Así nos ven, WSJ y FAES.
España necesita encontrar un nuevo paso
Debido a que su boom inmobiliario llevó a la economía a tener un viaje mareante, la caída mundial de los precios de la vivienda ha afectado a España de una manera más pronunciada que a otros países europeos. La inversión en construcción ha caído por octavo trimestre consecutivo, hasta un nivel un 18% menor a su máximo, según Bank of America Merrill Lynch. "Una reducción pronunciada", según Goldman Sachs.
El desempleo está oficialmente en el 19,3%, y se dirige hacia el 20%. Y, por varias razones, parece muy difícil que baje.
En primer lugar, la tasa de desempleo en España estuvo entre el 16% y el 23% durante muchos años (1984-1998), y no ha estado por debajo del 9% en los últimos 30 años. Así que "la población española se ha acostumbrado al desempleo. Mucha gente tiene la impresión de que el desempleo es como una 'pandemia' española", me cuenta Jaime García-Legaz, economista y secretario general de Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), el grupo de estudios del antiguo presidente del Gobierno José María Aznar. García-Legaz señala que esta impresión es incorrecta: durante su mandato (1996-2004), Aznar "bajó la tasa de desempleo desde el 23% al 11%".
La impresión de los españoles de que el desempleo es algo natural no es el único factor en la aceptación con relativa calma de la actual tasa del 20%. Está también el generoso sistema de beneficios sociales que durante dos años pagan entre el 80% y el 90% del último sueldo, lo que hace que los desempleados no estén dispuestos a aceptar casi ningún trabajo. Lo que agrava el problema: los empleadores son reticentes a contratar a gente que ha estado contenta de estar dos años sin trabajar, especialmente porque si posteriormente les despide, les tendrá que pagar el equivalente a entre 30 y 45 días de su salario por cada año trabajado.
Finalmente, está la economía informal, que ofrece ingresos a mucha gente que también recibe beneficios sociales. García-Legaz y otras personas con las que he hablado calculan que la producción de la economía informal es de entre el 20% y el 25% del PIB.
A la situación del empleo se suma una no menos sombría situación fiscal. La caída de los ingresos fiscales se ha juntado con un plan de estímulo mediante obras pública por importe de 8.000 millones de euros para elevar el déficit público hasta el 10% del PIB desde el 3,8% de 2008. Esto ha obligado al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero a ignorar los consejos de la OCDE de que atrase hasta 2011 la subida de impuestos y a prometer un presupuesto austero en 2010 que incluye un recorte del 4,5% en el gasto del Gobierno (8.600 millones de euros y una subida de impuestos equivalente al 1,5% del PIB (15.000 millones de euros), probablemente en los impuestos especiales y las ganancias de capital.
Pero, a menos que Zapatero se sobreponga a la oposición que han mostrado los sindicatos que le apoyan respecto a una reforma laboral, de la cual él no se ha mostrado muy partidario, los continuos crecimientos de los costos laborales situarán un crecimiento sólido lejos de su alcance. Algunas personas, dio el presidente del Gobierno a la prensa, "quieren desregular los derechos de los trabajadores, desregular los derechos sociales. Yo no bailo al son de esta música. España no (...) va a va a dar ningún paso atrás en cuanto a los derechos que hemos conquistado". La OCDE prevé que la economía española se contraerá un 0,3% en 2010, mientras que la de la eurozona crecerá un 2,5%.
Pero eso no ha perjudicado al entusiasmo de los inversionistas por las acciones de las compañías españolas. Los datos ofrecidos por Goldman Sachs muestran que en lo que va de año el retorno total de las acciones españolas del IBEX-35 son mayores que los del FTSE 100, el Stoxx 600 y el S&P 500. Esto se debe probablemente al éxito de las compañías españolas en compensar la caída nacional con la expansión internacional.
BBVA, que tiene un sólido balance, está expandiendo sus operaciones por Asia. Telefónica se ha convertido en la tercera mayor compañía de telefonía del mundo por número de clientes y se está expandiendo a China, Alemania y Brasil. Repsol ha hecho grandes descubrimientos de petróleo en el Golfo de México. La cadena de moda Zara se está ganando fama mundial. Iberdrola Renovables es el segundo mayor productor de energía eólica en Estados Unidos, y ha destinado los US$2.000 millones de una reciente emisión de bonos a su expansión en Estados Unidos.
Ahí está también Banco Santander, el mayor banco de la eurozona por capitalización bursátil (90.000 millones de euros), con 170.000 empleados y 90 millones de clientes. Con la excepción de la desafortunada compra hace cuatro años de Sovereign Bancorp en el nordeste de Estados Unidos, Santander se ha librado de los problemas a los que se han enfrentado otros bancos de todo el mundo al seguir comprometido con el simple negocio de banca minorista.
Las cajas de ahorro han tenido menos fortuna. Alrededor de un tercio de ellas se encuentran en tales dificultades que el Banco de España está organizando sus compras por parte de otras instituciones más fuertes.
El Gobierno español espera reducir el desempleo y convertir el país de uno dependiente en los sectores de la construcción, de carácter cíclico, en otro basado en una economía del siglo 21 basada en el conocimiento. Hacen falta más que deseos y discursos si España quiere evitar ser el enfermo de Europa.
Irwin Stelzer es asesor empresarial y director de estudios de política económica de Hudson Institute.
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