Un diferencial como hay ahora, de 145 puntos básicos( 1,45 % ) entre el tipo real 3,25 y el 4,70 del Euribor, es una barbaridad.
El ciudadano de a pie, que renueva su Hipoteca con un diferencial de 0,25, 0,50 o 0,75. sigue pagando en cualquiera de los casos
un finalista del 5,50 hasta el 5 en el mejor de ellos.
El BCE baja tipos, ¿pero bajará el euribor al nivel que le corresponde?
El Banco Central Europeo (BCE) ha bajado hoy los tipos de interés de la eurozona en medio punto, para dejarlos en el 3,25%. Este recorte se suma al de también medio punto emprendido el 8 de octubre, cuando el precio del dinero pasó del 4,25% al 3,75%. Con este panorama, el euribor a doce meses, principal referencia hipotecaria española, ha cerrado hoy en el 4,701%, cerca de ocho décimas por debajo del máximo histórico que marcó el 2 de octubre (5,526%).
Como mínimo, esto está empezando a aliviar -o al menos a no agravar- la carga financiera de hogares y familias con préstamos a tipo variable vinculados al euribor y equivalentes. Pero una cosa es que el euribor haya empezado a caer y otra que se encuentre ya en niveles normales. Que no se encuentra. La gran pregunta entonces es, ¿acompañará el euribor a las bajadas de tipos de interés oficiales del BCE de forma proporcional y volverá al nivel que le correspondería?
Hasta el momento no lo ha hecho. Por dos motivos: porque solamente ha recogido en parte las expectativas de bajadas de tipos y, sobre todo, porque las tensiones en el mercado interbancario permanecen.
Es cierto que la reducción del precio del dinero del BCE, la barra libre de liquidez puesta a disposición de la banca y los paquetes gubernamentales de rescate han calmado significativamente el miedo a un colapso general del sistema financiero y han contribuido a abaratar el euribor. También es cierto que algunos analistas han venido interpretando este movimiento bajista como una señal de lenta pero progresiva de vuelta a la normalidad en los mercados financieros.
Pero cabe señalar un par de matices. Cuando Jean-Claude Trichet, presidente del BCE anunció tácitamente en junio que en julio subiría los tipos en 0,25 puntos, el euribor registró esa tendencia justo al día siguiente. Todos sus tramos se encarecieron significativamente, y el de doce meses lo hizo en 0,29 puntos, descontando completamente el repunte.
En menos de un mes, Trichet ha bajado los tipos en un punto porcentual y el mercado espera más recortes en un futuro próximo. Pero el euribor a doce meses ha caído solamente ocho décimas. De hecho, si medimos las tensiones en función del diferencial entre el euribor y el tipo oficial, éstas apenas se habrían reducido. Por ejemplo, el 2 de octubre, el euribor a doce meses se situó en el 5,526%, su máximo histórico. Entonces, los tipos de interés oficiales de la eurozona eran del 4,25%. El diferencial entre uno y otro -es decir, la tensión- era de un punto porcentual. Ahora, el euribor a doce meses se encuentra en el 4,701% y los tipos están ya al 3,25%. La diferencia es de casi un punto y medio.
En el caso del euribor a tres meses ocurre algo similar. Si tomamos como referencia el cierre del 2 de octubre, éste se situó en el 5,33%. Entonces los tipos estaban al 4,25%, lo que daba un diferencial de 1,08 puntos. Ahora, el euribor a tres meses se sitúa en el 4,592% y con los tipos al 3,25%, el diferencial es de casi 1,4 puntos.
El segundo matiz se desprende de otra observación. Al margen de que los diferenciales se mantienen -o incluso se incrementan-, una cosa es que baje el euribor, el tipo de interés al que los bancos se prestan dinero en el mercado interbancario-, y otra muy distinta que los bancos se presten dinero entre sí en ese mercado.
Un alto directivo de BBVA apuntaba hace apenas una semana en un almuerzo que en los vencimientos más largos del euribor -diez, once y doce meses-, los paquetes que se intercambiaban las entidades europeas en el interbancario rondaban los 200.000 euros, una cifra ridícula para los grandes bancos. Imagínese por un momento a HSBC prestando 200.000 euros a Deutsche Bank a un año (cuando hace apenas dieciocho meses estarían cerrando operaciones por cientos de millones de euros), y se dará cuenta de que las tensiones no han ni mucho menos desaparecido.
¿Cómo afecta todo esto a las previsiones del euribor?
En principio, los expertos coinciden en que debería ir bajando progresivamente, como lleva haciendo desde el 10 de octubre, y que a medida que las tensiones vayan desapareciendo del mercado el diferencial entre el euribor y el tipo oficial debería ir cerrándose.
¿Pero cuándo volverá a niveles "normales"? Nadie se atreve a dar una fecha exacta, sobre todo después de los tsunamis que desencadenaron el rescate del banco de inversión Bear Stearns y la quiebra de Lehman Brothers. Pero se pueden seguir varias pistas.
La primera es que una vez que finalice el último trimestre del año, cuando las necesidades de liquidez de la banca se acentúan significativamente, el ritmo de caída podría acelerarse. La segunda es que el riesgo a un nuevo caso Lehman o Bear Stearns ha disminuido significativamente después de que los gobiernos de las principales economías se hayan comprometido a evitar la quiebra de cualquier entidad cuya caída pueda suponer un riesgo para la estabilidad del sistema. A ello han contribuido decisivamente los planes estatales de ayuda.
Sin embargo sigue habiendo riesgos. El primero es que se produzca un tsunami financiero de distinta naturaleza que el de Lehman pero con una onda expansiva similar. Focos de incertidumbre existen, como el del negocio de derivados de crédito, cuyas operaciones se realizan en mercados opacos y no regulados. En el caso de los CDS (Credit Default Swap)** los saldos vivos se elevan a más de 60 billones de dólares.
El segundo es que el deterioro económico actual y el que se avecina haga que los bancos sigan más preocupados por acaparar ellos la liquidez que en prestarla a otras entidades en el interbancario para sacar un beneficio. (El martes pasado, los bancos de la eurozona habían depositado casi 300.000 millones de euros en la facilidad de depósito del BCE, cuando antes de la crisis apenas se depositaban, de vez en cuando, unos cientos de millones).
Esto último podría tener además un efecto colateral especialmente dañino. El mercado interbancario en particular y el monetario en general son las tuberías por las que circula el dinero en el sistema financiero. Gracias a estos mercados, los hogares y empresas pueden acceder a financiación. Si este mercado permanece estancado durante mucho más tiempo, los impagos de deuda se incrementarán significativamente -lo que elevará la percepción del riesgo por parte de la banca, que restringirá todavía más el acceso al crédito, lo que volverá a elevar los impagos...-.
A modo de conclusión. Lo más probable es que el euribor siga cayendo, pero que durante varios meses se sitúe por encima de los niveles en los que debería estar si no hubiera crisis. Y eso sí, con los dedos cruzados para que ningún otro tsunami financiero ponga de nuevo el sistema al borde del colapso. Si eso sucede, volveremos a ver máximos historicos del euribor.
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Notas:
* Se dice que el diferencial refleja la tensión porque el euribor es el tipo de interés que los bancos de la eurozona se aplican entre sí para prestarse dinero a corto plazo. Este suele moverse al son de los tipos de interés oficiales, pero en estos momentos se encuentra en niveles anormalmente altos porque los bancos siguen sin fiarse uno de otros y exigen tipos de interés mayores para asumir el riesgo de un préstamo a otra entidad.
** Títulos que protegen al comprador del impago de deuda de un determinado emisor. El vendedor del título, a cambio de la prima, se compromete a cubrir las pérdias que puedan derivarse de un posible impago futuro.
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