miércoles, 24 de junio de 2015

Tsipras y la oposición interna....

Syriza pone a Tsipras contra las cuerdas


Adolfo Lorente
El ala más radical de la coalición enfría el optimismo, rechaza las cesiones a la Troika y augura una negativa del Parlamento al plan
Llega la hora de la verdad para Alexis Tsipras, el momento de ganarse el sueldo y hacer política. Es la hora de dialogar, de ganar, de ceder y, sobre todo, de saber vender el resultado de su negociación, incluso aunque no sea de su agrado ni de los suyos. Siempre se dijo que gobernar no era fácil y esta semana, el primer ministro griego está sufriendo en primera persona el significado de esta manida expresión. Porque convencer a tus acreedores para que te sigan prestando y de paso convencer al pueblo heleno para decirle que muchas de sus promesas quedarán en papel mojado no debe ser tarea sencilla. Así que Alexis Tsipras ha sacado la balanza y desde el lunes, está echando puñaditos en uno y otro lado para buscar un imposible: lograr el sí a la Troika y el sí del ala radical de Syriza.
Ayer, Europa amaneció con la dulce resaca de un principio de acuerdo con Grecia que hace sólo 48 horas era inimaginable. Tsipras cedía y aceptaba difuminar algunas de sus líneas rojas, como la edad de jubilación o las pensiones, dos áreas que la Troika considera insostenibles presupuestariamente como ahora están concebidas. La negociación continúa contrarreloj de cara al Eurogrupo que se celebrará a última hora de esta tarde (19.00 horas) y a una cumbre de jefes de Estado y de gobierno que tendrá lugar mañana y el viernes en Bruselas. Son las 72 horas más trascendentales de la era Tsipras y quizá del futuro de un país al borde del corralito y con muchas dudas sobre su permanencia en el euro.
Alexis Tsipras se enfrenta a varios problemas, pero dos destacan sobre el resto. El primero, que el apartado de las concesiones aún no está cerrado. Debe ceder todavía más -subiendo el IVA por ejemplo- si de verdad quiere llegar a un pacto esta misma semana que le permita recibir nuevos fondos que por ende, eviten el impago al FMI el día 30. El segundo y principal, cómo sofocar el incendio originado en las filas de Syriza, cuyos cuadros más radicales han mostrado ya su rechazo a la oferta helena presentada el lunes en Bruselas -una propuesta, no hay que olvidarlo, que acreedores como el FMI consideran buena pero insuficiente-. Y si con lo que hay ya ha bastado para provocar la rebelión dentro de la coalición que sustenta el Gobierno, nadie sabe qué pasará si esta noche el Eurogrupo certifica, como todo apunta, nuevas cesiones griegas.
El ambiente político en Syriza es de alto voltaje. «Las nuevas propuestas son una lápida para Grecia, son peor que el primer rescate. ¿Cómo puedes llegar a un acuerdo que incrementará los suicidios y empobrecerá a la población?», criticó el diputado Yanis Mijeloyanikis. Las medidas no se pueden votar, son extremas y antisociales», advirtió el vicepresidente del Parlamento, Alexis Mitropoulos, que advirtió de que el acuerdo, tal y como está concebido, no obtendrá el plácet de la Cámara.
Hoy, Eurogrupo clave
¿Qué hacer? El 25 de enero, Syriza se quedó a sólo dos escaños de la mayoría absoluta y gobierna apoyado en los nacionalistas conservadores de los Griegos Independientes, liderados por el ministro de Defensa, Panos Kamenos y que a día de hoy mantienen su apoyo a Tsipras. Los 'duros' son los diputados de Plataforma de Izquierdas, que aportan en una treintena de diputados dentro de la propia Syriza -están representados por el beligerante ministro excomunista Panagiotis Lafazanis-. Sin estos apoyos, la posible propuesta de acuerdo que lleve Alexis Tsipras al Parlamento está abocada al fracaso.
Dicho de otro modo, se abrirían de par en par las puertas a la celebración de unas elecciones anticipadas, como admitió ayer el portavoz del Gobierno, Gavriil Sakelaridis, quien llamó a la «responsabilidad» de los diputados. Más explícito fue el ministro de Interior, Nikos Vutsis, que advirtió de que «el acuerdo será honesto, pero también doloroso» y tras pedir el apoyo de la coalición, aclaró que en caso de que no logren los apoyos suficientes, «haremos lo que prevé la Constitución, es decir, convocar elecciones».
Sin embargo, hay más conejos dentro de la chistera ya que los liberales de To Potami o los socialistas del Pasok parecen dispuestos a apoyar puntualmente a Tsipras. Incluso no hay que descartar que el principal grupo de la oposición y expartido de Gobierno, Nueva Democracia, respalde al primer ministro. No hay que olvidar que la ND de Andonis Samarás pertenece al PP europeo, el partido de Merkel o Juncker, quienes a buen seguro 'invitarán' a su colega a que haga todo lo posible para que las negociaciones no descarrilen.
Mientras la partida de ajedrez continúa a sólo unas horas del decisivo Eurogrupo de hoy, el BCE decidió de nuevo ayer mantener la respiración asistida de los bancos griegos a la espera de un acuerdo inminente y con la vista puesta en evitar el corralito. La línea de financiación de emergencia ronda ya los 90.000 millones, que busca paliar una fuga de depósitos que ronda los 40.000.

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