La OTAN, el FMI, divisiones, Grexit… mirando al 2020: ¿el regreso de las guerras europeas?
Debido a la combinación de algunos indicadores más que preocupantes durante los últimos meses, nos hemos planteado la posibilidad de un regreso de las guerras europeas en el horizonte 2020. El hecho de que nuestro equipo comience a ver salidas a la crisis actual no quiere decir que bajemos la guardia o dejemos de vigilar los obstáculos que se pueden presentar en el camino hacia esas salidas. Obstáculos que esencialmente parecen tener dos naturalezas distintas:. en primer lugar, los esfuerzos de las autoridades del mundo del ayer para mantenerse a salvo, conflictos anacrónicos enraizados en el pasado, generados por unas potencias cada vez más aisladas, pero también cada vez más agresivas, entre los que sobresale, aunque no es el único, el ejército de Estados Unidos.. de otra parte, las chispas, ahora “naturales”, pueden surgir de la enorme fricción entre las placas tectónicas, la imagen que evoca de la mejor manera los reequilibrios geopolíticos en curso.
Los títulos del GEAB:
- Perspectives : La OTAN, el FMI, divisiones, Grexit… mirando al 2020: ¿el regreso de las guerras europeas?
- Telescope : 2015-2020 – El aislamiento de la “América dura”
- Focus : Crisis griega: la tentación de cerrar la puerta al FMI
Nuestro equipo ha decidido hacer pública la sección intitulada : “Crisis griega: la tentación de cerrar la puerta al FMI”
Crisis griega: la tentación de cerrar la puerta al FMI
Si creemos a nuestros medios de comunicación, parece que el mundo entero se haya detenido por el acuerdo griego que persiguen la UE, el BCE y el FMI. Entre los repentinos acontecimientos y la situación de empate, la tensión es creciente y desde ahora no se excluye[1] un impago griego. ¿Un cataclismo o una oportunidad?
Grecia permanecerá en la zona euro
Como siempre hemos dicho, y seguimos diciendo, Grecia permanecerá en la zona euro. Es extraño que, hasta hace poco, todos los medios de comunicación asociaban impago y Grexit. Esta época ha pasado: a partir de ahora los dos problemas están claramente separados, como debe ser, y una señal es que Grecia mantendrá la moneda única. Aunque el impago es una posibilidad, por otra parte. Y si ese es el caso, será un incumplimiento deliberado, organizado e incluso previsto, entre los europeos. El caso griego no ha estado bajo el microscopio mundial durante los últimos seis años para que el desenlace de la crisis suceda de una manera inesperada.
Además estamos viendo que se está teniendo en cuenta políticamente a la Eurozona, con Merkel y Hollande que quieren un “fortalecimiento de la zona euro”[2] con Juncker que está insuflando vida a una nueva energía política y, con Sigmar Gabriel (el vicecanciller alemán) y Emmanuel Macron (el ministro francés de Economía) que exigen una “integración radical” de la zona euro[3]. Es evidente que todo esto no es muy compatible con la salida desordenada de Grecia de la zona euro. Ni Juncker, ni Tsipras, que han estado luchando durante meses para llegar a un acuerdo, esperan un Grexit. Un Grexit que sólo es una fantasía de los mercados financieros y los medios de comunicación.
El FMI: una espina en el pie Europeo
Sin duda, este Grexit se había buscado, deliberadamente o no, por parte de algunos jugadores en el juego de póquer que se está reproduciendo actualmente, y en particular por el jugador de Washington. Todo el mundo sabe la posición histórica del FMI en cuanto a la gestión de la deuda soberana. El caso griego no es una excepción: de los tres miembros de la troika, el FMI es de lejos el más exigente ideológicamente en sus peticiones en lo que respecta a Grecia[4].
Si la tragedia griega ha durado tanto tiempo, no es el tamaño del problema lo que está en cuestión. Para que sepamos bien de que estamos hablando, era necesario inyectar alrededor de 240 mil millones€ en la economía griega – o más bien en los bancos griegos y el sistema financiero, para que no se colapsaran (lo que habría puesto en riesgo el sistema europeo). Una cantidad que sólo representa una cuarta parte del QE del BCE, por ejemplo, o una pequeña parte de los planes de recuperación y de apoyo bancario europeo.
No, si la tragedia griega ha durado tanto tiempo es porque hay otra razón. ¿Los alemanes no quieren pagar? Ellos no son los únicos que pagan (sólo representan el 22% de las cantidades prestadas), y siempre lo han hecho hasta ahora, al final sin demasiado alboroto. En su lugar hay que ir a buscar la razón en el FMI, sus demandas excesivas y demasiado neoliberales para el continente europeo. Un “aliado” impuesto por Washington en 2010, pero que representa menos del 20% de la ayuda (de los cuales más de la mitad ya ha sido reembolsada); un aliado problemático del que a Europa le gustaría deshacerse a fin de gestionar el problema por sí misma, sin la interferencia de Estados Unidos. Sobre todo porque, finalmente, Europa ha creado los medios para resolver este problema, gracias sobre todo a la FEEF (Fondo Europeo de Estabilidad Financiera), y luego su sucesor, el MEE (Mecanismo Europeo de Estabilidad).
Gráfico 1 – Distribución de la deuda griega (320 miles de millones€). Fuente: La Croix.
La oportunidad ideal para deshacerse del FMI
El resultado del problema griego está, por tanto, íntimamente ligado a la resolución del FMI. Un problema que no supone más que 21 mil millones de euros.
Gráfico 2 – Los importes debidos por Atenas a sus acreedores y su calendario de pagos. Fuente: WSJ.
Muchas fuentes se muestran escépticas sobre que Grecia tenga la cantidad exigida por el FMI para el 30 de junio (1.600 millones de euros) y el propio ministro del Interior ha descartado un reembolso al FMI sin ayuda externa[5].
Si creemos al ministro de Economía, Yanis Varoufakis[6] (que se lamenta del método utilizado y al que le hubiera gustado negociar directamente con los Estados miembros de la UE), la troika nunca ha negociado realmente y se satisface a sí misma con la imposición de sus exigencias. ¿Una forma de jugar al póquer con apuestas de que Grecia cederá? Tal vez. Pero sobre todo una gestión tecnocrática de la crisis griega con implicaciones políticas claras … y un juego muy arriesgado ya que los mensajes enviados por el Gobierno griego a los europeos (a través de entrevistas a Tsipras o a Varoufakis en los periódicos europeos) son claros y acabarán por dar fruto: ¿quién no entiende que tienen razón[7] y que ellos, además, han adoptado una disposición extraordinaria para continuar las negociaciones sin utilizar su argumento decisivo – impago y salida de la zona euro?
Esta es la idea que hemos sostenido durante varios meses, que hay un acuerdo tácito entre Grecia y el Eurogrupo, donde el gobierno de Tsipras ha sido enviado a la batalla contra el FMI y sus demandas nada razonables.
¿Tendrán los líderes europeos el coraje de asumir un incumplimiento del pago de Grecia? Probablemente no, porque las consecuencias son bastante impredecibles[8]. Pero existe otra solución normal, tal como menciona Varoufakis: que el MEE (que fue creado para esto) adelante el dinero que Grecia debe al FMI[9]. No incumplimiento de pago, solidaridad europea y un derrocamiento del FMI (ya que estos últimos serían reembolsados totalmente): hay muchas ventajas en esta solución. Esto incluso satisface al FMI, porque entiende claramente que todo el mundo está en el mismo barco y que es mejor ser reembolsados por Europa que continuar vertiendo gasolina sobre las llamas y arriesgar todo el sistema financiero hasta que explote. Y luego, imaginemos por un segundo el mensaje que una denegación de reembolso griega al FMI enviaría a todos los deudores de esta institución. ¿El FMI prevé realmente llevar hasta los límites su lógica? ¿O no es esto, como hemos pensado durante varios meses, sólo un espectáculo entre los jugadores que tienen interés en el cambio y para eso necesitan una situación de extrema tensión que justifique sus movimientos?
La solución de Varoufakis es indudablemente el compromiso adecuado. Pero si realmente no se puede aplicar, hay otro, más violento e impredecible, pero con el mismo potencial para terminar la crisis.
Incumplimiento de pago de la zona euro: ¿sueño o pesadilla?
En realidad, en el punto donde están las negociaciones, la alternativa más creíble ahora es la más violenta: permitamos el impago parcial de Grecia el impago. A priori esto requeriría mucho más valor político de lo que nuestros líderes son capaces – a no ser que la procratisnación europea empuje a Tsipras al límite (no hay que olvidar que aquí tiene una gran carta bajo la manga). De acuerdo con nuestro equipo esta opción es, por lo tanto, poco probable. Dicho esto tendría consecuencias interesantes y que son cada vez menos tabú.
En efecto, sería necesario un examen de todas las deudas de la eurozona (y posiblemente mundial). Porque ¿por qué liberar a Grecia de parte de su deuda, cuando España, Italia, Portugal o Francia, por ejemplo, están también luchando con su deuda? Esto tendría el mérito de poner en marcha una reflexión sobre el tema[10], con la posibilidad hacer pura y simplemente desaparecer una porción de la deuda pública[11].
La deuda privada se ha convertido en una deuda soberana que está aplastando los estados, y no sólo a Grecia, a partir de ahora incapaces de la menor acción de revitalización económica. Una limpieza forzada a través de un parcial y reflexionado impago tendría realmente consecuencias desagradables para algunos establecimientos parásitos financieros, pero finalmente sería una manera de compensar el sistema – este compensación es la llave para salir de la crisis sistémica global.
Por tanto, es una gran tentación organizar un no reembolso de ciertos acreedores o del FMI e iniciar un proceso de cancelación de la deuda, especialmente en un contexto de aumento de las tasas de interés que están a punto de deshacer todos los esfuerzos de austeridad asumidos por los países endeudados.
Toda la negociación en torno al emblemático caso griego es, sin duda, ante todo y sobre todo, un buen momento para la reflexión y la preparación de la aplicación de una solución final que podría, después de todo, por qué no, implicar el empujar a los griegos a disparar la gran bomba que elimine las deudas que están aplastando el planeta.
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