Las exigencias de recortar el déficit han obligado a los gobiernos autonómicos a tomar en las últimas semanas decisiones drásticas de ajuste de gastos en servicios básicos como la sanidad, la educación o la ayuda a la dependencia. Todo lo que haga falta para salvar las cuentas públicas. ¿Todo? Bueno, no exactamente.
De acuerdo con los presupuestos aprobados para este año, los 17 ejecutivos regionales volverán a invertir este año 402,69 millones de euros en acción exterior, especialmente en la red de 179 embajadas, delegaciones y oficinas comerciales creadas al margen del Estado, que es el que tiene todas las competencias en esta materia.
Es una cifra ligeramente menor que la de 2010, cuando se alcanzaron los 442 millones. Pero el descenso no obedece a que haya habido ningún ajuste presupuestario en materia diplomática, sino más bien a que se han reducido algunas materias de ayuda y cooperación internacional, que en algunas autonomías se incluyen dentro de los presupuestos de la secretaría de Acción Exterior, una especie de ministerio de Asuntos Exteriores autonómico.
Gasto diplomático sin freno
El hecho es que entre el año pasado y éste, en plena crisis económica, y con la obligación de recortar al máximo el déficit público para evitar sustos mayores y poder afrontar el pago de la deuda, el gasto autonómico en diplomacia exterior ha alcanzado los 845 millones de euros en dos años. Se abren oficinas, sobre todo en Bruselas, para buscar la cercanía hacia las instituciones comunitarias, pero también en la mayoría de los países de la Unión Europea, en Estados Unidos y en Latinoamérica.
Las que más gastan, con gran diferencia además sobre el resto, son el País Vasco, que ha incrementado ligeramente esta partida, hasta 62,2 millones de euros; Cataluña, que se ha visto obligada a prorrogar el presupuesto del año pasado con una inversión de 56,3 millones; y Navarra que junto a Asturias son las únicas de las 17 autonomías que han elevado el presupuesto en acción exterior. De esta forma, la comunidad que preside Miguel Sanz aumentó en un 3,4 por ciento su inversión, al pasar de los 41 millones de 2010 a los 42,6 millones que ha destinado a esta partida en el presente año. En el caso de Asturias, el capital destinado a promoción exterior ha pasado de los 14,8 millones en 2010 a los 16,7 millones que registra actualmente, lo que supone un aumento del 11,3 por ciento.
Sin embargo, gracias a la labor incansable del último tripartito, ya fuera del Gobierno, Cataluña se ha convertido en la comunidad autónoma con mayor presencia internacional, permitiéndose además el lujo de tener varias delegaciones comerciales en un mismo país. Tiene, por ejemplo, cinco en Alemania, cuatro en Estados Unidos y tres en México y Reino Unido. En total, cuenta con 32 oficinas comerciales -tenía hasta ahora 60, pero ha integrado las abiertas para captar inversión exterior y las que tenía para promover a las empresas cata- lanas- y media docena de embajadas. La Generalitat tiene este tipo de representación en Bruselas, París, Berlín, Londres, Nueva York y, con la vista puesta en India o China, acaba de abrir una nueva en Perpiñán.
El presidente catalán, Artur Mas, muy criticado en los últimos días por los recortes en sanidad o educación, se ha comprometido a un ajuste, pero lo ha hecho al tiempo que abría la última embajada en Francia. De hecho, su intención, al margen de reestructurar la red, pasa fundamentalmente por recortar los gastos y está trabajando ya en una posible reducción del sueldo del personal de estas oficinas. Entre los afectados estaría el hermano del ex vicepresidente de la Generalitat catalana, Josep Lluis Carod Rovira, Apel.les, representante catalán en la oficina de Cataluña en París y que, por el momento, conserva un sueldo anual de 80.000 euros.
Tras Cataluña, la segunda en el ranking, por número de oficinas, es la Comunidad Valenciana, con 23 embajadas y oficinas comerciales; Andalucía con 22, el País Vasco con 13; Murcia y Galicia con 12 cada una y la Comunidad de Madrid con 11.
La apertura de oficinas en el exterior está justificada siempre que su actividad se dedique a potenciar las relaciones comerciales entre empresas españolas y extranjeras y crear un estrecho vínculo que fomente un aumento de las transacciones económicas. Sin embargo, en muchas ocasiones no es ese el principal motivo por el que las comunidades deciden abrir delegaciones en el exterior.
En muchas ocasiones, lo que se busca es el voto de los allí residentes. Y eso es algo que han sabido aprovechar, especialmente, Cataluña con representación en Buenos Aires, México y Nueva York; País Vasco que a estas tres delegaciones añade oficinas en Caracas y Santiago de Chile, y Galicia, con delegaciones en Buenos Aires y Montevideo. Estas dos últimas ciudades, por ejemplo, concentran las mayores comunidades de gallegos en el exterior. Y, por ello, en épocas electorales, como la actual, son normales visitas de dirigentes socialistas y populares a esos países que concentran un total de 334.000 votos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario