La creación de un nuevo órgano directivo al que se confiará todo el funcionamiento interno del Ayuntamiento, bajo la denominación de 'Gerente de la Ciudad', junto a la 'superconcejalía' que liderará Marta Higueras, han generado un contundente armazón de mando en torno a la figura de Manuela Carmena. La Gerente de la Ciudad, nombrada en la última Junta de Gobierno, dependerá directamente de la alcaldesa, al igual que la 'superconcejalía' de Higueras, mano derecha de Manuela Carmena y cuya entrada en la lista de Ahora Madrid fue una condición de la alcaldesa para liderar el proyecto.
La gerente Carmen Román Riechmann (1960), quien fue directora general de la Función Pública durante el gobierno popular de José María Aznar, tendrá amplias competencias, entre ellas las de organización, recursos humanos, formación de empleados públicos o inspección general de los servicios. El Organismo Autónomo de Informática del Ayuntamiento de Madrid también se integrará en la Gerencia de la Ciudad, con rango de dirección general, así como los correspondientes servicios comunes de la Gerencia y de la Coordinación General de la Alcaldía. La Asesoría Jurídica también estará bajo la batuta de Riechmann, lo que le otorga unas funciones generales y fundamentales sobre el desempeño cotidiano del consistorio.
La 'superconcejalía' de Igualdad y Derechos Sociales que controlará Higueras, persona de total confianza para Carmena, y primera Teniente de Alcalde, no solo integrará las competencias sociales, educación y sanidad, sino también Empleo (antes en Economía, Hacienda y Administraciones Públicas) y Vivienda (antes en Urbanismo). Precisamente, la aplicación del programa sobre Vivienda, así como las declaraciones de la vicealcaldesa en las que reconocía que el consistorio no tiene capacidad suficiente para paralizar los desahucios, han levantado críticas entre los movimientos por la vivienda digna.
“Está bien que haya alternativas habitacionales, pero para nosotros lo más importante y lo que llevamos reclamando desde siempre es que se paralicen los desahucios que son injustos, más allá de realojar”, explicaba una de las portavoces de la Asamblea de Vivienda Centro a raíz de estas declaraciones. “El Ayuntamiento tiene que mediar y negociar como hacemos desde la PAH y la sociedad civil con los bancos, lo cual es 100% legal y nosotros tenemos claro que vamos a seguir haciéndolo. Espero que el Ayuntamiento nos ayude en esta tarea, además de buscar alternativas habitacionales, que deberían quedarse sólo como última opción, pero no como una solución en sí mismas”, añadía.
Traslado de competencias clave
Muchos de los miembros de la candidatura y del grupo de Gobierno de Ahora Madrid son activistas de la PAH, por eso las declaraciones sorprendieron no solo fuera sino también dentro del gobierno municipal. Sin embargo, el propio organigrama y el traslado de competencias clave, como las de vivienda o empleo, de unas concejalías a otras, deja en manos de Carmena la última palabra sobre estas políticas.
La concentración de poder en manos de la alcaldesa se suma a sus afirmaciones sobre el hecho de que no todas las propuestas lanzadas serán 'realizables'
La concentración de poder en manos de la alcaldesa se suma a sus afirmaciones sobre el hecho de que no todas las propuestas serán "realizables", en una entrevista a Le Figaro. En el diario galo, Carmena explicaba que “el programa no es una Biblia para mí, es una lista de sugerencias". A todo ello se suma la aclaración de que no se identificaba al 100% con los concejales que la acompañaban en la lista.
Carmena se ha enrocado así en su bastón de mando tanto de palabra como de facto, mediante el diseño del organigrama y la creación de nuevos órganos directivos. Sin embargo, se trata solo del arranque de su mandato, y todo apunta a que se irán corrigiendo los hipotéticos excesos sobre la marcha. Así, solo un día después de que se criticase desde las PAH que no se reuniese con estos colectivos para buscar soluciones conjuntas a la lacra de los desahucios, se concertó una cita. Al mismo tiempo, al día siguiente de sus desapegadas declaraciones en Le Figaro, defendió a todos los integrantes de su equipo, a los que denominó “compañeros perfectos”. La “enorme aventura” que implica “hacer política” diferente no ha hecho más que empezar. Las dinámicas del trabajo colectivo, también.
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