ECONOMÍA | Recortará el gasto público en unos 95.000 millones de euros
Reino Unido presenta el plan de ajuste más ambicioso desde la guerra
El ministro de Economía, Georges Osborne (dcha.), y el jefe del Tesoro, D. Alexander.| Reuters
Reducirá los subsidios del Estado del Bienestar en unos 20.000 millones
Sólo se salvan los gastos en escuelas, Sanidad y ayuda al desarrollo
Eduardo Suárez (Corresponsal) | Londres
estaba listo para ser hombre más impopular del Reino Unido. Este miércoles el responsable del Tesoro ha iniciado el camino hacia la impopularidad. El detonante es el mayor recorte en el gasto público desde la posguerra. Un plan de ajuste que se propone ahorrarle al Estado unos 95.000 millones de euros y reducir en cuatro años un déficit que este año rozará el 12% del PIB.
Ronco, nervioso y sazonando su intervención con sorbos a su vaso de agua, Osborne ha desplegado los primeros detalles del plan en los Comunes. Habrá que esperar unas semanas para saber su letra pequeña de despidos, rebajas y cancelaciones. Pero desde hoy se conoce el tamaño de las partidas de todos los departamentos hasta el año 2015.
Sólo se salvarán de la escabechina la partida de Sanidad, la de escuelas y la de ayuda al desarrollo, que el Gobierno mantendrá en términos reales en toda la legislatura. Los demás ministerios sufrirán recortes sostenidos durante cuatro años. Algunos tan pronunciados como los de Justicia, Exteriores o Interior (24%) o como los de los ayuntamientos, cuyos gastos deberán encoger en un 28%.
"Hoy es el día en el que el Reino Unido vuelve del abismo", dijo Osborne, "no podemos cargar sobre la espalda de nuestros hijos los intereses de los intereses de los intereses de las deudas que nosotros no podemos pagar. Tenemos por delante un camino duro pero conduce a un futuro mejor".
Recortes en la BBC
Es imposible exagerar el alcance del plan de ajuste, que se extenderá por todos los rincones de la Administración. La BBC afrontará un recorte del 16% en su presupuesto. El Estado recortará los subsidios del Estado del Bienestar en unos 20.000 millones de euros: un tercio más de lo anunciado hasta ahora. Y a partir de 2012, la Reina deberá apretarse el cinturón con un recorte de un 14%.
Al margen de los recortes, Osborne ha anunciado que los británicos se jubilarán a los 66 años a partir de 2020: es decir, cuatro años antes de lo previsto. Y ha presentado una nueva tasa sobre la banca aunque sus detalles no se conocerán hasta el jueves.
Una cuarta parte de la reducción del déficit se logrará con subidas de impuestos. La más relevante la subida del IVA del 17,5% al 20%, que entrará en vigor en enero del año que viene.
Temeroso de la impopularidad del plan de ajuste, Osborne ha intentado presentarlo como el fruto del despilfarro laborista y no del celo ideológico monetarista de un Ejecutivo dirigido por los nietos de la Thatcher. Así, ha expuesto las tres aspiraciones del plan: la reforma del Estado, la justicia social y el crecimiento. La primera es la vocación de los conservadores, que quieren un Estado más pequeño. La segunda es el sello de sus socios liberal-demócratas. La tercera, la convicción de que el Ejecutivo no cree que los recortes vayan a cercenar la recuperación económica.
Peligro de recesión
El plan de Osborne es un empeño notable pero arriesgado. Sus detractores advierten que los recortes podrían poner en peligro el crecimiento y quizá devolver al país a la recesión. Según Price Waterhouse, supondrá una merma de medio punto en el PIB de 2011 y mandará al paro a cerca de un millón de personas: la mitad en el sector público y la mitad en el sector privado.
Un precio que el Gobierno liberal conservador está dispuesto a asumir para eliminar los números rojos de las arcas públicas y adelgazar el tamaño del Estado, sobredimensionado después de 13 años de laborismo.
Anoche los fotógrafos captaron un documento oficial que advertía de 500.000 despidos en el sector público en los últimos años. Pero la cifra es orientativa y dependerá de la negociación con los trabajadores, que deberán elegir entre menos sueldo o menos empleos. Por medio de la negociación o sembrando el país de huelgas, al estilo de Francia o de lo que ocurrió en los años del
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