JUAN LABORDA, PROFESOR DEL IESE
"China jamás apreciará su divisa como pide occidente pues sería el gran perdedor"
Juan Laborda
22/10/2010 - 17:30
China, Estados Unidos y divisas. Tres variables que estarán presentes en la reunión entre los ministros de finanzas del G-20. Culminación de una semana en la que la FED, el Banco Central de China y el dólar han dado mucho de qué hablar.
El anuncio, por parte de la FED, de llevar a cabos medidas cuantitativas ha vuelto a reactivar el debate: comtatir la inflación y fomentar el crecimiento ¿si o no?. ¿Cómo afectará a los mercados el hecho de 'darle a la máquina de hacer dinero´?
No fomentará el crecimiento económico, sólo genera burbujas o inflaciones de activos, que después acabarán estallando. Veamos el razonamiento. Una de las patas de la ficticia recuperación económica, y de los mercados financieros desde marzo de 2009, fue este diseño de la política monetaria de la FED, seguida ahora por BCE y BOE, que bajo la implementación de una expansión de balances, incrementando el activo del Banco Central vía la compra de activos tóxicos, continuas líneas de apoyo de liquidez a los mercados, lo único que se generó fueron incrementos de precios de los activos no respaldados por la economía real, es decir, de nuevo una burbuja o inflación de activos.
Bajo la idea, soportada académicamente por Ben Bernanke, de que la generación de burbuja de activos puede reactivar la economía, la expansión cuantitativa generó un nuevo carry trade: el del dólar que alimentó la inflación de activos desde marzo de 2009 hasta principios de 2010. Sin embargo, este planteamiento económico se olvida de que la riqueza en relación al PIB es constante, de manera que si la riqueza crece muy por encima de las rentas se producirá una reversión a la media mediante un descenso del precio de los activos. ¿Cómo? Caben dos posibilidades: mediante la retirada parcial de la liquidez que ha generado este nuevo carry trade, o mediante el colapso del colateral que respaldaba la última burbuja, la de la deuda soberana.
El hecho de que el Banco CEntral de China haya elevado los tipos de interés en un 0.25% ¿obliga de alguna manera a que Estados Unidos sea el próximo en mover el precio del dinero?
No obliga. Bernanke afirmo la semana pasada que los tipos al 0% eran altos, de ahí la política cuantitativa. La subida de tipos de interés de China, en un contexto de control de capitales, pone de manifiesto la inconsistencia de la actual política monetaria de la FED. Por un lado, esta expansión de balances generará inflación vía monetización de la deuda, de manera que aplicando la paridad de poder adquisitivo en el largo plazo depreciará el USD, y en el corto plazo, como la política cuantitativa de la FED baja los tipos de interés, cuando deberían estar subiendo, y aplicando la paridad de tipos de interés, debería depreciarse fuertemente en una cuantía suficiente para generar una expectativa de apreciación futura por tipos más bajos, es lo que se denomina un overshooting, siguiendo al economista Rudiger Dornbush.
En la antesala del G-20, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner ha exigido reglas que regulen los tipos de cambio. ¿Se espera alguna sorpresa al respecto?
Estados Unidos no tiene ninguna capacidad de presión sobre China, que en el momento actual acapara el 30% de las reservas mundiales, de manera directa e indirecta. China Jamás apreciará su divisa como pide occidente. ¿Por qué? Una revaluación del Yuan produciría un descenso generalizado en la riqueza mundial, incluidos Estados Unidos y Japón, pero China sería el gran perdedor (vía fuertes caídas en inversión y déficits fiscales). La única área que experimentaría una ligera ganancia sería la Unión Europea. Además China registraría un impacto negativo en tipos de interés similar a la trampa de la liquidez que experimentó Japón en los 90: primero, presiones de inflación, y descensos en los tipos de interés nominales y reales, después inefectividad de la política monetaria. ¡Su auténtico miedo!
Todo lo que hemos comentado se puede resumir en una sola idea: la actual crisis económica de occidente, especialmente Estados Unidos y Reino Unido, es sistémica. Se trata de economías con un brutal sobreendeudamiento privado, que una vez colapsa el colateral que alimentaba esa deuda, entran en recesión-depresión, y que además no han obligado a su sistema financiero a que paguen acreedores y a hacer quitas. Al final acabarán haciéndolo, y su papel en la economía mundial disminuirá de manera importante con un nuevo reequilibrio de poderes a nivel mundial. Esta desconfianza es lo que está detrás de la brutal subida del oro, del JPY, del EUR, del CHF respecto al USD.
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