En medio de una depresión brutal, que pena !
La generación de los jóvenes mileuristas se queda en el paro
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@Ana I. Gracia.- 16/05/2009 06:00h Deja tu comentario (39)
Mileurista suele ser el joven licenciado español, de veinte a treinta años, que sabe idiomas y en su curriculum acumula algún posgrado o máster, pero no gana más de mil euros. Gasta más de un tercio de su sueldo en alquiler si no vive con sus padres. Tampoco ahorra, no tiene casa propia ni coche, no se puede plantear casarse y vive al día. Llegó a ser divertido, pero ya le cansa. Ese mileurista es miembro de esa generación de jóvenes sobradamente preparados de nuestros días que se han quedado atrapados en el fangoso barro de la precariedad laboral. Y que ahora, con la crisis, están engrosando a marchas forzadas las listas del Inem.
¿Está la universidad en crisis? “Se puede afirmar, rotundamente, que la universidad no está en crisis”. Lo dice Javier Landa, director de la oficina de salidas profesionales de la Universidad de Navarra, que anima a los jóvenes que se van a aventurar a estudiar una carrera a que elijan “aquello que les guste o para lo que sienten que tienen vocación”. Para este experto, no tiene sentido escoger algo por las salidas profesionales actuales, ya que la oferta de empleo “cambia notablemente con el paso del tiempo. Por eso cree que cada uno ha de intentar conseguir aquello que quiere.
Estos jóvenes mileuristas disfrutaron de una niñez dorada, de unos padres responsables y de un país con un tejido industrial que se desarrollaba como la espuma. Esta misma generación, nacida en los setenta y ochenta, sorteó la crisis económica del 93 (y algunos la de los años 70). Todos los mayores pusieron la mano en el fuego porque esa generación, hasta ahora la más preparada de la historia de España, viviría mejor que la precedente. Que cualquiera anterior. Porque estaban preparados. “La época de los padres fue la de una España en plena transición y apertura económica, con una estructuración industrial importante pero con otros problemas y con una renta per cápita sensiblemente menor”, describe Landa. Unas generaciones que buscaban encontrar un trabajo y mantenerlo contra viento y marea para poder dar una vida mejor a sus hijos. “Ahora, el concepto de trabajo ha cambiado o, al menos, hasta antes de la crisis”. Encontrar un trabajo no era la mayor preocupación de los jóvenes. “Se prestaba más atención a aspectos como a que las condiciones laborales permitieran conciliar la vida laboral y la familiar”. Con la crisis, parece que la cosa está cambiando.
Las ideas claras
Encontrar un trabajo parece ser una cuestión de trabajo. “Hay que esforzarse, pensar, saber esperar, tener las ideas claras y luchar, como en la vida misma”. Basándose en el libro Trébol de 4 hojas de Álex Rovira, el experto asegura que, para tener suerte hay que prepararse y propiciar las condiciones necesarias para que ésta se produzca.
¿Cuánto vale los mejores expedientes? El expediente académico es una medida de la profesionalidad de un universitario. “Refleja si se ha tomado en serio sus estudios, que es su obligación mientras esté en la universidad, y muestra el esfuerzo realizado”. Su sentido de la responsabilidad. Es importante tener un curriculum brillante apoyado, en la medida de lo posible, de una labor estudiantil. “Hay que estudiar en las aulas e implicarse en la vida del campus”, anima.
Para que los jóvenes consigan la madurez que reclama el ámbito laboral, deben hacer un esfuerzo por “encontrar su camino y comenzar su propia vida, con toda la responsabilidad que ello conlleva”. Las becas Erasmus o trabajar los veranos también ayuda.
“A una posición profesional se puede llegar desde muchas titulaciones universitarias”. Porque en la universidad, además de conocimientos, se adquieren competencias.
La sociedad española ha pasado en apenas veinte años de tener un 17% de jóvenes con estudios universitarios a cerca de un 27%, por encima de la Unión Europea, sin un tejido empresarial preparado para poder asimilarlos. Landa anima a los jóvenes a no sentirse frustrados porque, antes o después, está seguro de que encontrarán un trabajo. Hasta entonces, deberían aprovechar el tiempo para prepararse para un futuro profesional cuyos requerimientos pueden ser diferentes. Y, sobre todo, estar al loro: “los cambios en el entorno laboral se están produciendo y se van a seguir produciendo a gran velocidad”. Por eso hay que conocerlos y no dejar que se escapen.
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