martes, 20 de diciembre de 2011

A cambio de....

Rajoy obligará a la banca a asumir las pérdidas del ladrillo y acelerar las fusiones

Mariano Rajoy ha instado a los bancos a vender los activos inmobiliarios terminados que tienen en balance y valorar a mercado el suelo, asumiendo las pérdidas correspondientes.
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En el discurso de su investidura, el próximo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dejado claro que la reestructuración del sistema financiero será una de sus prioridades, ya que es necesaria para que el crédito vuelva a fluir a la economía productiva.
Rajoy ha afirmado que persisten incertidumbres sobre la salud real de los balances bancarios españoles, lo que perjudica el acceso de las entidades a la financiación internacional y, consecuentemente, bloquea el crédito.
Por eso, el nuevo Gobierno impulsará la limpieza de los balances. Obligará a las entidades a vender los inmuebles terminados que se han quedado como resultado de los canjes de deuda o embargos. En muchos casos, bancos y cajas están retrasando la venta de estos inmuebles para no tener que asumir minusvalías al tener que vender más barato de lo que compraron.
Además, Rajoy ha insistido en que bancos y cajas tendrán que dar una valoración adecuada a sus activos ilíquidos, es decir, que tendrán que valorar el suelo que tienen en balance a precios reales de mercados.
Este proceso, evidentemente, obligará a las entidades a reconocer todas las pérdidas latentes, lo que conllevará más exigencias de capital. Para cubrirlas, según Rajoy, habrá que iniciarse una nueva oleada de consolidación: "más fusiones y un cambio en el mapa bancario, con menos entidades más fuertes", ha afirmado.
Las palabras del líder del PP parecen alejar la posibilidad de que el Gobierno opte por sanear el sistema financiero mediante un banco malo público, en el que las entidades metan sus activos tóxicos. Aunque todavía quedan incertidumbres, parece que Rajoy apuesta por el modelo que ha defendido la gran banca (Santander; BBVA y CaixaBank): ayudas públicas sólo a las entidades que la necesiten y, sobre todo, condicionada a fusiones.
Rajoy prevé que el proceso de reestructuración debería concentrarse en los primeros seis meses del próximo año y considera que es requisito imprescindible para que vuelva a fluir el crédito.
Un regulador más fuerte
El próximo Ejecutivo también quiere fortalecer el papel del Banco de España, para agilizar la toma de decisiones y evitar retrasos, ha afirmado Rajoy. Una frase que ha sonado como reproche al actual gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que ha sido acusado de retrasar innecesariamente la reestructuración del sector.

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