Grecia...
Por qué un default de Grecia sería peor que la quiebra de Lehman
Alain Galibert, Bolságora
26/05/2011 - 7:05
Si Grecia incurre en impago de su deuda, los efectos en las entidades financieras podrían ser mucho peores que las que vimos tras el colapso de Lehman Brothers, y eso que fueron desatrosos. Que el Gobierno de EEUU dejara quebrar a una entidad grandes, interconectada y compleja desató el pánico porque se ponía en cuestión la estabilidad de todo el sistema.
Pero los efectos directos reales fueron escasos. Lehman tenía 600.000 contratos de derivados y cientos de miles de millones en bonos, pero los acreedores de Lehman habían reservado capital contra su colapso. Esto disminuyó en gran parte el efecto inicial de la quiebra. Los colchones de capital sirvieron realmente de colchón.
Hay cerca de 270.000 millones de euros en deuda pública griega. Los bancos, principalmente europeos, poseen en torno a 100.000 millones de esa deuda. Las compañías de seguros, fondos de pensiones y los bancos centrales poseen el grueso de los otros 170.000 millones. En su mayor parte, esos tenedores de la deuda griega no tienen provisiones contra pérdidas. Eso significa que sufrirán todo el impacto de las pérdidas.
Subsidio al irresponsable
Las regulaciones bancarias europeas tratan la deuda pública de la zona euro como si no tuviera riesgo. Eso supone, en realidad, un subsidio a los Gobiernos más irresponsables de la zona euro, porque les permite pedir prestado a unos costes mucho más bajos de los que otros tendrían que haber pagado. El diferencial entre el bono griego y el alemán cayó a 20 puntos básicos en 2004, gracias sobre todo a esta ayuda.
Los bancos, por supuesto, se lanzaron a por la deuda con más riesgo porque tenía rentabilidades ligeramente más altas. En realidad, adoptaron la visión de los reguladores de que esa deuda no tenía riesgo. Eso les permitió lograr mayores rentabilidades sin tener que consumir más capital, como tendrían que hacer si prestaran dinero a otros deudores que las autoridades desfavorecían.
Este subsidio ha sido extremadamente importante para los Gobiernos europeos. En EEUU, sólo el 3% de la deuda pública está en manos de los bancos. En Europa, ese porcentaje se eleva al 30%. Sin el subsidio, muchos gobiernos de la zona euro habrían tenido grandes dificultades para vender sus bonos.
Crisis de los Gobiernos
Esta elevada concentración de deuda pública en los bancos europeos plantea la posibilidad de que los bancos estén gravemente infracapitalizados, y puedan necesitar una inyección de capital público o afrontar la quiebra. Hasta el BCE, que ahora tiene una enorme cantidad de deuda griega, puede necesitar ser recapitalizado.
Es difícil saber qué bancos europeos tienen la mayor exposición a un posible impago de Grecia. Y eso puede desatar e pánico si efectivamente se produce el default. Los bancos conocerán su propia exposición, pero no la de sus competidores. Temiéndose lo peor, muchos simplemente dejarán de prestar dinero a entidades potencialmente insolventes. Por tanto, una enorme contracción de crédito (crédito Crunch) amenaza a la banca europea y a su economía.
No hay que equivocarse: esta crisis no la han causado los especuladores o la avaricia o el capitalismo, señala John Carney, autor del blog NetNet. Es una crisis de los Gobiernos y la regulación. Es decir, de los Gobiernos que se endeudaron en exceso y de unos reguladores que impulsaron a los bancos a prestar demasiado dinero a esos Gobiernos.
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