OVIEDO
Desde mañana hasta julio, en principio -y seguramente con prórroga hasta agosto- Asturias puede asomarse a las 33 nuevas joyas de su patrimonio artístico. Pero también el resto de España. Porque, como ha destacado hoy en el Museo de Bellas Artes de Asturias el historiador del arte asturiano Javier Barón, la donación del mecenas asturmexicano Plácido Arango que se da a conocer al público poco más de un año después del anuncio, es «excepcional no solo para el museo, sino para el conjunto de los museos españoles», y «trasciende de la autonomía para enriquecer las colecciones públicas españolas».
El jefe del departamento de Pintura del Siglo XIX del Museo del Prado ha mostrado este mediodía hasta qué punto eso es cierto en el primer recorrido guiado de los muchos que aguardan a las piezas acomodadas con singular acierto para este primer encuentro en el patio del Palacio de Velarde y sus dos salas anexas, una escalera del mismo edificio -para el solitario paisaje romántico de la catedral del Oviedo de Pérez Villaamil- y dependencias de la ampliación del museo, incluyendo el espectacular paño principal del atrio donde sobrecoge el Retablo de la Flagelación incluido en este monumental obsequio que Plácido Arango Arias ha hecho a la tierra donde nacieron sus padres, don Jerónimo y doña María Luisa, y que -para Barón - supone que «esta institución que tiene casi 40 años está totalmente consolidada en su calidad como para que esa donación no sea una rara avis, algo extraño».
En su opinón, los 33 nuevos inquilinos del museo enriquecen «una de las grandes colecciones de arte español» en los museos nacionales, en particular por lo que respecta al barroco madrileño. Ahora, según el conservador jefe de pintura del XIX del Prado, se ha nutrido también muy especialmente la parte de arte gótico y renacentista, el barroco sevillano y el contemporáneo, «uno de los núcleos que en mayor medida van a beneficiar al museo» con piezas mayúsculas de Tàpies, Arroyo, Millares, Palazuelo, el Equipo Crónica o Juan Muñoz. En ese sentido, Barón no ha tenido empacho alguno en comparar la donación de Arango al Bellas Artes asturiano, y admirado la amplitud de su recorrido de cinco siglos.
El historiador del arte asturiano ha elogiado también la labor de rescate de obras salidas de España que añade mérito a la actividad de Plácido Arango como coleccionistas que «no solo nutren museos sino que recuperan patrimonio». «Son obras que verdaderamente enriquecen el patrimonio español», y «un contrapeso a todas esas périddas que se han ido produciendo a través sobre todo del XIX», ha remarcado Barón.
El catálogo editado con ocasión de la donación y su primera exposición al público ha sido otro de los «aciertos» que, para Javier Barón, demuestra la «madurez» del muso asturiano. Ha lamentado que ya no haya podido contar con la aportación del fallecido Alfonso Pérez Sánchez, comisario y asesor científico en aquellas Pinturas recuperadas, «pero sí un núcleo de conservadores, investigadores de gran seriedad del Prado, con los aportes de Asturias que conforman una primera y muy significativa y relevante aportación al estudio de estas obras». «El Prado», ha admitido, «no tiene todas sus obras estudiadas con esta profundidad». Entre esos colaboradores, Barón se ha referido con especial gratitudo a Bill Jordan, especialista en bodegón español recientemente fallecido, uno de cuyos últimos trabajos han sido las fichas para las dos obras de este género integradas en el legado. Para Barón, además, su presencia «ejemplariza la aspiración a la excelenca de Arango y el Bellas Artes al rodearse de esos expertos».
Generosidad y complicidad
El consejero de Cultura y presidente de la Junta del Museo de Bellas Artes, Genaro Alonso, ha agradecido a Arango la «inmensa generosidad» de un gesto que sella la «absoluta complicidad» de quien presidiese la Fundaciíon Príncipe de Asturias con «la tierra de sus padres y también la suya»; una iniciativa que, para Alonso, «trasciende lo patrimonial» porque «conecta el arte con la filantropía» y con el «humanismo como actividad integradora de valores». El consejero ha celebrado “un nuevo hito” que ha encadenado con «la relevancia de hechos que han devenido en la consolidación como uno de los grandes museos nacionales», desde la inauguración del galardonado edificio de ampliación de Francisco Mangado que «dio al museo la dimensión que precisaba de un modo brillante» hasta la reordenación de las colecciones, que ha modernizado su discurso y unas «cifras de visitantes que baten récords». Todo ello -ha añadido Alonso- configura un «momento singularmente especial» cuya conscución ha atribuido a los trabajadores del centro y a los «esfuerzos de gestión» institucionales, «por nuestra obligación de servicio cultural a la sociedad asturiana».
Por su parte, el vicepresidente de la Junta del Bellas Artes y concejal de Cultura ovetense Roberto Sánchez Ramos, ha empezado elogiando la labor «de los trabajadores públicos» del centro «a pesar de las dificultades», antes de elogiar el «gran gesto de solidaridad y compromiso con su tierra» del donante. Ha echado mano de Serrat para describir este 25 de enero como «un gran día para la cultura asturiana» y lo ha encadenado a tres efemérides que reflejan el «gran salto cualitativo y cuantitativo» del Bellas Artes en sus 38 años de existencia: la inauguración del centro el 19 de mayo de 1980 «con solo siete salas y 78 obras»; la ampliación en 2015; la reordenación de 2016 y la dación en pago de piezas de la colección Masaveu que pusieron al centro en órbita. Rivi ha anunciado que el ayuntamiento de Oviedo incorporará la exposición a todos sus programas culturales del verano.
Finalmente, el director del Museo, Alfonso Palacio, se mostraba aún más exultante que cansado por el largo proceso que hoy concluye en «un día muy importante», un «acontecimiento histórico para el museo, que lo refuerza como institución y se convierte en una gran noticia para toda la sociedad asturiana que va a verse enriquecida tanto material como espiritualmente». Ese enriquecimiento se cifra en el añadido a la colección 18 artistas inéditos en su catálogo y refuerza cuatro que están representados mediante depósitos y ocho ya presentes en sus fondos. Palacio ha vuelto a loar la «extraordinaria generosidad, sin contrapartidas» de Plácido Arango y su actitud de «abierto diálogo de cara a reforzar lo mejor y al máximo posbile nuestras colecciones». « Y lo mejor, sin demora, cuando aún sigue activo su exiente empeño como coleccionista y cuando aún puede disfrutar con nosotros junto a su familia y amigos». Algo que sin duda hará el donante en un acto institucional de inauguración previsto para esta tarde en un día en el que, como bromeaba Alfonso Palacio justo antes de la presentación, «habría que tirar voladores».
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