Tres candidatos se disputan la presidencia de Asturias sin pactos previos
El debate para la elección del próximo jefe del Gobierno autonómico comienza hoy en la Junta General // Javier Fernández, Mercedes Fernández y Emilio León buscan la investidura
MARTES 30 DE JUNIO DE 2015
No hay red de seguridad en el debate de investidura del presidente de Asturias, al que los tres candidatos llegan este martes a cuerpo limpio, sin pactos previos ni aliados previsibles para cuando llegue el momento de las votaciones. Las negociaciones entre los partidos, que comenzaron con fuerza en los días posteriores a las elecciones del 24-M, han decaído con el paso de los días y no han producido resultados palpables después de la constitución de la nueva Junta General, hace ya dos semanas. Entre los aspirantes –Javier Fernández (PSOE), Mercedes Fernández (PP) y Emilio León (Podemos)—, el mejor situado es el socialista, que aspira a su reelección para el cargo que ha ocupado desde 2012. Los 14 votos de los diputados de su grupo pueden ser suficientes para su designación en la segunda vuelta, en la que ya no es necesaria la mayoría absoluta. Ningún grupo ha expresado su intención de sumar sus fuerzas con las de los nueve parlamentarios de Podemos y la única duda es si los populares persuadirán a Foro para que apoye a su candidata y consiguen de esa manera, aunando sus 11 representantes con los tres casquistas, igualar el respaldo de Javier Fernández y bloquear su elección.
El silencio de Foro alimenta las especulaciones, aunque su apoyo al PP parece poco plausible. Nació como una escisión de la familia popular y ha basado su discurso en los últimos cuatro años en descalificar el “sucursalismo” de Mercedes Fernández y los suyos y en denunciar discriminaciones de Mariano Rajoy hacia Asturias. Girar en redondo y respaldar ahora a sus rivales de la derecha sería un desvío notable de esa línea de actuación. Además, ese cambio de opinión no bastaría para obtener el Gobierno; solo para impedir que el PSOE lo alcance. Y Ciudadanos, la fuerza que podría encajar ahí para deshacer el empate ya ha advertido que nadie le ha presentado un programa que sirva como base para un pacto y que, en ese caso, prefiere abstenerse. Es más, en las discusiones para constituir el nuevo Parlamento, el partido naranja prefirió votar junto a PSOE e IU.
En el PSOE, Fernández se presenta ante los diputados como garantía de estabilidad y continuidad en las políticas autonómicas de los últimos años. Si logra la investidura, se enfrentará, en cualquier caso, a una legislatura complicada. Sin aliados fijos, deberá buscar apoyos específicos para todas sus iniciativas y no tiene garantizada la aprobación de los presupuestos regionales con solo 14 votos en una cámara con 45 diputados. Desde 2012 también ha gobernado en minoría, primero con el respaldo de IU y UPyD y después, tras romper con ellos, con acuerdos presupuestarios con el PP. Las dos opciones parecen más difíciles ahora. Con el PP, en particular, no va a haber ningún pacto en los próximos meses. Ambas partes desean evitar a toda costa la imagen de un frente bipartidista en la cuenta atrás hacia las elecciones generales que Mariano Rajoy convocará, a más tardar, en otoño.
20 años después
Hace 20 años que no se veía en el Principado un debate de investidura con tres candidatos. Entonces, Sergio Marqués obtuvo la presidencia para el PP ante la desunión de la izquierda, dividida entre Antonio Trevín (PSOE) y Gaspar Llamazares (IU). Pero había sido el candidato más votado, una ventaja de la que no dispone ahora Mercedes Fernández para intentar una remontada por sorpresa y convertirse en la primera mujer al frente del Gobierno asturiano. La presidenta de los populares asturianos, sin embargo, ha justificado su decisión de defender su programa en la tribuna para que la designación del jefe del Ejecutivo no tenga lugar sin debate y para hacer visible la existencia de una alternativa económica e ideológica a las recetas de la izquierda. Fernández dispondrá así de tiempo para defender su programa de bajadas de impuestos, recortes en el sector público y libertad de elección de médico y colegio para las familias.
Emilio León, por su parte, pone en práctica la decisión de Podemos de presentar a su candidato para exponer su programa alternativo de rescate ciudadano y atención a las demandas de la calle. La enorme distancia política y personal entre los dirigentes del nuevo partido y la cúpula socialista –agravada por el tira y afloja acerca de las investiduras en los ayuntamientos— ha cercenado desde el primer momento la formación de un gobierno de izquierda para poner en práctica un programa detallado que buscaba Izquierda Unida. Podemos, en realidad, siguiendo las directrices de Pablo Iglesias y sus colaboradores nacionales, ni siquiera se presenta ante la opinión pública como una formación de esa izquierda clásica, sino como una herramienta para buscar la centralidad en el debate político.
De esa manera, con los votos de los tres partidos con más diputados comprometidos en la defensa de sus propios candidatos, las únicas opciones de mover el panorama serían las de los tres minoritarios. Por ahí, solo Foro mantiene el misterio. Las bases de IU ratificaron el pasado fin de semana la abstención propuesta por la dirección y Ciudadanos también asegura que esa será su posición.
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