Entrenamiento de una hora de Roger Federer en la semifinal frente al surcoreano Hyeon Chung. Festival a placer del suizo, 36 años y nº 2 mundial, ante un asiático, 21 años y 58º ATP, lejos del rendimiento ofrecido ante Alexander Zverev y Novak Djokovic.
Federer, estelar y Chung, disminuido físicamente. El campeón de las ‘Next Gen’ ATP Finals solicitó asistencia médica en la planta del pie izquierdo, y sólo duró dos juegos y medio en pista después de siete minutos de parón para que le vendaran la zona afectada. Con 6-1, 5-2 y 30-30, sirviendo el coreano, éste decidió concluir la tortura en un Rod Laver Arena con el techo cerrado por lluvia en Melbourne.
Federer se cita con el croata Marin Cilic en la final del domingo, a las 09.30 horario peninsular español, las siete y media de la tarde local. El de Basilea, defensor de su quinta corona australiana, disputará su 30ª final de Grand Slam, séptima en este Open. Puede igualar los seis títulos de Djokovic en este escenario e incrementar su récord de ‘grandes’ a 20.
8-1 en el historial Federer-Cilic, repetición de la final de Wimbledon 2017, en la que el helvético dominó por 6-3, 6-1 y 6-4. Complicado reto para el primer croata en una final de Australia, el mejor del Open USA 2014, de 29 años y que subirá al número tres mundial del ranking tras esta cita, por detrás de Rafa Nadal, nº 1 atado, y el propio suizo.
No hubo historia en el Federer-Chung. Roger llega al evento definitivo sin haber entregado un set, ganando los 16 disputados. Con las fuerzas intactas y en apogeo de tenis y confianza.
A sus 36 años no puede ser aún el campeón más veterano. Ken Rosewallfue el mejor de la edición de 1972 a sus 37 años, uno más que el finalista, el también australiano Mal Anderson.
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