Los números de la Fórmula 1
El Mundial de Fórmula 1 llega a su fin. Una competición que mueve miles de millones de euros cada temporada entre derechos de televisión, presupuestos de escuderías, sueldos de pilotos… un gran negocio sobre cuatro ruedas.
El dominio incontestable del tetracampeón del mundo, Sebastian Vettel, y de la escudería Red Bull ha marcado el Campeonato del Mundo de Fórmula 1 de este año, que concluye dentro de pocos días en Brasil. Si algo caracteriza a este deporte es la emoción, la adrenalina, la velocidad, el espectáculo, el glamour… y el dinero que mueve y que genera en torno a las escuderías, los pilotos y las carreras.
“En la Fórmula 1, la política y el dinero dictan las reglas”, llegó a declarar hace pocos meses el ex director de la escudería Williams, Adam Parr. “Hoy en día se necesita talento y dinero. Sin dinero no se puede llegar”, apuntó en una línea muy parecida el piloto venezolano Pastor Maldonado.
Televisiones, promotores, escuderías, anunciantes, público, videojuegos, merchandising y FIA mueven cantidades estratosféricas de dinero cada temporada. Según datos de la publicación Business Book GP 2012, Formula One Group (FOG), la empresa propiedad de Bernie Ecclestone que organiza el campeonato, facturó más de 1.200 millones de euros. Este deporte es el que más dinero mueve en el mundo. La cifra es vertiginosa: alrededor de 4.000 millones de euros. Su impacto mediático y económico en todo el mundo es incontestable.
Ingresos millonarios
La Fórmula 1 no es, pues, un deporte cualquiera. Con una audiencia global de 500 millones de espectadores por prueba, es todo un gran negocio multimillonario que cada año, pese a la crisis, no para de crecer. Ecclestone es el gran cerebro de esta competición, el capo de la F1, el principal accionista de este circo ambulante junto a las empresas JP Morgan y CVC Capital Partners.
Con un sueldo anual de seis millones de euros, Ecclestone obtiene unos 350 millones de beneficio cada año a través de la compañía FOG, propietaria y responsable de la explotación de los derechos del Mundial. Buena parte de esos ingresos procede del canon de la organización de las carreras, que puede superar los 60 millones de dólares.
A nadie escapa que la F1 es un gran escaparate para los más poderosos del planeta. A principios de 2013, sin ir más lejos, la compañía aérea Emirates –propiedad de los Emiratos Árabes– firmó un contrato de patrocinio por cinco años, a cambio de 150 millones de euros. “Es una fantástica oportunidad global de unir dos marcas líderes a nivel mundial”, pronunció tras el acuerdo el Jeque Ahmed bin Saeed Al-Maktoum, presidente y máximo representante de la aerolínea.
También las grandes escuderías han llegado a acuerdos de patrocinio con distintas marcas, capaces de pagar hasta 25 millones de dólares por lucir su publicidad en un alerón o en los laterales del monoplaza. Sólo en patrocinios, la F1 mueve 1.000 millones de euros. Es la mejor manera de conseguir dinero, si se tienen en cuenta los elevadísimos presupuestos que manejan carrera tras carrera en el paddock. Ferrari, Red Bull y McLaren cuentan, cada una, con un presupuesto de unos 300 millones de euros anual. Dinero llama a dinero. Y sólo aquellos equipos que son capaces de conseguir 170 millones de dólares, la mayoría de patrocinadores, tendrán un hueco en la parrilla de salida.
Fernando Alonso (Ferrari) y Lewis Hamilton (Mercedes) son los pilotos mejor pagados del circuito, con una ficha de 20 millones de euros por temporada. Jenson Button (McLaren) ocupa la tercera posición de este podio, con 16 millones. Y el campeón alemán Vettel se embolsa cada año 12 millones de euros fijos, más una retribución variable por objetivos. Unos números que demuestran el poder y la influencia de este deporte.
Por Blai Ripoll
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