martes, 10 de abril de 2012

Las Burbujas viajan a Copacabana...

Bañuelos eleva un 245% la deuda de su inmobiliaria brasileña en dos años


Enrique Bañuelos parece no haber aprendido la lección de lo que le ocurrió con Astroc, máximo exponente del estallido de la burbuja inmobiliaria en España. Desde que tomó el control en mayo de 2010 de la brasileña PDG Realty, el endeudamiento de esta compañía se ha disparado un 245%, alcanzando ya un nivel de apalancamiento cuando menos arriesgado.
En 2009 su deuda se elevaba a 1.505 millones de reales (629 millones de euros) y al cierre de 2011 ascendía ya a 5.190 millones de reales (2.171 millones de euros). La deuda equivale así ya 5,47 veces el EBITDA (resultado bruto operativo) de la compañía.
La buena noticia es que sólo un 36% de los compromisos financieros están firmados a corto plazo y el resto sigue siendo a largo. La mala es que la deuda y el nivel de apalancamiento seguirán creciendo al menos durante un año más, según las previsiones del consenso del mercado.
Bañuelos, que se hizo con el control de PDG Realty tras alcanzar un acuerdo para fusionarla con su inmobiliaria brasileña, Agre, y quedarse así con el 6 por ciento de la nueva compañía, parece estar replicando desde entonces los pasos dados antes aquí con Astroc.

Los antecedentes de Astroc

Cuando en mayo de 2006 sacó a bolsa en Madrid un 25% de esta compañía, era prácticamente un desconocido. Pero los títulos, que empezaron a cotizar a 6,4 euros, se dispararon en febrero de 2007 hasta los 70 euros y Bañuelos se convirtió de la noche a la mañana en la tercera gran fortuna de España, con un patrimonio estimado según los datos recogidos por la revista Forbes en 5.800 millones de euros.
Pero estalló la burbuja, la acción se hundió hasta menos de 2 euros y Bañuelos tuvo que abandonar el barco. La Audiencia le exculpó de administración desleal y maquinación para alterar el precio de las acciones, pero lo perdió todo y se marchó a Brasil. Desde allí se ha hecho con la participación en PDG Realty, que ha alcanzado unos ingresos en 2011 de 2.887 millones de euros, un 31% más que en el ejercicio anterior. El beneficio neto, en cambio, se ha reducido un 10,9%, hasta 294 millones.
Bañuelos cuenta a su favor que la situación del mercado brasileño es hoy muy distinta a la que había en España en los años anteriores al estallido de la crisis y que todos los expertos descartan que en el país sudamericano vaya a haber un problema simular con la burbuja inmobiliaria.
La celebración del Mundial de Fútbol y de los Juegos Olímpicos siguen suponiendo una locomotora muy potente para el grupo. Y la demanda de viviendas sigue siendo además fuerte.

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