Las Cajas se desnudan para ‘Mafo’
Las entidades declaran 93.000 millones en activos problemáticos del ladrillo, pero al Banco de España siguen sin cuadrarle las cuentas
El Banco de España ha aprendido la lección de Irlanda. Antes de inyectar dinero en las Cajas de Ahorros, éstas tienen que desnudarse. Las entidades no tienen otro remedio que dejar atrás su pudor y hacer un streaptease ante Mafo y ante todos los españoles, sobre todo aquellas que quieran acceder a las ayudas públicas. El Gobierno quiere saber cuántos pisos tienen y cuánto valen en realidad. De no ser así, el contribuyente podría acabar pagando de su bolsillo unos activos cuyo precio está sobrevalorado. Lo que más preocupa a Salgado son los más de 17.200 millones en suelo, un activo muy poco líquido y que se ha depreciado enormemente en los últimos años.
Las Cajas se resisten a desnudarse frente a Miguel Ángel Fernández-Ordóñez. Su pudor viene dado por el ladrillo moroso que tienen en sus balances, que tiene enfadado al gobernador del Banco de España y al Ministerio de Economía. El streaptease ha dejado al descubierto que el riesgo es muy elevado y que está solo parcialmente cubierto, con lo que el sector necesita recapitalizarse para mejorar su solvencia.
En total, las Cajas de Ahorros españolas han declarado tener 93.000 millones en activos problemáticos del ladrillo, si se tiene en cuenta el valor bruto de su cartera de inmuebles. De esa cifra, los nueve grupos de cajas que han protagonizado procesos de integración suman 79.000 millones, el 85% del total. Eso muestra que el proceso de concentración ha estado guiado por la necesidad más que por el deseo.
Preocupa el suelo
Lo que más preocupa en el sector es que el conjunto de las Cajas tienen más de 17.200 millones en suelo, un activo muy poco líquido y que se ha depreciado enormemente en los últimos años. A esa cantidad hay que sumar otros 43.300 millones en créditos en los que la garantía es también suelo. De nuevo, la mayor concentración se da en los grupos de cajas fusionadas.
En este sentido, el Banco Financiero y de Ahorros, el grupo liderado por Caja Madrid y Bancaja y presidido por Rodrigo Rato, se ha convertido en la mayor inmobiliaria de España y el mayor propietario privado de suelo. Su tamaño y su gran exposición al sector promotor la han llevado a acumular en su balance activos inmobiliarios adjudicados a las entidades de su grupo por un valor neto contable de 7.402 millones, tras aplicar una cobertura del 33%. Eso quiere decir que el valor bruto de esos activos supera los 11.000 millones, muy por encima del resto de las cajas y de las principales inmobiliarias. La enorme cifra se debe sobre todo a Bancaja y ha llevado a la entidad a plantearse incluso crear un banco malo con sus activos inmobiliarios, siguiendo la estela de La Caixa.
El nuevo banco que preside Isidro Fainé, CaixaBank, es sin duda el ejemplo a seguir por el resto de las entidades, a excepción de las Cajas que todavía siguen en pie como tales y que han demostrado su solvencia, como Unicaja, BBK, Vital, Kutxa y la pequeña Caixa Pollença. Estas cinco entidades son las únicas que, a cierre de 2010, superan el core capital del 10% que exigirá el Ministerio de Economía para las entidades que no cotizan en Bolsa o no tienen accionistas privados.
Cabe recordar que se consideran problemáticos tres tipos de activos: los créditos morosos, los préstamos subestándar - que están al corriente de pago, pero presentan debilidades - y los inmuebles adquiridos o embargados a promotoras y particulares.
Los expertos coinciden en señalar que Elena Salgado no quiere correr la misma suerte del Gobierno irlandés, que tuvo que acudir al rescate de unos bancos cuyos activos resultaron estar apreciados. Si esto sucediese en España, el contribuyente acabaría pagando la bajada de precios del sector inmobiliario, que según todos los organismos internacionales, está todavía sobrevalorado. Por tanto, hasta que no se conozca la exposición real y el valor de los activos que tienen los bancos y Cajas españolas, el problema persistirá y los mercados seguirán dudando de la deuda de España. De ahí la insistencia de cercar al sector por parte de la ministra, que está generando tanto malestar en las Cajas.
Sin ir más lejos, la CECA difundía el jueves un comunicado en el que mostraba su inconformismo con las mayores exigencias de capital que les exige el Gobierno. Lo consideran un agravio comparativo respecto a sus competidores, los bancos. La patronal cajera va incluso más allá y deja entrever que “un gran número” de bancos no superaría el listón que propone Salgado y el Banco de España. “El esfuerzo que se pide a las Cajas de Ahorros en materia de solvencia es tan alto que sitúa ese nivel por encima del alcanzado por muchas de las entidades europeas; de tal manera que, de aplicarse los mismos requerimientos que los que se han esbozado para las entidades financieras de nuestro país, un gran número se encontrarían lejos de cumplir esas exigencias de solvencia”.
Mafo sigue sin fiarse
Tras pedir a finales de diciembre que todo el sistema financiero se sometiese a un ejercicio de transparencia sin precedentes, el Banco de España vuelve a pedir a las entidades que faciliten al mercado todos los datos sobre su riesgo en el ladrillo, core capital y posición de liquidez. Pero esta vez, por escrito y auditado. El supervisor ha exigido a todas las entidades financieras, pero sobre todo a las Cajas, que presenten antes del 4 de marzo las auditorías de los datos ofrecidos a la CNMV de core capital, posición de liquidez y exposición inmobiliaria.
Los expertos consultados coinciden en señalar que con esta vuelta de tuerca, Fernández Ordóñez, quiere solventar de una vez por todas las dudas de los mercados sobre la deuda española, lo que está encareciendo, cuando no extinguiendo, el crédito de la banca a las familias y empresas.
Fuentes financieras han señalado a este periódico que estas auditorías servirán al Banco de España y al Ministerio de Economía para conocer la cantidad exacta de fondos que necesita la banca para cubrir los nuevos requisitos de capital.
Elena Salgado ha dicho que las Cajas necesitan en torno a 20.000 millones de euros para capitalizarse, aunque todos los los analistas coindicen en que la cifra será mayor. Si las entidades no logran dinero privado, el Gobierno entrará en el capital de estas entidades de forma parcial y temporal.
Unnim, Caja3, CatalunyaCaixa y Novacaixagalicia, las más expuestas
Caja Tres -el banco nacido de la integración de CAI, Caja Círculo y Badajoz - es la entidad más expuesta al riesgo inmobiliario. A pesar de no haber recibido ayudas públicas, el grupo tiene 2.581 millones en activos problemáticos, un 12,72% de su balance. Le siguen las dos fusiones catalanas, Unim y CatalunyaCaixa. En el primero de estos casos los activos dudosos suponen el 11,38% de su balance, y algo menos en el segundo, un 9,38%.
La gran Caja gallega, Novacaixagalicia, es la cuarta con mayor exposición al riesgo inmobiliario, con un 9,21% sobre su balance, prácticamente el mismo que presenta Banco Base, la unión que lidera Cajastur, condicionada por el negocio inmobiliario de la CAM y de la antigua Caja Castilla La Mancha (CCM).
En cambio, las Cajas que han permanecido independientes tienen menor exposición al ladrillo. Así, por ejemplo, destaca el 4,56% de activos problemáticos del sector inmobiliario frente a los totales que tiene Unicaja, el 4,61% de Ibercaja o el 5,77% de Kutxa. En el caso de BBK, este porcentaje asciende hasta el 8,01% por el lastre que le ha supuesto la absorción de la intervenida Cajasur.
Las Cajas no son las únicas que tienen vergüenzas que esconder. La banca también tiene un importante riesgo asociado al ladrillo. Según los datos publicados por las entidades españolas, del los 130.000 millones en créditos al sector inmobiliario, casi 22.200 millones de euros eran dudosos, es decir, llevaban 90 días de impago. A esa cifra hay que añadir los 23.000 millones de euros que suman los inmuebles adjudicados y adquiridos por estas entidades.
Santander y BBVA acumulan la mayor cartera inmobiliaria. El banco que preside Emilio Botín cuenta con créditos morosos por valor de 4.636 millones, mientras que en el caso del banco vasco la cifra asciende a 3.543 millones, según datos de ambas entidades a diciembre de 2010.
Esmeralda Gayán
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