Siete años de blog
18FEB 2011 13:44
Nos felicitamos. Fuera de eso, tengo la impresión, mirando hacia los principios, de que hay cosas relativas a nuestro tema que han cambiado. Claro, que uno también ha cambiado, y a menudo lo que le parece perspectiva no es más que psicología.
De todos modos, pondré algunas (partimos de 2004), y ustedes, si les peta, las desdicen, las corroboran, ponen más:
1. La cultura crítica se ha derrumbado definitivamente y ha sido suplantada en los medios tradicionales por el marketing viral, entendiendo por ello la propagación de especies cuyo valor y velocidad es directamente proporcional a su vacuidad (polémicas, animadversiones, opinaciones marginales, descuentos al por mayor, glorificación espontánea...).
2. Las empresas editoras se han sumido en la confusión y además quieren vivir de ella.
3. El momento de esplendor que supuso la creación de pequeños sellos editoriales, y que se plasmó en la recuperación de autores grandes y descubrimiento de otros grandes olvidados, así como en la aspiración a una línea de pensamiento, ha pasado. Por la forma en que se ha cancelado el periodo (abruptamente) se diría que no volverá a repetirse o que fue una casualidad dependiente de las circunstancias.
4. La discusión es exclusivamente tecnológica y sobre instrumentos, y la tecnología no está abriendo ventanas, ni transformando nada. Como el resto, se deja llevar. Producto de los tiempos, funciona como señuelo.
5. La pregunta acerca de para qué escribir o para qué leer ha dejado de ser filosófica y existencial y se ha vuelto antropológica. El usuario sostiene el texto en las manos con dramática inquietud y en relación enajenada.
6. El esoterismo ya no es una división comercial, sino una vocación.
7. Proliferación de subgéneros, como en toda derrota.
8. Los magnates (creadores, comunicadores, industriales) han devenido en caciques.
9. En las redes sociales, el autor sustituye a la función del texto. Igual que el lector es sustituído por la opinión que tiene de sí mismo.
10. La política -y, por supuesto, la política cultural- ya no requiere atención, suscita interés ni recaba compromisos: es un mundo privado y por eso a nadie le importa su degeneración exhaustiva.
11. La educación es como el trabajo: sólo cuenta la hora de salida. También, proliferación de sistemas, programas, modelos y funciones, ya que hay consenso en que nadie acertará con la idea.
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