El Partido Pirata se lanza al abordaje de la política alemana
Por WILLIAM BOSTON
El Partido Pirata, una organización de amplio espectro de activistas digitales, está echando el ancla en las asambleas legislativas estatales, agitando el serio sistema político alemán.
Los Piratas creen en compartir archivos digitales, en la privacidad en línea y en la democracia digital, pero a su plataforma le falta formular sus políticas sobre asuntos relevantes de hoy en día, como la crisis de la deuda europea. Sin embargo, eso no los ha disuadido.
Aproximadamente 10% de los votantes alemanes los apoya, según encuestas. Se espera que ganen escaños en dos importantes asambleas legislativas a principios de mayo, incluyendo una en el estado más poblado del país, Renania del Norte-Westfalia. Un buen resultado en esas elecciones regionales puede allanar el camino a los piratas para su verdadero objetivo: ganar escaños en el parlamento federal alemán el año que viene durante las próximas elecciones legislativas nacionales.
"Los temblores se sentirán hasta en Berlín", si los Piratas entran en la cámara del Renania del Norte-Westfalia, dice Joachim Paul, el candidato del partido en la región.
El auge del movimiento está complicando la vida a los partidos alemanes. Si la popularidad de los Piratas se mantiene, los partidos tradicionales podrían tener dificultades a la hora de formar las usuales coaliciones que les aseguran la mayoría absoluta para gobernar a nivel estatal y nacional.
"Si consiguen ganar en Renania del Norte-Westfalia, sus posibilidades de entrar en el parlamento federal no serán bajas" afirma Oskar Niedermayer, un politólogo de la Universidad Libre de Berlín.
Los Piratas representan un nuevo estilo en la política alemana, indica Niedermayer. Su aspiración declarada es llevar la revolución digital a la política, haciendo que el gobierno sea más transparente y accesible. Han capturado la imaginación de la generación Facebook, así como de los electores menos adeptos la tecnología pero desencantados con los partidos mayoritarios".
"El deseo de ser activos en la democracia es lo que nos une a todos", dice Kai Hemsteeg, un detective de policía de 30 anos. Hemsteeg solía ser un funcionario local de la Unión Demócrata Cristiana, el partido de la canciller Angela Merkel. No obstante, afirma que le gusta la mayor transparencia en cuestiones de participación que ofrecen los Piratas.
Los Piratas se fundaron en Berlín a finales de 2006, en un local nocturno alternativo llamado C-Base. Forman parte de un movimiento internacional que comenzó en Suecia cuyo objetivo principal es que la información en la red sea compartida de forma gratuita, incluso relajando las leyes de propiedad intelectual. Entre los 50 partidos Piratas del mundo, ninguno ha tenido el impacto de los alemanes.
El punto de inflexión para los Piratas llego en septiembre, cuando ganaron cerca de un 9% del voto y 15 escaños de los 149 posibles, durante las elecciones estatales de Berlín. Repitieron el éxito el mes pasado ganando cuatro escaños de los 51 en las elecciones legislativas del estado de Saarland. Su aspiración es repetir la historia en la región del norte tanto en Schleswig-Holstein, el día 6 de mayo, como en el corazón industrial de Alemania en Renania del Norte-Westfalia, el día 13 de mayo.
Los Piratas han quitado votos al partido liberal Demócratas Libres, agravando la crisis en el partido minoritario aliado con el de Merkel en la coalición de centro derecha. Las encuestas indican que los Demócratas Libres están teniendo dificultades para alcanzar el mínimo necesario para obtener escaños en la cámara de Renania del Norte-Westfalia, y podrían quedarse por fuera del parlamento nacional año que viene.
Los Piratas también están perjudicando a los Verdes de centro izquierda que antaño exhibían un espíritu rebelde similar al de los Piratas. Sin embargo, los Verdes ya forman parte del sistema político alemán. El líder de los verdes, Jurgen Trittin, ha declarado que los Piratas "son el problema estructural más serio de su partido".
Joachim Drell, un candidato Verde en Essen, dice que le preocupa que el auge de los Piratas impida a su partido y a sus aliados, los Demócratas Sociales, tener mayoría absoluta de centro izquierda en las elecciones de Renania del Norte-Westfalia."Los piratas son un partido protesta con algunos puntos validos pero con un programa muy vago, eso, es lo que les hace ser difícilmente confrontables", insiste Drell.
Los Piratas admiten que su programa político se queda corto. "Somos un partido en proceso de formación" dice Paul, el Pirata líder regional.
En una reunión reciente, en Esssen, los miembros debatieron sobre cómo responder a las preguntas de los medios sobre asuntos en los que el partido todavía no se había puesto de acuerdo. "Tenemos que ser honestos: tenemos que decir que todavía no sabemos cuál es nuestra posición al respecto" dice Matthias Bock, un estudiante de posgrado y candidato Pirata.
La imagen pública inicial de los piratas era la de un grupo nerds, principalmente hombres, pero la composición del partido cambiando a medida que crece. El partido esta enfrentándose a su primer reto dentro de sus filas: la facción más joven se queja de que el partido está dominado por hombres blancos fanáticos de las computadoras y que necesita integrar a las mujeres y a otras minorías.
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