domingo, 6 de agosto de 2023
Como díría Julín....Mejor nos callamos!!!! Hasta siempre querido amigo.
Fallece a los 74 años el cantautor asturiano Julio Ramos
En las últimas semanas, la salud del compositor e histórico militante del Partido Socialista y de UGT, se deterioró gravemente debido a varios infartos cerebrales
Aida Collado
Aida Collado
Gijón
Sábado, 5 de agosto 2023 | Actualizado 06/08/2023 04:25h.
«Cuando no tengo nada que cantar, mejor me callo». Decía Julio Ramos ser «un fijo discontinuo» en esto de la música. Pero lo cierto es que su figura ha sido una constante en el panorama musical desde hace casi seis décadas. El compositor e histórico militante del Partido Socialista de Gijón y de UGT ha fallecido esta mañana a los 74 años en el Hospital de Jove, después de que su salud se deteriorase gravemente a causa de varios infartos cerebrales. Dice adiós de este modo este –en sus palabras– «intérprete de canciones» y orgullosísimo carbayón, seguidor del Real Oviedo aunque generoso en buenos deseos con el eterno rival.
Al principio de su carrera, recordaba hace unos días su amigo Daniel Rodríguez en estas páginas, se enfundó en la piel de un cantante pop junto a Los Ángeles, Los Juniors, Los Espectros y Los Líder's, grupos sesenteros de la capital asturiana. Muy joven aterrizó en Madrid, donde grabó 'Hola, Hi, Hello', su primer disco con la compañía Acción y Ekipo. Saca por aquel entonces varios singles con temas como 'Rosina', Analía', 'Vendo muñecos' o 'El entierro del pastor', donde comenzaba a mostrar su vena de juglar. Ganó el Festival de Alcobendas de 1976 con 'No te dejan nacer, pequeño ser'. «Hay cosas de las que uno está más orgulloso que de otras y de 'Pequeño ser' no lo estoy», lamentaba los últimos años. Con 'Mujer solo conmigo' se afianzó como compositor entre los artistas madrileños, aunque a él le pareciese «horroroso también». Fue una época, quizá la más comercial de su carrera, a la que puso fin con su regreso a la tierra, a Gijón y a sus cafés y pubs donde siguió cantando y componiendo, ya en asturiano, hasta crear un álbum reivindicativo a caballo entre el pop, el folk, el rock y el techno, que irrumpe en los ochenta, 'Esparabanes'. «Era muy raro porque se cantaba en asturiano, pero la base instrumental, los arreglos y la forma de cantar no tenían nada que ver con la gaita y el panderu», explicaba.
Xulio o Julín
El eclecticismo se convirtió en una de sus señas de identidad. Dicen sus amigos que «la mala hostia» era otra. Ese reprís para mandar callar desde el escenario a quienes le faltaban al respeto desde la barra. Aunque, si por algo se caracterizaba, era por ser buena gente. Un hombre comprometido con la dignidad propia y la ajena. Con la cultura asturiana, como una de las grandes figuras del Nueu Canciu Astur, donde muchos le conocían por Xulio, aunque en su casa fuese, de toda la vida, Julín.
La suya fue una existencia completa en lo artístico. Compartió grupo de teatro con el poeta gijonés Andrés Solar y vivió de la música gran parte de su vida. «Hasta que no hubo más remedio que buscar una alternativa por pura subsistencia en una oficina», contaba.
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Siguió componiendo en asturiano y en castellano y rodeándose de excelentes músicos durante toda su vida. Huía de la nostalgia, «dañina y corrosiva», y nunca miraba hacia atrás: «Ni con ira ni sin ira».
Nunca se ocupó en exceso de la muerte. No le veía el sentido. Hace poco más de un lustro, declaraba en una entrevista a EL COMERCIO: «No es algo que me preocupe. Me preocupa el dolor, propio y ajeno, la enfermedad, pero aquí no nos vamos a quedar. Entonces, sería una inutilidad perder el tiempo en esas cosas». No lo hizo en vida y ahora, que ya no hay nada que cantar, mejor nos callamos.
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