Real Oviedo | «Entre todos podemos construir algo muy bonito; acaba de empezar lo más difícil»
«La única 'presión' que mete la afición es ayudarnos en los momentos complicados y subir el nivel», afirma Anquela
Impulsado por una serie de cinco triunfos dentro de una racha de media docena de duelos consecutivos sin conocer la derrota, el Real Oviedo se ha agarrado con fuerza a la tercera plaza de la clasificación al final de la primera vuelta. En el ecuador del campeonato liguero, Juan Antonio Anquela analiza en una entrevista a Efe la actualidad y el camino recorrido por su equipo. El técnico jienense, que asegura que supera la barrera lingüística que le separa de algunos de los jugadores a sus órdenes porque «habla mejor fútbol que castellano», expresa su cautela a la hora de encontrar refuerzos en el mercado de invierno y destaca la necesidad de «jugar bien al fútbol» para sentar las bases de un ascenso al que elude hacer referencia directa, pero con el que reconoce «soñar».
Durante su dilatada trayectoria en los banquillos, el técnico jienense se ha mostrado fiel a un dispositivo táctico en el que cobraba capital importancia la figura del mediapunta, pero al verse privado de un jugador de esas características tras la lesiónde Fabbrini no se ha encorsetado. «Habíamos probado de mil maneras, de todas las posibles desde pretemporada», señala el entrenador azul, que tras dar con la tecla con una zaga de tres centrales y dos carrileros apuesta por «mantener esta línea y variar lo menos posible».
A mitad de recorrido, considera que ahora «solo acaba de empezar lo más difícil» y en ese sendero competitivo vislumbra la necesidad de seguir progresando para que los azules puedan mantener su promedio de resultados positivos. «Luchamos cada día para ser un equipo sólido y que sepa lo que quiere en cada momento», proclama, consciente de que el funcionamiento de su equipo debe seguir siendo pulido para que el ritmo de puntos no descienda.
El andaluz nunca ha ocultado que mira con recelo al mercado invernal por sus peculiaridades y la falta de ritmo de competición que sufren la mayoría de jugadores que se encuentran en el escaparate. Es por ello que aboga por observar con mimo a los incorporaciones que la entidad carbayona decida acometer este mes.
Los problemas para dejar la portería a cero fueron un quebradero de cabeza en el cuerpo técnico azul durante el primer tramo liguero, como refrenda Anquela, preocupado porque el adversario anotaba «con una facilidad tremenda». Subsanada esa carencia en las seis últimas jornadas, se centra en que su equipo «por encima de todo juegue bien al fútbol, porque sin ello es imposible sumar».
A la espera de Fabbrini, espera que cuando el italiano regrese a los terrenos de juego lo haga «con el equipo arriba», afianzado en una posición de privilegio por la que tanto ilusiona a la afición. «Nosotros no queremos movernos», expresa el andaluz, con el propósito de «estar con los mejores».
Lastrado a lo largo del campeonato por las lesiones, no oculta su amargura ante los problemas físicos que han impedido tener continuidad a Viti, una de las revelaciones de la pretemporada. «Me he encontrado un nivel muy alto en el filial», indica el andaluz, gratamente sorprendido por los canteranos.
Tras la derrota en Valladolid, optó por entregar la titularidad en la meta azul a Alfonso Herrero. «Hubo que cambiar una dinámica y apostamos por ahí», expone el jienense, que afirma que cuenta con «tres porteros impresionantes» e indica que para él «el portero es un futbolista más».
Su pasado como futbolista profesional lleva a Anquela a empatizar a menudo con sus jugadores, consciente de que «todos quieren jugar». Por ello, intenta ser ecuánime en su relación con ellos sin obviar que hay quienes necesitan más afecto: «Estoy más si cabe con los que no juegan».
Rendido a la afición oviedista desde el día de su presentación en el Carlos Tartiere, desea que el cariño que la hinchada le profesa «se lo gane y lo tenga» su equipo. El jienense evita ponerse en el centro del foco de los elogios y solamente pretende que la hinchada conserve «la humildad».
Agradecido a todos los oviedistas, a los que ve «defender los colores a diario», destaca el papel de una grada del Carlos Tartiere que repercute a la hora de «subir el nivel del equipo cuando este lo baja un poco». «Es el 'leitmotiv' de este club», apostilla.
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