Cómo Zara convirtió Galicia en un centro textil
Pero también hay un tipo distinto de peregrinaje en la región: analistas del sector minorista que visitan la sede del exportador de más éxito en España, Zara, que ha convertido al fundador de Inditex en uno de los hombres más ricos del mundo.
Amancio Ortega, de 75 años, ha ayudado a convertir el tradicional negocio textil de esta región en un líder de la industria cuyas marcas más pequeñas y de rápido crecimiento están ganando atención pese a que los minoristas en España sufren una caída sin precedentes.
Ortega evita a los fotógrafos y las entrevistas con los medios, como hacen la mayoría de los directivos de Inditex. Esa reserva no ha impedido que el conocimiento laboral de la firma haya pasado a otras empresas en las últimas tres décadas.
"Ha surgido una tonelada de oportunidades, un montón de nuevas ideas han venido de Galicia", dijo Mikel Bilbao, socio del banco de inversión español GBS Finanzas. "Parte de ello es porque hay un torrente de conocimiento técnico, diseño y minorista allí".
Las firmas gallegas tienen el potencial de atraer participación privada con deseos de invertir en el mercado medio, compañías con facturación de entre 20 y 300 millones de euros, y podrían seguirle multinacionales ambiciosas, dijo Bilbao.
Aunque Zara se ha expandido por el mundo, Ortega mantuvo su centro de operaciones en un complejo industrial a 20 minutos en coche de La Coruña.
Con ocho marcas y más de 5.200 tiendas en más de 70 países, Inditex emplea a unas 100.000 personas, de las cuales más de 6.000 están en Galicia.
Profesionales muy preparados de la moda y los negocios han acudido a la región y a los talleres locales de costureras, un negocio tradicional en la zona, han tenido que modernizarse y profesionalizarse para cumplir las demandas de la firma.
José Luis Nueno, profesor de marketing de la escuela de negocios IESE en Barcelona, estima que Inditex probablemente subcontrate negocios por valor de 500 millones de euros en Galicia.
"Las firmas (minoristas rivales) pueden reclutar a trabajadores con facilidad, necesiten gente en ventas o cortadores de patrones", dijo.
SOBREVIVIENDO Y PRÓSPEROS
Las tiendas atraviesan tiempos difíciles durante la crisis mundial que ha reducido el consumo en Europa y Estados Unidos, por los altos precios del algodón y los crecientes costes laborales en los países en vías de desarrollo.
Pero pese a la grave recesión que ha vivido España y que ha dejado a uno de cada cinco trabajadores sin empleo, unas pocas firmas de moda gallegas están disfrutando de éxito.
Las marcas de ropa para niños Nanos y Pili Carrera se han dirigido a los ciudadanos acaudalados de un país en el que los padres visten bien a los niños para ir a restaurantes e incuso para el parque.
Aunque muchos minoristas producen sus ropas en mercados emergentes como India y China, Pili Carrera fabrica todas sus prensas en España, en su localidad gallega de Mos (Pontevedra).
"La gente algunas veces dice: 'Es un poco caro', pero pagamos mano de obra española. Nuestros beneficios podrían ser menores pero podemos producir ropas que son diferentes y controlar mejor la prenda final", dijo Natalia Brea Martínez, que supervisa las operaciones de franquicia.
En una tienda de Pili Carrera en Santiago de Compostela - la marca tiene centros en México y Japón -, los monos para bebés cuestan unos 50 euros y las faldas para niñas de cuatro años, 75 euros.
"Hay crisis, pero a la gente no le duele gastarse dinero en sus hijos. Quieren que estén guapos", dijo Brea.
En España, las hijas del príncipe Felipe, llevan la marca. La actriz Gwyneth Paltrow también presentó la ropa en su blog www.goop.com.
"Estados Unidos es nuestro mercado prioritario en este momento", dijo la directora gerente, Salomé Carrera, en un correo electrónico a Reuters.
MARCAS MÁS PEQUEÑAS
Otra marca de rápido crecimiento que Bilbao, de GBS Finanzas, cree que puede interesar al inversor es Bimba y Lola, que produce accesorios y ropa selecta para mujer.
Pese a haber sido lanzada en 2006, antes de la crisis, la marca de capital privado ha aumentado las ventas de forma sostenida y se ha expandido a países como Francia y Egipto.
Con aproximadamente 110 tiendas, alrededor de la mitad franquicias, tenía una previsión de ventas el año pasado de 60 millones de euros, según el periódico gallego La Voz de Galicia.
Dirigida por los sobrinos de Adolfo Domínguez, el diseñador gallego cuya firma de moda empezó a cotizar en la bolsa española en 1997, la joven firma se ha posicionado bien incluso en el difícil mercado interno. Las ventas al por menor cayeron en España por decimoquinto mes consecutivo en septiembre.
Domínguez es conocido en España por encabezar un golpe de marketing en los 80 y 90 que ayudó a vender la "marca Galicia" al resto de España, un impulso que los analistas dicen que tiene poca tracción hoy día. Algunos consumidores en Asia creen incluso que Zara es italiana, un malentendido que no afecta a las ventas.
ENTRE EL LUJO Y LA CALLE
Varias firmas gallegas se están haciendo un hueco entre Louis Vuitton y Dolce & Gabbana del mundo de la moda, y entre los líderes del pueblo llano, H&M y Zara.
Una compañía bien posicionada es Sociedad Textil Lonia, con sede en Orense, que fabrica colecciones de las marcas de semilujo Purificación García y Carolina Herrera. El año pasado fue el mejor año de su historia con ventas que crecieron un 10 por ciento, hasta 235 millones de euros.
"Zara está bien si tienes la talla 36, pero si tienes más años, tienes más poder adquisitivo y no quieres ir como todo el mundo, buscas algo más", dijo Alberto Rocha Guisande, consultor y secretario general de la Confederación de la Industria Textil Gallega COINTEGA.
"Hay cada vez más mujeres que buscan marcas alternativas y están dispuestas a pagar algo más. La apuesta aquí está en ese lado alternativo".
Guisande dice que los proveedores gallegos pueden aprovecharse de la presencia de Inditex, disfrutando de acceso a compañías que proporcionan maquinaria de vanguardia y sistemas de distribución y logística que ayudaron a hacer famoso en todo el mundo al gigante minorista por su innovación y eficiencia.
En su biografía de Ortega, Covadonga O'Shea dice que el empresario, que dejó el colegio a los 12 años, le dijo una vez que les había sido difícil atraer a buenos profesionales a la región desde los centros financieros de Madrid y Barcelona.
Ortega está extremadamente orgulloso de que su equipo hoy, particularmente el de diseño, es como una mini Naciones Unidas por la amplia variedad de nacionalidades representadas.
"Galicia puede ser el Silicon Valley de la industria de la moda", dijo Rocha.
/Por Sarah Morris/
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