Metido en todas, la papela canta.
Santander conocía el riesgo de Madoff desde 2002, según la demanda de EEUU
@E. Segovia - 22/10/2009 13:24h
La versión definitiva de la demanda colectiva (class action) contra el Banco Santander por el caso Madoff se presentó anoche en Miami. Y contiene acusaciones muy graves contra la entidad que preside Emilio Botín: la principal, que conocía el riesgo de invertir con el gurú de Wall Street ya desde 2002. Y además, en 2008 crecieron notablemente estos temores, sin que el banco advirtiera a sus clientes y sin que tomara ninguna medida para protegerse del peligro.
Según la demanda a la que ha tenido acceso El Confidencial, Optimal (la filial de hedge funds de Santander) envió un equipo en septiembre de 2002 para investigar a Madoff y a sus abogados. Esta investigación se plasmó en dos memorándum en los que alertaba de los riesgos que conllevaba la inversión en el fondo de Madoff. Dichos memorándum, firmados por la abogada suiza Karine Courvoisier, alertaban ya entonces de la posibilidad de que los activos supuestamente gestionados por el (a la postre) estafador no existieran.
Una de las principales señales de alarma recogidas por Courvoisier fue que Madoff actuaba como su propio custodio, lo cual va en contra del principio universal de que el custodio sea una tercera entidad y, lo que es peor, hacía imposible verificar la existencia de los activos y la veracidad de los extractos contables emitidos por la firma. Además, la firma de Madoff era un broker-dealer, con lo que generaba sus propias confirmaciones de las supuestas operaciones bursátiles realizadas por el fondo, que finalmente resultaron falsas.
"Al combinar un broker-dealer con un custodio, Madoff creó una empresa financiera aislada y autosuficiente que generaba toda la información para los inversores -incluyendo los fondos de Optimal- sin ninguna supervisión de un tercero. Esta sospecha fue señalada por Optimal pero ignorada deliberadamente por los demandados (Santander) en detrimento de los demandantes", concluye la class action.
A consecuencia de este informe, representantes de Santander visitaron a Madoff el 18 y 19 de septiembre de ese año para pedirle que utilizara un depositario externo, a lo que el estafador se negó. Pero, "en vez de retirar el dinero, ni Santander ni Optimal tomaron ninguna medida para proteger a los inversores o para verificar que los activos de los fondos de Optimal todavía existían", acusa la demanda. Igualmente, tampoco contactaron con ninguna contrapartida para comprobar la veracidad de las supuestas operaciones bursátiles realizadas por el gestor; "y si lo hicieron, tenían que saber que Madoff estaba perpetrando una estafa", añade.
La polémica visita de Echenique
La class action también cita la famosa visita de Rodrigo Echenique (el hombre de confianza de Botín) a Madoff en noviembre del año pasado. El hecho de enviar a una persona con un perfil tan alto en vez de a especialistas en hedge funds de Optimal es todo un indicio de la preocupación del banco por el riesgo que percibía en su inversión. Como adelantó El Confidencial en diciembre, Echenique intentó retirar parte de los 2.300 millones de euros que Optimal tenía invertidos con el estafador, lo que provocó la cólera de este y una amenaza: "El que se va no vuelve".
Existen dos versiones sobre lo que ocurrió después: una asegura que Echenique elaboró un informe en el que aconsejaba retirar el dinero pero no dio tiempo a hacerlo -Madoff tenía restricciones a la liquidez- porque fue detenido el 13 de diciembre y se descubrió el escándalo; otra sostiene que fue precisamente la orden de retirada de fondos del Santander la que precipitó esta detención, puesto que no tenía dinero para atenderla y tuvo que descubrir que los activos realmente no existían.
En todo caso, la demanda acusa en reiteradas ocasiones a Optimal y Santander de incumplir sus obligaciones de analizar los fondos en que invertía (due diligence) y de proteger los intereses de los partícipes, por las que cobraba importantes comisiones. Es más, critica que la única medida tomada fue la introducción de un disclaimer (advertencia) en el folleto de los fondos en el que se avisaba de que existía la posibilidad de que Madoff se fugara con el dinero, algo que pretendía salvar su responsabilidad pero que no salva el incumplimiento de sus obligaciones, según los demandantes. Unas obligaciones que estaban recogidas en la propia política de inversión de Optimal.
Una solución que no evita los pleitos
Como es sabido, Santander ofreció la restitución del dinero invertido a los clientes de banca privada mediante participaciones preferentes, que aceptó el 93% de los afectados y del patrimonio. La class action fue presentada en enero por el despacho Labaton Sucharow en nombre de dos clientes del Santander en Miami que no aceptaron esta solución. Según la legislación norteamericana, si los demandantes ganan el juicio, pueden apuntarse a cobrar todos los afectados que lo deseen, aunque los que han aceptado las preferentes han firmado una renuncia a acciones judiciales contra el banco.
Por otro lado, la entidad llegó en mayo a un acuerdo con el administrador judicial (trustee) que tramita la liquidación de los fondos de Madoff. Según dicho acuerdo, la entidad acepta pagar 235 millones (el 85% de los 276,4 millones que presuntamente retiró el Santander de los fondos gestionados por el gurú en los 90 días anteriores a su detención) a cambio de no sufrir una demanda por parte de las autoridades estadounidenses. Una demanda que acusa a otras gestoras -que no han llegado a un acuerdo similar- de tener conocimiento de que la operativa era fraudulenta.
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