REDACCIÓN
Día clave en el futuro de Duro Felguera. Y ya van muchos en los últimos meses. La ingeniería tiene abiertos varios frentes para asentar las bases de su futuro, pero todo depende en gran medida de lo que ocurra mañana. El 15 de enero está marcado en rojo por los dirigentes de la compañía, ya que vence el acuerdo de «standstill», el pacto entre deudor y acreedores en el que Durose obliga a no presentar concurso de acreedores y los bancos se comprometen a no emprender acciones legales o requerir pagos al deudor. En las últimas fechas se ha producido un desbloqueo de la situación en relación a la refinanciación de la deuda y parece que las entidades financieras están dispuestas a flexibilizar su postura y a conceder una línea de avales. Pero para que esa operación se materialice -diversas fuentes lo dan por hecho- primero es necesario que se firme una prórroga de ese acuerdo de espera que permita cierto margen de maniobra a la empresa asturiana.
do 29 de septiembre 2017 a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que había suscrito con el pool de bancos acreedores una prórroga al acuerdo de espera (standstill) de fecha 3 de julio 2017 que establecía como fecha máxima de vencimiento el 30 de septiembre 2017. Esa prórroga se encontraba sujeta a que otras entidades se sumaran al acuerdo, lo que se produjo el 26 de octubre. Una alcanzado ese pacto, la prórroga se firmó con una duración máxima hasta el 15 de enero 2018.
Y ahora ha llegado ese día. Para facilitar que se siga avanzando en las negociaciones para desbloquear la línea de avales y la reestructuración de la deuda, es necesaria una nueva prórroga, que sería la segunda. Son varias las fuentes que aseguran que hay acuerdo, aunque hasta el momento no se ha hecho oficial y el plazo se agota.
Si todo discurre según la previsto, una vez firmado ese acuerdo, el siguiente paso será aprobar la concesión de la línea de avales. El único banco que todavía no se ha sumado a esa propuesta es el BBVA, y entre los firmantes está el Santander, el principal acreedor de Duro Felguera. El acuerdo contempla la concesión de avales por valor de 20 millones e inyectar así un balón de oxígeno en la compañía. Como garantía la ingeniería aporta un proyecto en Perú después de que se haya complicado la venta de su sede en Madrid.
La prórroga y la concesión de avales son las urgencias inmediatas de la empresa, pero su crisis es más grave. La compañía negocia la refinanciación de su deuda con ese pool bancario y la incorporación de nuevos socios. Los dos puntos están vinculados. En las últimas semanas ha cobrado fuerza la posible entrada del asturiano Blas Herrero en el accionariado de la empresa liderando a un grupo de inversores. Su intención es aportar una cantidad próxima a los 100 millones.
En cuanto a los bancos, la negociación pasa por la conversión de aproximadamente la mitad de la deuda -360 millones- en acciones. Uno de los elementos de discrepancia es el porcentaje de la empresa con el que se quedaría cada uno. El grupo de Herrero quiere controlar el 60% y los bancos, por el momento, se muestran dispuestos a ceder el 50%.
l grupo chino Cscec
Blas Herrero es el nombre que ha sonado con más fuerza en las últimas semanas como posible inversor, aunque no es el único. Según el diario Expansión, el grupo chino Cscec sigue interesado en la operación. El periódico económico asegura que Cscec está dispuesto a aportar una parte del dinero que necesita Duro Felguera, pero su condición es que la banca desbloquee los avales y capitalice 200 millones de su deuda.
Su plan pasa por ser un inversor más, por lo que iría de la mano de otros socios españoles. Cscec factura al año 110.000 millones de euros, lo que la convierte en la mayor corporación de construcción del mundo. Su punto débil son ramas en las que Duro es un referente a nivel mundial, como minería y plantas de generación, por lo que sería una inversión estratégica para seguir creciendo.
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