Niño Becerra: "¿Se hubiese podido evitar la crisis? No, en absoluto"
El economista, Santiago Niño Becerra, comienza en esta ocasión su artículo en La Carta de la Bolsa con una pregunta muy sencilla: "Aquello que hicimos mal, lo que fuese, ¿se hubiera podido evitar?" A lo que responde un rotundo "no, en absoluto y por ello, nadie ha tenido la culpa de lo sucedido".
Y es que, el experto considera que cada día que pasa, un creciente número de la población tiene claro que vienen tiempos duros, "aunque no quieren aceptar que serán durísimos". Pero mucho peor es que otra parte de la ciudadanía aún no ha asumido que nunca volveremos a ser lo que fuimos y creen que "tras estos años de penurias, España volverá a ir bien".
"Esta crisis en la que estamos inmersos es fruto de una serie de hechos acaecidos y actos cometidos hace años, de ocurrencia inevitable, al igual que de ocurrencia inevitable fue la especulación inmobiliaria y bursátil y el endeudamiento desmesurado que se produjo a lo largo de los años 20 y que desembocó en la Depresión" recuerda el Catedrático.
En aquel momento, el empleo de la electricidad como combustible y el aumento descomunal de la productividad, "unido a una característica prìa de los seres vivos y que la humanidad logiquiza", desembocó en los duros acontecimientos que sucedieron en los años 30. "Algo parecido sucedió en 1875, casi lo mismo ha sucedido ahora", apostilla Niño Becerra.
¿Cómo se hubiera podido evitar?
Para después realizar una pregunta clave: ¿Hubiese podido evitarse? Para responder un sorprendente: "Sí". Evidentemente, si la humanidad hubiera administrado acertadamente todos sus recursos y se hubiera preguntado de qué modo podría optimizar aquello a lo que tiene alcance, sí que se hubiera evitado.
Sin embargo, Niño Becerra recalca que la ciudadanía "jamás" ha actuado de esta manera. "La humanidad siempre ha tratado de llegar a lo que estaba más allá de lo posible, máxime desde con las Revoluciones Industriales ha podido obtener, en proporción, más de lo que aportaba", agrega.
Por ello, considera que lo que ha sucedido ahora ha sido inevitable porque "ya veníamos de una fase anterior en la que se había forzado la máquina mucho, mucho desde el lado de la oferta y ahora había que darle cancha a la demanda y estrujarla hasta que no quedase nada que sacar; es decir, había que hacer lo normal".
"En estos años, lo normal fue megaproducir, hiperconsumir, superendeudarse al cuadrado, apalancar el apalancamiento apalancado, y hacer eso a todos los niveles: familias, empresas, bancos, ayuntamientos, gobiernos regionales y Estados, mientras de fondo iba sonando ininterrumpidamente una cantinela: 'Si lo quieres lo tienes'. Y 'El mundo fue bien', y todo estuvo bien" resume Santiago Niño Becerra.
No obstante, la situación de hoy es diferente, aunque simple. Para el experto hay una gran desconfianza hacia la economía española por la debilidad, dependencia y endeudamiento. "Un círculo extremadamente difícil de romper y, además, España ya no está de moda" reflexiona el economista, para concluir afirmando "No, no pudo evitarse".
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