Fráncfort también existe: Draghi emprende el viaje hacia el "planeta de los tipos al 0%"
- El BCE calienta motores para rebajar los intereses a mínimos históricos
Europa vive estos días pendiente de Bruselas. Pero Fráncfort, ciudad alemana en la que el Banco Central Europeo (BCE) tiene su sede, también reivindica su cuota de protagonismo. Más que nada porque la nave capitaneada por Mario Draghi parece estar calentando motores para reducir el precio del dinero el próximo jueves y emprender, de una vez por todas, el viaje hacia el planeta de los tipos de interés al 0%. Es decir, el Planeta ZIRP -según sus siglas en inglés,zero interest rates policy-.
Desde diciembre, el BCE mantiene los intereses en el 1%. Ya los había situado con anterioridad en ese nivel entre mayo de 2009 y abril de 2011. Pero nunca, desde que tomó las riendas de la política monetaria en la zona euro, se ha atrevido a ir más allá. Nunca ha pisado el Planeta ZIRP, con lo que permanece como la excepción que confirma la regla entre los principales bancos centrales del mundo. Todos ellos lo han visitado durante la crisis, como el Banco de Canadá, o incluso siguen en él, como la Reserva Federal (Fed) estadounidense, el Banco de Inglaterra o el Banco de Suiza. Aunque el verdadero pionero, el primer astronauta, fue el Banco de Japón, que habita en el ZIRP desde 1995.
Efecto limitado...
A esas expediciones se sumará el BCE, salvo sorpresa, la próxima semana. Así lo esperan 14 de los 22 expertos -el 63,6%- consultados por la agencia financiera Bloomberg. La incógnita reside en la magnitud del recorte. Es decir, en si bajará los tipos un cuarto de punto, hasta el 0,75%, o medio punto, hasta el 0,5%.
En apariencia, será un pequeño paso en medio de esta colosal crisis; en realidad, se tratará de un gran salto para el BCE, que derribaría así uno de sus tabúes: poner los tipos bajo el 1%. De hecho, la rebaja de los intereses oficiales tendrá más impacto simbólico que real. ¿Por qué motivo? Porque en las circunstancias actuales una rebaja de los intereses es menos efectiva que antes de la crisis.
Cuando un banco central abarata el precio del dinero, pretende fomentar el crédito y generar unas condiciones financieras más propicias para incrementar la actividad económica. Para ello, eso sí, necesita que los bancos trasladen esos tipos más bajos en forma de más préstamos y más baratos a la economía real -empresas y hogares-.
Es esta condición la que limita ahora el impacto de una rebaja. Y es que los bancos -sobre todo los de los países más endeudados, como España- no están para traducir esos menores intereses en más crédito. O lo que es lo mismo, el mecanismo de transmisión de la política monetaria, que es como se conoce a ese proceso de trasladar las bajadas de los tipos a la economía, está estropeado porque sin la colaboración de los bancos es imposible que funcione.
Entonces, ¿por qué va a reducirlos? Porque aunque la crisis reste impacto a la medida, eso no implica que sea totalmente ineficiente. Para empezar, porque transmitiría la impresión de que el BCE sigue ahí. "Aunque el recorte tendrá poco impacto económico, el BCE comprenderá la necesidad de responder a las renovadas tensiones del mercado, por lo que no querrá transmitir la sensación de que esos problemas le causan indiferencia", valoran los expertos de Goldman Sachs, que pronostican un tijeretazo hasta el 0,75%.
...pero necesario
Pero, sobre todo, lo hará porque una reducción de los tipos oficiales llevará aparejada un recorte en los otros dos intereses que maneja el BCE: el de la facilidad marginal de crédito, que está en el 1,75%, y el de la facilidad de depósito, que se sitúa en el 0,25%. En especial, son estos segundos los que acaparan la principal atención de los expertos, que anticipan que los situará en el 0% o incluso en negativo (-0,25%).
¿Para qué lo haría? Para desincentivar que los bancos sigan llevando su dinero a la facilidad de depósito, un instrumento que el BCE les ofrece para que aparquen en él durante 24 horas la cantidad de dinero que estimen oportuno. Este mecanismo fue creado con la vocación de que las entidades sólo depositen el dinero sobrante que les quede en momentos puntuales, pero no para que lo usen de forma masiva. Pero esto es, precisamente, lo que está ocurriendo tras los dos préstamos a tres años (LTROs) que el BCE concedió a la banca europea. Desde la primera de estas operaciones, que tuvo lugar en diciembre, la facilidad de depósito ha albergado una media de 655.000 millones de euros al día; desde 1999 hasta entonces, su media diaria se limitaba a 30.150 millones.
"Creemos que el BCE ha concluido ahora que los efectos positivos de situar los tipos de depósito al 0% son mayores que los negativos", apuntan desde Nomura. Y añaden: "Poner los tipos de depósito en el 0% e incluso en negativo metería al BCE en unas aguas turbulentas". ¿En qué sentido? Los mercados podrían interpretar que "la entidad mantendrá los tipos muy bajos durante un largo periodo de tiempo" y, aún más allá, que el BCE "está tomando nuevos y contundentes pasos que incluso podrían desembocar una expansión cuantitativa (QE)", precisan.
"Creemos que el BCE ha concluido ahora que los efectos positivos de situar los tipos de depósito al 0% son mayores que los negativos", apuntan desde Nomura. Y añaden: "Poner los tipos de depósito en el 0% e incluso en negativo metería al BCE en unas aguas turbulentas". ¿En qué sentido? Los mercados podrían interpretar que "la entidad mantendrá los tipos muy bajos durante un largo periodo de tiempo" y, aún más allá, que el BCE "está tomando nuevos y contundentes pasos que incluso podrían desembocar una expansión cuantitativa (QE)", precisan.
Impactos colaterales
Además, la rebaja de los tipos implicaría otros efectos. El primero, abaratar el coste de los préstamos a tres años que el BCE concedió a los bancos, cuyos intereses están vinculados al nivel en el que se encuentra el precio del dinero mientras esas inyecciones continúen vivas. Y el segundo, contribuir a debilitar el euro, una consecuencia que resultaría favorable en estos momentos para estimular las exportaciones europeas.
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