lunes, 25 de noviembre de 2013

Draghi al relevo....


Draghi debe tomar el relevo de Bernanke: ¿Qué podemos esperar de los mercados?




Los analistas coinciden en que el Banco Central Europeo tiene que tomar más medidas tras haber bajado los tipos, pero no en cuáles adoptará. En todo caso, favorecerá la apuesta por el riesgo en los mercados.primir


El Banco Central Europeo dio una gran sorpresa cuando bajó los tipos de interés. Pero son necesarias más sorpresas. Otra bajada del precio oficial del dinero no sería suficiente. Los analistas aseguran que el canal que une la política monetaria convencional está roto. Posiblemente tampoco lo sería situar la tasa de depósito en zona negativa, para desincentivar el ahorro de las entidades financieras y favorecer la inversión, es decir, el crédito. Hay que ir más allá, mucho más allá.
El influyente columnista del influyente Financial Times Wolfgang Münchau animó al presidente del BCE, Mario Draghi, a comprar deuda, a hacer un «quantitative easing», a imitar, en definitiva a la Reserva Federal. Para Robert Parkes, el estratega de HSBC al que entrevistamos en la página 44, aunque no forma parte de su escenario central, no descarta que suceda. No en vano, el mandato del BCE no es sólo evitar la inflación, sino garantizar la estabilidad de precios y ahora el riesgo deflacionista es elevado. Dos miembros del comité ejecutivo del BCE, Peter Praet y Vitor Constancio, admitieron que la entidad puede utilizar su balance para aumentar la inflación, lo que incluye la compra de activos. Otros fundamentales que justifican esta decisión del BCE: el PIB francés ha vuelto a caer, los signos de recuperación de Italia han desaparecido e incluso Alemania ha perdido tracción. 
El problema es la oposición de Alemania y sus satélites. Pero habría una manera, la que nos contó el analista Juan Ignacio Crespo, para conseguir su apoyo: que el BCE comprara bonos de todos los países, por una cantidad equivalente a la de su déficit del año anterior, siempre y cuando hayan cumplido los objetivos. Incluso los Estados con superávit entrarían en el programa: podrían reducir su deuda en una cantidad igual a éste, no como con el programa OMT, que ni siquiera se ha usado. Sería perfecto: desendeudamiento sin abandono de la austeridad.
José Luis Martínez Campuzano, de Citi, comenta que un QE en Europa no es el escenario más probable. Pero no hay que descartarlo en una situación extrema (riesgo claro de deflación, pánico en los mercados, o la entrada en una depresión que afecte a los precios). Alberto Matellán, de Inverseguros, coincide: es posible, pero poco probable a corto plazo. Matellán dice que la prohibición que pesa sobre el BCE (sus estatutos le prohíben financiar a Gobiernos) se podría soslayar si hay un verdadero riesgo de deflación. Para Rodrigo García, de XTB, la clave estará en ver si funcionan las medidas que ha tomado hasta ahora. En todo caso, como señala Félix López, de Atl Capital, se acaban los cartuchos sin usar del BCE. Sólo por eso, ya aumenta la probabilidad de un QE europeo.
Desde Cortal Consors, Estefanía Ponte cree que lo más probable es que la autoridad monetaria eche mano de nuevos LTRO, ligados, quizás, a créditos a pymes. Pero tampoco descartan compras directas de activos privados: titulizaciones, deuda privada, pagarés y cédulas. Así, el BCE aceptaría MBS (activos respaldados por hipotecas) como colaterales. En este caso, aunque las compras serían reducidas, actuarían como impulso de la confianza. Y es que, según comenta López, si no hay novedades de este tipo en los LTRO, éstos serían más de lo mismo. Bruselas ya ha advertido que las entidades han preferido comprar deuda que conceder créditos. Es lo que hay que evitar, así que Matellán propone LTRO condicionadas a la concesión de créditos.
Draghi también puede estar vigilando a la Fed para decidir sus próximos pasos. Puede estar esperando el inicio de la reducción de estímulos en EE.UU. para que, por esa razón, el euro se deprecie y, así, suba la inflación y mejore la competitividad europea. O, al contrario, puede estar esperando que prosigan las inyecciones de la Fed como hasta ahora dado que Europa también se beneficia de esa liquidez sin que el BCE aumente su balance.
El s&P, a los 2.000 puntos
A este respecto, del discurso de Janet Yellen, la próxima presidenta de la Reserva Federal, en su examen ante el comité financiero del Senado, se deduce que los estímulos continuarán, justificados por el mercado de trabajo que, según comenta Ponte, en ninguno de sus indicadores ha recuperado niveles pre-crisis y, ni siquiera, niveles acordes con su media histórica. Pero, según Ponte, los estímulos continúan en EE.UU. por los problemas presupuestarios. De haberse superado en marzo, será entonces cuando comiencen a reducirse. Eso llevará, según sus pronósticos, a la rentabilidad de la deuda a tres meses hasta el 1 por ciento, desde el 0,3 por ciento actual; y a la del diez años, hasta el 3,5 por ciento. La retirada de estímulos en EE.UU. invita a ser muy prudente con la renta fija. Pero es muy posible que en los emergentes ya esté recogida esa posibilidad. Pese a todo, Ponte ve al S&P 500 llegando a los 2.000 puntos en 2014, lo que le da un recorrido del 14 por ciento. Aunque hay quienes hablan de burbuja para describir lo que ocurre en Wall Street, Yellen lo negó. Campuzano, de todas formas, llama la atención sobre una subida de Wall Street de un 25 por ciento, mientras los resultados sólo han crecido un 4 por ciento.
Efectos del QE europeo
¿Qué consecuencias tendría en los mercados que el BCE comenzara a comprar activos o que, al menos, tomara más medidas no convencionales? Según Félix López, favorecería sobre todo a los activos de riesgo. Pero, en deuda, se quedaría con el «high yield» más que con el corporativo normal, puesto que tiene más recorrido. Por supuesto, la bolsa también ganaría atractivo. Y, además, el euro se depreciaría. También Matellán cree que todos los activos tirarían al alza, pero no sin antes sufrir algo de volatilidad, dado que la medida que anuncie Draghi sería una gran sorpresa.
Rodrigo García explica cómo, cuando un banco central inyecta liquidez, las bolsas de la región se ven favorablemente afectadas. También, las materias primas que cotizan en esa moneda, porque ésta, a su vez, se ve penalizada. Por eso, aconseja tomar posiciones bajistas en el euro, tanto a corto como a medio plazo. De hecho, Óscar Germade, de Cortal Consors, dice que el gráfico técnico proyecta al euro hasta el nivel de 1,10 dólares con vistas al año 2017. García insiste en que el dólar subirá contra prácticamente todas las monedas, salvo contra el dólar australiano o el neozelandés.
Japón, el último en llegar, y Reino Unido, ¿el primero en retirarse?
Sin duda, el banco central que está echando el resto es el japonés en su lucha por la creación de inflación. Y, como en EE.UU., se ha coordinado con el Gobierno. No sólo es cuestión de inyectar dinero, también se va a subir el IVA y se apoya la elevación de los salarios. A corto plazo, está teniendo relativo éxito, como puede verse tanto en los datos de actividad como en los de precios. Pero lo que más parece haber gustado a los inversores últimamente, según José Luis Martínez, de Citi, es que el Banco de Japón ha afirmado que no retirará los estímulos una vez que el IPC llegue al 2 por ciento, sino cuando se estabilice ahí. Pero Alberto Matellán, de Inverseguros, muy crítico con la expansión monetaria, se pregunta hasta cuándo va a durar ese efecto positivo y cuándo puede estallar la distorsión en los precios que provocan estas inyecciones. Por el momento, Rodrigo García, de XTB, comenta que el índice Nikkei de Tokio debería volver a atacar los 15.000 puntos y consolidarlos.
Si el BCE está sobreactuando al menos en su discurso es porque, como comenta Estefanía Ponte, de Cortal Consors, se atisba un cambio en la política monetaria del Reino Unido, es decir, un endurecimiento. El BCE no quiere que el mercado comience a descontar que Fráncfort va a ir en la misma dirección. Robert Parkes, de HSBC, explica que es verdad que el Banco de Inglaterra ha afirmado que el crecimiento del país está siendo más sólido de lo esperado, lo que puede hacer temer subidas de tipos, ahora mismo en el 0,5 por ciento. Pero este experto opina que eso no sucederá en 2014. De todas maneras, para este analista el mercado bursátil británico no es de los preferidos del mundo. Es una bolsa relativamente defensiva y los inversores van a apostar por activos de más riesgo, como los de la periferia europea. De todas maneras, lo puede hacer bien, dado el importante peso que tiene en el Ftse 100 el sector de los materiales básicos, que gusta mucho a los analistas.


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