La censura sigue a la orden del día también en las publicaciones digitales.
¿El fin de Menéame?
Menéame, censura, rebelión
@José Mendiola - 04/05/2009Deja tu comentario (2)
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Era un secreto a voces. En Menéame la libertad de expresión estaba en tela de juicio y había ciertos contenidos que eran fulminantemente censurados o bien condenados al fracaso mediante votos negativos. En este promotor de noticias era un pecado sugerir cualquier noticia vinculada al iPhone , por poner un ejemplo, y tampoco tendría demasiado recorrido cualquier noticia que no respetara el espíritu progre del sitio bajo el sambenito de ser facha, amarillista o reaccionario. Todo este establishment se vino abajo sin embargo cuando a un usuario -al parecer administrador del sitio clon Jonéame- subió una noticia que tras muchos dimes y diretes provocó que fuera baneado (expulsado del sitio) por los administradores de Menéame al parecer sin un motivo objetivo.
A partir de este momento los hechos se desencadenan de forma vertiginosa y el usuario expulsado publicó en su blog la que paradójicamente se ha convertido en la noticia más votada de la historia del promotor social y que plasmaba una realidad percibida por buena parte de los usuarios en la que la dirección de la página condicionaba su contenido. Curiosamente, el propio sistema de votos que tanto éxito le ha dado al sitio se le ha vuelto en su contra y han sido consecutivas las noticias que censuraban el comportamiento intervencionista y censor de la administración las que han ocupado la portada de Menéame como las más votadas.
Cero autocrítica
Transcurrido el ya conocido como 'Ban Day' (día de la censura) en Menéame, la dirección del sitio no parece haber tomado buena nota del mensaje enviado por su propia comunidad de usuarios, en esencia, el gran valor del sitio. Así en una reciente entrevista a Ricardo Galli -co-fundador del sitio- en la que se le preguntaba por este asunto, ha zanjado el asunto con la frase "si a mí no me agrada un bar, discoteca, restaurante o sitio web, voy y elijo otro", por lo que podemos deducir que no va a haber cambios en la forma de actuar ni en la política de los administradores y en una clara invitación a los usuarios descontentos a mudarse a alguna de las múltiples alternativas al sitio.
Menéame podría haber mordido la mano que le da de comer y lejos de rectificar, haber ahondado en la dentellada, lo que en el mundo 2.0 pasa una carísima factura que podría obligar al sitio a realizar una clara y perceptible rectificación y posterior evolución hacia una política de laissez-faire obligada en una web social: los propios usuarios se autorregulan y son dueños del contenido, dejando la intervencionismo de los administradores para situaciones de flagrante delito (véase el ejemplo de Wikipedia).
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