El BCE intensifica sus compras de deuda para que el mercado dé por zanjada la crisis
El presidente del BCE, Mario Draghi.Foto: Archivo
Ayer saltó a la luz pública que el Banco Central Europeo (BCE) ha elevado sólo un 7,4% sus compras de deuda pública. Según informó el propio organismo, ha invertido durante la última semana 8.581 millones de euros en adquirir papel de los países de la eurozona, frente a los 7.986 millones de los siete días anteriores.
Ya son dieciséis las semanas consecutivas que el BCE interviene en los mercados secundarios de deuda, desde que en agosto anunciara la reactivación de sus compras, que ascienden a 203.500 millones desde el lanzamiento del programa en mayo de 2010.Más del 60% se ha ejecutado desde el pasado 8 de agosto.
Se acaban los experimentos con gaseosa y fondos de rescate que pierden la fuerza y el gas apenas se descorchan. Mientras los políticos alemanes ladran desde sus feudos para dar ante su electorado la sensación que mandan en Bruselas, las diplomacias de los países del euro y las instituciones comunitarias hilvanan una estrategia para superar la crisis. A corto plazo, las esperanzas están depositadas en el BCE.
Según aseguran fuentes diplomáticas, el BCE comprará sin prisa pero sin pausa y a la chita callando cuanta deuda pública de países como Italia sea necesaria hasta que los mercados se den por enterados y se calmen. Se impone la ley del silencio: los dirigentes políticos no comentarán la gestión del italiano Mario Draghi al frente del BCE, para evitar toda impresión de que violan su independencia al presionarle en uno u otro sentido.
Draghi, por su parte, no actuará con la contundencia que desearían países en apuros como España e Italia. Así evitará que al Gobierno alemán y al Bundesbank no les quede más remedio que quejarse de una política flagrantemente alejada de su mandato único de controlar la inflación. Y así también presionará para que Madrid y Roma no se duerman en los laureles y no abandonen sus respectivos programas de reformas económicas y saneamiento presupuestario.
Quitas sobre los bancos
En otro frente, el grueso de la UE presiona para que Berlín renuncie a imponer quitas a los titulares de deuda pública de otros países que, además de Grecia, estén al borde de la quiebra. Los mercados están nerviosos porque no se creen que la quita de Atenas sea la primera y la última. Máxime porque Alemania impuso que el fondo de rescate permanente que entrará en vigor en 2013 contemple posibles reestructuraciones de la deuda. De la cumbre que celebrarán el 8 y 9 de diciembre en Bruselas los jefes de Estado o de Gobierno europeos podría salir un acuerdo para retirar esta claúsula del fondo de rescate.
Pacto franco-alemán
Al tiempo que se bendice en silencio y no se admite oficialmente la intervención del BCE en los mercados de la deuda para no incomodar a Berlín, los dirigentes europeos se aplicarán para escenificar en su próxima cumbre en Bruselas la victoria de la canciller conservadora Angela Merkel. La jefe del Gobierno alemán se presentará ante su opinión pública como la ortodoxa que ha impuesto a los manirrotos del sur una reforma de los Tratados de la UE para aumentar la disciplina presupuestaria, lo que a su vez daría más margen de actuación al BCE.
Aunque la Comisión Europea lo negara ayer oficialmente, fuentes comunitarias confirmaban las negociaciones entre Francia y Alemania para modificar los Tratados. Las negociaciones han creado la expectativa de que tal reforma podría solucionar la crisis en breve, lo que descartan fuentes comunitarias que dicen que los efectos de tal reforma tardarían meses o incluso años y que la única solución inmediata es recurrir al BCE.
Para agilizar el cambio de Tratados, se baraja crear un Tratado paralelo e intergubernamental como se hizo en casos como Schengen o Prum. Al final de esta negociación se podría crear algún tipo de eurobonos, y se podría dividir a los países de Eurolandia en un cuerpo de élite y un pelotón de torpes.
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