Las bases de Izquierda Unida aprueban la alianza con Podemos para las elecciones generales del 26 de junio por un abrumador 84,5%. Un dato incontestable que refuerza a Alberto Garzón y que ayuda a rematar la negociación, ya muy avanzada, entre las dos formaciones.
Resultado #ConsultaIU:— Izquierda Unida (@iunida) 5 de mayo de 2016
Votos emitidos: 20.067
Sí: 84,5% (16.953)
No: 13,1% (2.623)
Abs: 2,4% (491) pic.twitter.com/T9oe1boxKs
Según los datos facilitados por la organización, se emitieron 20.067 votos, de los cuales 16.953, el 84,5% fueron afirmativos. 2.623 papeletas, el 13,1%, llevaban el no a la confluencia. Y un 2,4% (491 sufragios) se abstuvo. El respaldo mayoritario era el esperado y el que preveía la dirección. No obstante, la cúpula advierte de que se trata de resultados provisionales porque faltan computar los votos de algunas provincias.
Los cerca de 30.000 militantes y simpatizantes de la federación todavía dirigida por Cayo Lara votaron online o de forma presencial desde el pasado lunes hasta ayer mismo, 4 de mayo, acerca de la confluencia con el partido de Pablo Iglesias, tal y como aprobó el pasado miércoles la presidencia federal de la organización. Los llamados a las urnas tenían que responder a la pregunta "¿Apruebas una coalición electoral con Podemos y otras fuerzas de cara a las elecciones del 26 de junio?", una formulación, por cierto, que suscitó malestar en los sectores críticos -el ala afín a Lara e Izquierda Abierta, el partido de Gaspar Llamazares-, por su redacción genérica y por plantearse antes de que esté cerrado el pacto con Iglesias. Uno de los dirigentes de la primera línea que votó no al pacto, según desveló este jueves a través de su perfil de Facebook, fue el alcalde de Zamora, Paco Guarido -el único regidor que IU tiene en una capital de provincia-, cercano al actual coordinador.
La pregunta formulada por IU a sus bases era: "¿Apruebas una coalición electoral con Podemos y otras fuerzas de cara a las elecciones del 26 de junio?"
El diputado de Izquierda Unida-Unidad Popular, sin embargo, ha venido defendiendo que no se trataba de un "cheque en blanco", sino que había "líneas marcadas" como que se dejara claro que la alianza se materializará a través de una coalición entre las dos organizaciones, que se respeta la identidad de cada uno, que habrá hay unas líneas marcadas por esa consulta que establecen que se tratará de una coalición electoral", que respetarla la identidad de cada uno, al tiempo que habrá campañas electorales distintas y liderazgos diferenciados. No obstante, y para evitar malentendidos y acallar a los críticos, el equipo de Garzón se plantea proceder a convocar una segunda consultacuando la alianza con Pablo Iglesias esté sellada.
Los flecos de la negociación
El acuerdo, en todo caso, ya está muy maduro, según explican todas las fuentes consultadas por IU. No sólo por la predisposición de las dos partes y por los puntos ya avanzados, sino porque aprietan los plazos, los internos y los externos. Las coaliciones electorales deben estar registradas antes del próximo 13 de mayo, pero además IU celebra este sábado una reunión del consejo político federal -su máximo órgano de dirección- a la que el equipo de Garzón quiere llevar el pacto ya cerrado o a falta de rematar algunos flecos. Podemos, en cambio, preguntará a sus bases una vez concluidas las negociaciones.
De modo que las conversaciones llegan a su momento clave. Y se acerca la hora de desentrañar los puntos más conflictivos: la posición del propio Garzón, el número de candidatos en puestos de salida que le corresponden a IU y la marca con la que concurrirán juntos a las elecciones.
IU celebra su consejo político este sábado, y quiere acudir a él con el pacto ya casi cerrado. La marca y las listas son las cuestiones que se limarán al final
Tanto Podemos como IU han guardado hermetismo sobre los detalles concretos de las conversaciones, con el argumento de que la reserva era necesaria para que el acuerdo prosperase. Pero sí han dado algunas pistas de por dónde van los tiros. Iglesias defendió ayer miércoles que la tercera plaza por Madrid -puesto que la lista es cremallera y la dos es, consecuentemente, para una mujer- seguirá ocupándola su secretario político, Íñigo Errejón. Así Garzón se deslizaría hasta el cinco o bien encabezar la candidatura por Málaga, la circunscripción que lideró en las generales de 2011 y en la que obtuvo su primer escaño.
El dirigente de IU ha insistido en los últimos días en que su posición en las listas es una cuestión "secundaria", y que lo importante será el pacto global que se alcance con Podemos, pero también ha advertido de que la costumbre manda y que lo "natural" y "lo más atractivo" es que los candidatos a La Moncloa vayan por Madrid.
Pero no sólo está en juego el puesto de Garzón. IU es consciente de que ahora es una fuerza al alza, según las encuestas, mientras que la formación emergente acusa el desgaste de los últimos meses. Y tampoco quiere vender gratis el millón de votos que consiguió el 20-D, en un momento complicado. Por eso reclama como contrapartida una mayor presencia en los puestos de salida. Algunas fuentes señalan que la lógica impone que Podemos abra hueco a IU en las listas de Madrid, Valencia, Asturias, Málaga, Zaragoza o Sevilla, entre otras. Pero el núcleo duro cercano a Garzón insiste en que no hay que poner números, sino que hay que tener en cuenta el pacto global al que se llegue.
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