Vladimir Lisin se sube al trono de los millonarios rusos
Ruso, 54 años y amante de la caza. Es, a grandes rasgos, el perfil de Vladimir Sergeevich Lisin, el hombre más rico de Rusia. Su fortuna supera la de otros conocidos oligarcas como Mikhail Prokhorov y Roman Abramovich. De un perfil mucho más modesto, los medios lo retratan a este magnate del sector metalúrgico, como una persona bastante sencilla que en raras ocasiones es objetivo o portada de la prensa sensacionalista. Tampoco se mueve en los círculos políticos del país. Lisin es uno de los 77 rusos con más de 1.000 millones de dólares.
La publicación rusa Finans Magazine, destaca que su fortuna se ha multiplicado en el último año desde los 7.700 hasta 18.800 millones de dólares, una cifra con la que ha conseguido desbancar al número uno del año pasado, Porkhorov, también del sector metalúrgico y cuya su fortuna ha pasado de 14.100 a 17.800 millones- y situarse por delante de Abramovich, que cae al tercer puesto con 17.000 millones, 3.100 más que hace un año.
Nacido en la ciudad rusa de Ivanovo -conocida también como Red Manchester-, en 1956, Lisin fue un joven emprendedor de la industria del acero. Tras graduarse en ingeniería en el Siberian Metallurgist Institute y en económicas y gestión en las décadas de los 70 y 80, ascendió de fabricante de acero a subdirector en una compañía que años más tarde fue adquirida por Mittal Steel.
En los 90, se unió al consejo de varias asociaciones metalúrgicas lo que le premitió construir su cartera de acciones dentro de este sector, el del metal. En 1992, The Guardian publicaba siu incorporación al Trans-World Group, a través del que consiguió un gran poder dentro de la industria del aluminio y el acero rusa. Cuando los socios se separaron en el año 2000, Lisin recibió el 13% de la firma Novolipetsk Steel, una de las mayores productoras de acero, que actualmente preside. Posteriormente se hizo con otro 50% en manos de Geroge Soros y los financieros asentados en Mónaco, Richard y Christopher Chandler.
Durante cuatro años mantuvo una tensa relación con el tros gran accionista de la compañía, el oligarca Vladimir Potanin, que se convirtió en un difícil oponente con el 34% de la compañía. Tras un acuerdo en 2002, ambos intercambiaron activos. Potanin ofreció a Lisin su 34% en Novolipetsk a cambio del 8% que Lisin había comprado en Norilsk Nickel, entonces en manos del primero. No fue un mal acuerdo, ya que la OPA sobre Novolipetsk le costó 400 millones de dólares, mientras que en 2004, según Finans Magazine, consiguió 370 millones en dividendos.
Casado y con tres hijos, Lisin es muy reservado y evita aparecer en los titulares de los medios de comunicaciones. Sin embargo, sus extravagantes hobbies no pasan desapercibidos. Es profesor de la Economic Sciences and Engineering y cuenta con más de 150 publicaciones a sus espaldas, incluyendo 16 libro sobre la ciencia metalúrgica. En 2005, con la fortuna amasada compró el Castillo Aberuchill del siglo XVI y 3.300 acres cerca de Comrie. Pagó por él cerca de 11 millones de dólares.
Éste es su particular refigio. Allí pude disfrutar de sus aficiones: la caza de aves y gando y la pesca. Es un amante del deporte del tiro desde los 14 años, e incluso ha conseguido varios precios como tirador además de presidir la Russian Shooting Union, la federación nacional de tiro. Lisin también aprovecha los más de 700 acres de bosque para realizar excursiones. El castillo cuenta con 13 habitaciones con baños incluidos, una sala de billar, una granja y una docena de casitas de campo dentro de esta misma propiedad.
A diferencia de otros millonarios rusos, que derrochan dinero en lujosos yates, casas exóticas y coches deportivos, el hobby de Lisin es un poco más modesto. Le encantan los cigarros cubanos, en los que puede gastarse, sin embargo, unos pocos cientos de dólares. El ránking de Finans se conoce apenas unas semanas antes del famoso listado de Forbes que confirmará o no a Lisin como el nuevo rey entre los millonarios rusos.
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