El infierno está empedrado de buenas intenciones. El intento de la CNMV de proteger a Liberbank de los ataques especulativos prolongando dos meses más la prohibición de tomar posiciones bajistas en el valor no solo no ha sido bien recibida por la entidad, sino que ha causado indignación porque algunos de sus principales accionistas y varios bancos de inversión habían solicitado al supervisor del mercado que la levantara. A su juicio, esta prohibición es innecesaria y crea una falsa sensación de vulnerabilidad de la entidad, amén de intensificar el agravio comparativo con Popular. Pero el presidente de la CNMV, Sebastián Albella, no les ha hecho caso.
El supervisor adoptó la decisión de prohibir las posiciones bajistasdurante un mes en Liberbank el 12 de junio después de que el valor se desplomara en bolsa cerca del 40% en tres sesiones contagiado por el miedo generado por la resolución del Popular. El mercado había dictaminado que el banco que preside Manuel Menéndez era el más débil de los cotizados y podía ser el siguiente en caer. De hecho, este miedo se tradujo en salidas de depósitos puntuales por parte de los clientes. Después, los ánimos se calmaron, pero la CNMV consideró que hacía falta más tiempo para devolver la normalidad a su cotización, que mantenía una volatilidad superior a la media, y el 12 de julio prorrogó dos meses más la medida.
Esta semana debía revisarse la medida, y fuentes conocedoras de la situación aseguran que varios accionistas significativos y bancos de inversión pidieron a Albella que levantara el veto después de tres meses. Consultado sobre esta información, un portavoz de la entidad asegura que "Liberbank nunca hace comentarios sobre la actuación de los supervisores".
Detrás de estas peticiones había dos razones principales. La primera es que la medida es innecesaria, puesto que el valor se ha estabilizado y no corre el riesgo de hundirse si se permiten los cortos. 'A sensu contrario', tras anunciar la semana pasada la ampliación de capital de 500 millones, su cotización se hundió el 19,6% en tres días sin necesidad de ataques bajistas.
La CNMV reaviva los miedos sobre Liberbank
La segunda razón es que la prohibición tiene efectos colaterales negativos, ya que genera una sensación de vulnerabilidad del banco al necesitar ser defendido por las autoridades. "Los inversores internacionales, cuando ven que la CNMV sigue protegiendo a Liberbank, piensa que las autoridades españolas deben saber algo que ellos no saben, que ese banco realmente está tan mal como se temía la gente hace tres meses", explica una de las fuentes consultadas. Con lo cual, la medida consigue justo lo contrario de lo que persigue: reavivar los temores del mercado sobre la situación de Liberbank.
Sin embargo, Albella no ha atendido a estas peticiones y ha decidido prorrogar dos meses más el veto, con la excusa de la ampliación de capital citada. Algo que no parece tener demasiado sentido cuando el mercado ya ha ajustado su valoración de Liberbank a la nueva situación. En todo caso, la CNMV pretende levantar la prohibición en cuanto se complete la operación, si esto sucede antes del 30 de noviembre.
Por último, la decisión de esta semana puede volverse en contra de la propia CNMV, ya que acentúa el agravio comparativo con el Popular, donde no se prohibieron las posiciones bajistas pese a su derrumbe en bolsa. Entre el aluvión de demandas y querellas que se han presentado por la resolución del banco, algunas se dirigen contra la CNMV por incumplir sus obligaciones al no adoptar esta prohibición; y cuanto más se prolonga la de Liberbank, más peso cobra este argumento.
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