"Es imposible pretender que se mantengan las cosas de la misma forma que hasta ahora. El nuevo contexto obliga a cambiar". El entrecomillado corresponde al líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, y el destinatario es su homólogo en Podemos, Pablo Iglesias. Las negociaciones para configurar una confluencia electoral entre Podemos e IU de cara a las municipales y autonómicas de 2019 están estancadas, y Garzón aumenta la presión sobre sus hipotéticos socios bajo la exigencia de una visibilidad más justa, mayores cuotas de participación en la toma de decisiones y fidelidad a sus principios programáticos. Estas son las principales conclusiones del informe político al que ha tenido acceso este diario y que el líder de IU expondrá este sábado ante la coordinadora federal del partido.
El coordinador federal de IU deja ahora el balón en el tejado de Podemos, pero con el ultimátum de que presenten una propuesta que debe concretarse antes de Semana Santa, "para iniciar el año previo a las elecciones con un horizonte claro y bien definido". El análisis de Garzón hace hincapié en el declive electoral de Unidos Podemos, que según subraya apoyándose en los sondeos corresponde solamente a sus aliados, y por tanto se sobreentiende que la representación de IU tiene que mejorar notablemente. "El espacio político de Unidos Podemos y las confluencias se está estrechando, si bien es especialmente gravoso en lo que se refiere al espacio de Unidos Podemos. Asimismo, también es preocupante que, según todas las encuestas, los porcentajes de fidelidad a Unidos Podemos han descendido hasta situarse como los peores de todas las grandes fuerzas", sostiene Garzón.
Según los datos que acompañan el informe, basados en el CIS, la intención de voto más simpatía de Podemos era a fecha de octubre de 2017 del 6,3%, mientras que la de IU se situaba en el 4,3%. En el acuerdo preelectoral para las generales, IU exigió uno de cada seis puestos de salida, mientras que actualmente las encuestas más modestas que manejan les otorgan uno de cada cuatro votos dentro de Unidos Podemos. "En el marco de esta alianza la simpatía hacia Podemos ha descendido de forma significativa en los dos últimos años, mientras que la de IU se ha mantenido estable en niveles más bajos", describe el líder de IU en el mencionado informe.
"En el marco de esta alianza la simpatía hacia Podemos ha descendido de forma significativa, mientras que la de IU se ha mantenido estable"
Garzón es claro al respecto a los datos de intención de voto a ambas formaciones: observa "un preocupante desgaste de nuestro aliado" y, aunque matiza que éste no tiene porque ser un indicador de cómo se distribuirían los apoyos en "una hipotética competición electoral", sí sostiene que "estos elementos deben constituir el fundamento de nuestra apuesta política, no pudiendo ignorarse en ningún caso". Una situación por la que reclama que "tenemos la obligación de reaccionar para revertir esta tendencia", pues considera que "hay un importante nicho de votantes de izquierdas que están desmovilizados y que debemos tratar de atraer con nuestra propuesta", recuperando la iniciativa política.
Como ya había remarcado este final de año en una carta dirigida a los militantes y simpatizantes de IU, Alberto Garzón advierte que "nuestras alianzas siempre se producen en torno a programas y principios". En esta línea anticipa como una máxima que "seremos tan flexibles en la táctica como inflexibles en los principios". Por otra parte, en el informe se insiste en que "cualquier propuesta de confluencia debe partir del trabajo colectivo, desde abajo y que garantice la visibilidad justa de todos los actores".
Sin cerrarse a buscar acuerdos marco con Podemos, aunque todo dependerá de la reacción de la formación morada que este mismo sábado también debatirá sobre su hoja de ruta para el próximo ciclo electoral 2019-2020, Garzón realiza un llamamiento abierto a la confluencia "que implique la construcción de espacios ricos y vivos y desde la radicalidad democrática". Para ello no pone como ejemplo el aprendizaje de Unidos Podemos, sino el de las experiencias municipalistas, "las cuales se alimentaron de procesos de radicalidad democrática que implicaban a numerosos actores políticos a través de programas participativos". Asimismo, mantiene que la unidad popular es una estrategia y no un fin, "de tal manera que los procesos han de construirse con mecanismos que garanticen el cumplimiento de los programas".
Posición en la crisis catalana
La autocrítica es consustancial a todo el informe político sobre el pivotará la discusión del órgano de dirección del IU, principalmente en lo que respecta a la estrategia mantenida durante los últimos meses sobre Cataluña. Si bien entiende que "nuestro espacio político ha mantenido una posición política correcta y adecuada durante la campaña electoral, con un candidato excelente como Xavi Domènech, acentuando el conflicto de clase y la cuestión social", lamenta que "el cambio de acento se ha producido demasiado tarde y sin la existencia de un relato homogéneo mantenido en el tiempo".
Garzón aplaude la campaña de los comuns, pero critica la ambigüedad mantenida hasta la campaña catalana y la fata de un relato homogéneo
Para el líder de IU "no cabe ambigüedad respecto a la cuestión territorial", una de las principales críticas que lanzaron contra Podemos y los comuns tanto las formaciones autodenominadas constitucionalistas como las independentistas. En lugar de esta negativa ambigüedad, Garzón hace una apuesta por una España federal y plurinacional, "donde la soberanía popular, los derechos humanos, el federalismo y el derecho de autodeterminación conforman los puntos centrales del proyecto".
El informe deja lugar a una luz de esperanza, concluyendo que "es posible revertir este proceso y abrir una fase de esperanza para las clases populares en la que la izquierda recupere la iniciativa política". Para ello, sostiene que es necesario recordar por qué nos votaron, para lo cual el programa se convierte en un eje central, y que hay margen de crecimiento en la izquierda desmovilizada. Finalmente concluye que, debido a la construcción de un nuevo orden social "sobre frágiles fundamentos", se crearán "nuevas oportunidades sociales y políticas para la izquierda rupturista que deberían aprovecharse".
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