viernes, 30 de abril de 2021
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Todos los agujeros que Asturias podría tapar si se devuelve el tijeretazo de Montoro
La sentencia del Supremo que da la razón a Castilla y León en su reclamación del IVA abre las puertas a la demanda del Principado, pero el fallo de tribunal tiene letra pequeña
JUAN M. ARRIBAS
30/04/2021 08:36 H
El Tribunal Supremo dio el martes en la espalda de Castilla y León un empujón a las aspiraciones de Asturias de recibir una anhelada deuda que Hacienda se había resistido a pagar y desde hace varias legislaturas, desde el mandato de Cristóbal Montoro en el último ejecutivo de Rajoy. El Supremo dio la razón a la comunidad vecina en su demanda de recibir 182 millones por un tijeretazo en la entrega del IVA cuatro años atrás. El problema se deriva de una decisión adoptada por el Gobierno del Partido Popular que provocó una reducción de la liquidación del ejercicio 2017, al contemplar sólo 11 meses de IVA en lugar de los 12 que le corresponderían las comunidades, que tienen cedido el 50 por ciento de la recaudación de este impuesto. El Gobierno asturiano calcula que por el mismo concepto Hacienda le debe unos 86 millones de euros, y la sentencia del Supremo ha sentado un precedente favorable a sus intereses. Para un presupuesto como el de Asturias, que sólo este año y tras una pandemia global, superó por primera vez en la historia los 5.000 millones de euros, una cantidad adicional de 86 supone un buen pellizco, capaz de tapar muchos agujeros. Es un monto equivalente a unos dos tercios del fondo de rescate concedido al comercio y la hostelería por los cierres impuestos durante la crisis del coronavirus, y es un porcentaje similar a lo que cada año dedica el Principado al Salario Social antes de la entrada en vigor por Ingreso Mínimo Vital estatal. Asturias trató primero de buscar una solución negociada con el nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez (y de hecho, la ministra Montero incluyó en el primer proyecto de presupuestos una vía de pago pautada que quedó en nada al decaer la norma y convocarse de nuevo elecciones generales); fue así que el pasado mes de diciembre el Principado optó por recurrir a los tribunales. Tras conocerse la sentencia del Supremo que dio la razón a Castilla y León el presidente asturiano, Adrián Barbón, se congratuló resaltando su convencimiento de tener la «razón» de su parte.
Pero aunque ha sido una buena noticia para las aspiraciones asturianas, la sentencia tiene mucha letra pequeña. Primero porque aunque es cierto que el Supremo da la razón a la demanda de Castilla y León de que debe recibir una deuda, el tribunal no asume que sea por los 182 millones que reclama la comunidad «al no haber quedado debidamente acreditado que sea precisamente ese el importe que le debe ser abonado». Es decir, podría suceder que el Supremo terminara por dar también la razón a Asturias pero no admitir que se le deban 86 millones sino un monto menor. El pago de esas cantidades, en el mejor de los casos para las comunidades, tampoco se recibiría de una sola tacada, como una entrega de un talón que se hace efectivo de un día para otro. La solución más plausible es que se encuentre en un término medio con la primera iniciativa lanzada por Montero, antes de la repetición electoral, y que se vaya entregando en pequeñas cantidades dentro de las entregas que el Estado hace a las comunidades vía financiación autonómica. No es poco para Asturias, alrededor de 80% de sus recursos proceden de lo que aporta el Estado y por eso es tan relevante el futuro debate sobre cómo se repartirá el dinero entre los territorios, la reforma del modelo de financiación autonómica en la que las comunidades del noroeste, como Asturias, quieren que se tengan en cuenta criterios como el envejecimiento (ya que, por ejemplo, sus gastos sanitarios son más elevados) mientras que las comunidades del Mediterráneo, más jóvenes y con mayor capacidad de recaudación, quieren que el peso sea de población pura y dura. Los 86 millones permitirían hacer un ajuste también importante a la hora de presentar unas cuentas claras. Todo saltó por los aires con la pandemia, se han desplegado recursos extraordinarios desde el Estado hacia las comunidades y la UE se prepara para una inyección de dinero sin precedentes por el parón de esta crisis. Pero antes de la primera ola, entre los argumentos de Asturias para exigir el pago de esta deuda estaba que le permitirían cumplir con sus objetivos de déficit y mantenerse sin exceso de deuda.
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