sábado, 1 de mayo de 2021

Únicos en....el Error.

Saber que no somos únicos nos hace únicos Casi todo lo que creíamos que era exclusivo de la humanidad en verdad lo compartimos con muchos otros seres vivos. Debemos crear un nuevo sentido de singularidad, un sentido que puedan heredar las inteligencias artificiales y las nuevas generaciones humanas. 25 de abril de 2021 La Vía Láctea vista desde el cielo de Ormont-Dessous, en Suiza, en mayo de 2018 La Vía Láctea vista desde el cielo de Ormont-Dessous, en Suiza, en mayo de 2018Credit...Anthony Anex/EPA vía Shutterstock Por Jorge Carrión Es escritor y crítico cultural. En nuestra galaxia, la Vía Láctea, hay al menos 100.000 millones de estrellas. Según los últimos cálculos, en el universo observable podrían existir hasta 200.000 millones de galaxias. Cinco siglos después de la revolución copernicana, que desplazó de la Tierra al Sol el centro del universo, cada nueva estimación cosmológica nos arrincona y nos empequeñece todavía más. Si la física teórica y los súpertelescopios nos dan lecciones de humildad a escala cosmológica, las ciencias de la vida lo hacen a escala planetaria. Como dice Arik Kershenbaum en La guía del zoólogo galáctico, casi todo lo que hasta hace poco creíamos que era solamente propio del Homo sapiens en realidad lo compartimos con el resto de los animales: “Herramientas, cultura, emociones, planificación, hasta humor”. Las aves, los delfines o los lobos intercambian información de un modo muy sofisticado: ni siquiera el lenguaje complejo podría ser totalmente exclusivo de la humanidad. Saber que somos insignificantes es lo que nos hace tan significativos. La ciencia y la tecnología nos están permitiendo tomar conciencia del gran ecosistema que nos incluye: eso es lo que nos vuelve realmente únicos. Nos revela que la fe en nuestra singularidad absoluta, que ha sido la responsable última de un sinfín de atropellos antropocéntricos, estaba equivocada. Se impone un nuevo sentido de nuestra condición singular: solamente nosotros podemos ver el conjunto natural y tecnológico que nos incluye. Y actuar en consecuencia. Sobre todo en un momento en que estamos empeñados en avanzar hacia la singularidad de la inteligencia artificial, ese día en que las máquinas podrán crear de forma autónoma otras máquinas mejores que ellas. Tanto si ese proceso dura diez como doscientos años, tenemos el deber de diseñarlo éticamente, para que los algoritmos y los robots no repitan nuestros gravísimos errores. Thanks for reading The Times. Subscribe to The Times En su extraordinario ensayo Aprender a ser salvajes, Carl Safina nos recuerda que, en comparación con el de los chimpancés, “el cerebro humano no tiene partes más nuevas, y los dos funcionan utilizando los mismos neurotransmisores”. El ecólogo norteamericano enumera algunas de las direcciones en que está avanzando nuestra comprensión de las demás especies: “Los loros son capaces de recordar hechos pasados, hacer planes, asumir la perspectiva visual de otros y, a veces, crear herramientas nuevas para resolver problemas”. Junto con los chimpancés, los orangutanes y algunos cuervos, pueden fabricar herramientas en varias etapas. Es decir, son artesanos. Y las ballenas o los elefantes tienen conciencia de su individualidad y de las comunidades a las que pertenecen. El concepto clave es el de cultura animal. Cada grupo, manada o tribu posee códigos compartidos, un patrimonio común: su propia cultura. Desde formas de comunicarse, organizarse socialmente o seducirse hasta juguetes (las “muñecas” hechas con hojas de los orangutanes), rituales de duelo (los elefantes que visitan y tocan restos de familiares fallecidos) o mecanismos de adopción (entre tías y sobrinos chimpancés). La transmisión generacional de esa cultura es necesaria para la supervivencia. Han pasado más de treinta años desde que Frans de Waal publicó sus libros pioneros sobre política, guerra y paz entre comunidades de chimpancés. En la misma época, Hal Whitehead demostró que los cetáceos utilizaban dialectos distintos, según el grupo o la región. ¿Por qué se han subestimado esas estructuras culturales? Como dice Safina: “¿Qué es lo que no se ha subestimado en el mundo no humano?”. Editors’ Picks She Turned Her Audacious Lens on Herself, and Shaped the Future ‘Jackpot’ Looks at How Inequality Is Experienced by the Very, Very Rich They Wanted a ‘Blank Slate’ One-Bedroom for Less Than $1 Million. Which Option Would You Choose? Image Una persona recolecta basura en la playa de Costa del Este, en Ciudad de Panamá, en abril de 2021 Una persona recolecta basura en la playa de Costa del Este, en Ciudad de Panamá, en abril de 2021Credit...Luis Acosta/Agence France-Presse — Getty Images Image

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