martes, 23 de febrero de 2021
Seguimiento Vacunal...
Un estudio sobre la vacuna de AstraZeneca ofrece esperanzas
El programa de vacunación de Escocia redujo sustancialmente los ingresos hospitalarios por la COVID-19, según los resultados de un estudio. Es la señal más sólida fuera de los ensayos clínicos de la eficacia de la vacuna en la que gran parte del mundo confía para acabar con la pandemia.
La preparación de una dosis de la vacuna de AstraZeneca-Oxford en Edimburgo este mes.Credit...Foto de consorcio de Jane Barlow vía Agence France-Presse — Getty Images
Benjamin Mueller
Por Benjamin Mueller
22 de febrero de 2021
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El programa de vacunación de Escocia redujo sustancialmente los ingresos hospitalarios por COVID-19, según los resultados de un estudio publicado el lunes, lo que ofrece la señal más sólida en el mundo real de la eficacia de la vacuna de AstraZeneca-Oxford en la que gran parte del mundo confía para acabar con la pandemia.
El estudio, que abarca tanto la vacuna de AstraZeneca como la de Pfizer-BioNTech, examinó el número de personas que fueron hospitalizadas tras recibir una sola dosis de la vacuna. Gran Bretaña ha retrasado la administración de la segunda dosis hasta tres meses después de la primera, optando por ofrecer a más personas la protección parcial de una sola inyección.
Sin embargo, el estudio alerta sobre la duración de los altos niveles de protección de una sola dosis. El riesgo de hospitalización se redujo a partir de una semana después de que las personas recibieran la primera inyección, alcanzando un punto bajo entre cuatro y cinco semanas después de la vacunación. Pero luego parecía volver a aumentar.
Los científicos que llevaron a cabo el estudio dijeron que era demasiado pronto para saber si la protección ofrecida por una sola dosis disminuía después de un mes, y advirtieron que se necesitaban más pruebas.
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Los hallazgos de Escocia reforzaron los resultados previos de Israel, que mostraban que las vacunas ofrecían una protección significativa contra el virus. Los estudios israelíes se han centrado en la vacuna de Pfizer, pero el estudio escocés se extendió a la inyección de AstraZeneca, que se administra en Gran Bretaña desde principios de enero. La inyección de AstraZeneca es la columna vertebral de los planes de vacunación de muchos países: es mucho más barata de producir, y puede enviarse y almacenarse en frigoríficos normales en lugar de los congeladores ultrafríos utilizados para otras vacunas.
“Ambas funcionan espectacularmente bien”, dijo el lunes en una rueda de prensa Aziz Sheikh, profesor de la Universidad de Edimburgo que participó en el estudio.
Los investigadores en Escocia examinaron unos 8000 ingresos al hospital relacionados con el coronavirus y estudiaron cómo difería el riesgo de hospitalización entre las personas que se habían vacunado y las que no. En total, más de 1,1 millones de personas fueron vacunadas en el periodo que los investigadores estudiaron.
El número de personas vacunadas que buscaron atención en los hospitales fue demasiado pequeño para comparar las vacunas de AstraZeneca y Pfizer, o para dar cifras precisas sobre su eficacia, dijeron los investigadores.
Pero de 28 a 34 días después de la primera inyección, la vacuna de AstraZeneca redujo el riesgo de ingresos hospitalarios por COVID-19 en aproximadamente un 94 por ciento. En ese mismo periodo de tiempo, la vacuna de Pfizer redujo el riesgo de hospitalizaciones en aproximadamente un 85 por ciento. En ambos casos, estas cifras encajan dentro de una amplia gama de posibles efectos.
Dado que la vacuna de Pfizer se autorizó en Gran Bretaña antes que la de AstraZeneca, los investigadores disponían de más datos sobre la vacuna de Pfizer, y descubrieron que la protección contra los ingresos hospitalarios se reducía un poco en periodos más largos después de la primera inyección.
“El pico de protección ocurre a las cuatro semanas, y luego empieza a disminuir”, dijo Simon Clarke, profesor de microbiología celular de la Universidad de Reading que no participó en el estudio.
La vacuna de AstraZeneca ha enfrentado el escepticismo en algunas partes de Europa después de que muchos países decidieran no administrarla a las personas mayores, al alegar que faltaban datos de los ensayos clínicos en ese grupo. El estudio escocés no pudo ofrecer cifras precisas sobre la eficacia de esa vacuna en personas mayores. Pero el efecto combinado de las vacunas de AstraZeneca y Pfizer redujo sustancialmente los ingresos hospitalarios en personas mayores de 80 años. Muchas personas mayores recibieron la vacuna de AstraZeneca.
Benjamin Mueller es corresponsal en el Reino Unido para The New York Times. Fue reportero de temas policiales y de las fuerzas del orden en la sección Metro desde 2014. @benjmueller
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