministros de Economía de la UE. Y allí puede pasar cualquier cosa. La iniciativa para reducir el IVA del libro electrónico lleva secuestrada en el Consejo desde junio del 2017 por el bloqueo impuesto por la República Checa.
Irlanda e Italia, los únicos socios de la UE que recaudan menos que España
Pese a la fuerte subida experimentada durante la crisis (el tipo general, que estaba en el 16 %, subió dos puntos en el 2010 y otros tres dos años más tarde), España sigue siendo uno de los países menos voraces en lo que a IVA se refiere. De hecho, con una recaudación equivalente al 6,4 % del producto interior bruto, es el tercero de la UE que menos ingresa por este impuesto. Solo Irlanda (4,7 %) e Italia (6,1 %) gravan menos el consumo. Si se compara con el peso que el tributo tiene en la economía croata (equivale al 13 % del PIB), la carga fiscal en España puede parecer escasa. Claro que si se mira por el retrovisor, se puede ver que en el 2009, antes de la subida de tipos, la recaudación por el impuesto no llegaba al 4 % de la riqueza anual del país. Una subida en la que también entra en juego el fuerte repunte del consumo.
De hecho, según el último informe publicado por la Agencia Tributaria, hasta noviembre la recaudación total por IVA había subido un 1,6 % respecto al mismo período del año anterior. Y eso porque la entrada en vigor del nuevo sistema de suministro inmediato de información en vigor para las grandes empresas disparó las devoluciones. Descontado ese efecto, la subida ronda el 8,7 %.
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