domingo, 2 de enero de 2022

Lecturas a seguir..." La Mudanza " de Leopoldo Tolivar Alas.

Mudanzas «No tenía más cachivaches que cuatro restos de juguetes y algún adminículo relacionado con mis aficiones del momento» LEOPOLDO TOLIVAR ALAS Domingo, 2 enero 2022, 00:51 La segunda acepción académica de 'mudanza' es la acción de cambiar de residencia o de lugar de trabajo. Y no deja de hacerme gracia la cantidad de advertencias que existen en Internet -como en los consejos populares- de lo frecuente que es perder cosas en cada traslado domiciliario o laboral. Y al ser cierto e incontestable, pese a la profesionalidad de muchas empresas de transporte y el celo de quienes se mudan, dedicaré las líneas subsiguientes a relatar algunos episodios que no he olvidado. La primera vez que, de adolescente, hube de abandonar la que era mi casa natal -de aquella no había plataformas anti desahucios ni nada parecido-, lógicamente, no tenía más cachivaches que cuatro restos de juguetes y algún adminículo relacionado con mis aficiones del momento, como la filatelia o el dibujo, amén, claro está, de unos pocos discos y del material de estudio y de vestir, de lo que ya estuvo bien encima mi madre y no se extravió en el viaje al nuevo domicilio. Pero al cabo de un tiempo, eché en falta un precioso dibujo en cartulina que, no mucho antes, me había regalado una niña muy artista que, aunque en lo personal tuvo el buen gusto de no hacerme ni caso, me obsequió con una precoz obra de arte. Es el día de hoy que no entiendo por qué aquel presente tan personal y tempranero desapareció. Era imposible que alguien en mi casa lo echara a la cocina, aún de carbón, o al cubo de la basura. Y nunca ocurrió, como nos pasa a todos con objetos como las llaves, que un día reaparecen allí donde las hemos buscado infructuosamente. A los cinco años, licenciatura mediante, experimenté otra mudanza a la que sería la casa definitiva de mis padres, hasta su muerte. Aunque ya tenía bastantes más objetos, la verdad es que no recuerdo nada a faltar, si bien ese cambio coincidió con mi marcha a la mili, que se enlazó, sin paréntesis, con dos cursos en Bolonia y otros dos en Madrid. Y con el matrimonio. De ahí que la casa paterna era ya residencia muy temporal, casi de vacaciones. Emancipado, sin entrar en los traslados profesionales, de los que otro día escribiré algo, he vivido en tres casas. En el cambio de la primera a la segunda, recuerdo -en el mismo día- una extraña pérdida de un manojo de llaves que pudo traerme muchas complicaciones y del que nunca volví a saber nada pese a que el extravío, se produjo en el ascensor u otro elemento común del edificio. Pero dado el variado tipo de residentes del inmueble, tampoco me extrañó en demasía que nadie se preocupara de buscar al dueño. En la última mudanza -que no definitiva, que me figuro a dónde será-, amén de dos pérdidas de objetos diminutos -uno de valor histórico importante- lamenté y no sólo yo, la rara desaparición de un conjunto de dibujos con personajes infantiles de ficción, acompañado cada uno de una moraleja versificada, con los que trataba de inculcar valores a mi hijo: la amistad, la austeridad, el compañerismo, el amor a los animales, la educación, la higiene, el orden (aquí fracasé) y tantas actitudes y sentimientos nobles. Para ello, con mis limitaciones para el diseño, solía contraponer dos niños representativos del buen hacer y del egoísmo y la tosquedad. Buenas o malas, aquellas viñetas le gustaban mucho a mi vástago, que las reclamaba a diario para dormir, aunque se las sabía de memoria. El extravío en la mudanza fue un pequeño drama familiar porque aún, durante unos años, los cuentos con los que yo dormía a mi hijo, tenían como protagonistas a aquellos críos perdidos, pero no hallados. No me gusta creer en cosas raras, pero no encuentro explicación a cómo objetos tan queridos, que nunca querrías olvidar, se esfuman cuando entran y salen de un camión. Pero es lo cierto que, sin comentar otras pérdidas, las mudanzas me robaron algunos de los hitos sentimentales -y coincidentemente gráficos- de distintos momentos de la vida.

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