Seis mujeres conforman el equipo científico encargado de inventariar y conservar cada una de las piezas de las que consta el tesoro delNuestra Señora de las Mercedes. El lunes por la noche llegaron a Sarasota, en Florida, donde la empresa estadounidense Odyssey Marine Exploration lo almacenó tras anunciar su hallazgo, en mayo de 2007. Ellas serán las que empiecen a organizar el trasvase de las 595.000 monedas de plata y oro de aquí al fin de semana. Será entonces cuando dos aviones Hércules aterricen en el aeropuerto de la ciudad para transportar la carga a España. Si todo sale según lo previsto, el tesoro podría estar de vuelta a principios de semana.
Se trabaja a contrarreloj. En solo cuatro días, las expertas en numismática y en conservación del Museo Arqueológico Nacional y el Museo de Arqueología Subacuática tendrán que comprobar que el material entregado por Odyssey se corresponde con lo que la compañía declaró en los juzgados que han llevado el caso. Para conservar algunas de las piezas, el grupo ha traído una docena de arcones de seguridad negros con el logo del Gobierno de España. Los arcones son de propileno y de poliuretano en el interior, para evitar que los restos arqueológicos se dañen.
La expedición salió ayer por la mañana hacia el lugar donde se encuentran las monedas. El sitio es una incógnita. La empresa Numismatic Guaranty Corporation, cuya sede está al oeste de la ciudad, fue contratada por Odyssey para hacerse cargo de todo el proceso de almacenaje y conservación. Pero las instalaciones en las que se encuentran las monedas, no muy lejos de allí, cuentan con fuertes medidas de seguridad y su localización no ha sido revelada. Un portavoz del Ministerio de Cultura señaló ayer que España respetará la confidencialidad para evitar problemas.
La noticia de que los tribunales estadounidenses han dado la razón a España y han obligado a la empresa Odyssey a devolver el tesoro de La Mercedes no ha inquietado demasiado a los habitantes de Sarasota. La ciudad es un espacio de casas bajas desparramadas en unos 40 kilómetros de tierra firme. Sus poco más de 50.000 vecinos no parecen haberse enterado de la visita del equipo español. El caso no ha despertado mucho interés para la prensa local y pocos saben que una empresa de Florida llamada Odyssey ha perdido el tesoro de un barco español hundido en 1804 y por el que ha litigado con España durante cinco años. “Pues sí es español que lo tengan los españoles”, dice un jubilado con el traje regional (bermudas, zapatillas deportivas y gafas de sol) en una cafetería.
A una hora de allí en coche por las anchas autopistas del Estado de Florida, se llega a Tampa, la ciudad donde Odyssey tiene su sede central y un laboratorio donde conserva algunas de las piezas halladas en sus expediciones. No hay nada que indique a primera vista que estamos en las oficinas de la firma de cazatesoros. Solo cuando se sube a la segunda planta se percibe que el lugar tiene que ver con pecios submarinos, tesoros e historias de naufragios. Hay carteles, cuadros y réplicas de lo que la compañía ha encontrado en sus viajes.
La atmósfera que se respira en la compañía estos días es de derrota. Han sido cinco años de dura batalla legal por algo que tenían y que saben que pronto desaparecerá. La jurisprudencia que ha creado el caso, donde todos los tribunales estadounidenses han dado la razón al país que abanderaba el buque militar encontrado por Odyssey, hacen surgir la pregunta de si podrá seguir buscando tesoros. “Seguiremos trabajando con los Gobiernos que quieran, como el de Reino Unido. Allí vamos a rescatar el tesoro delHMS Victory con una fundación", asegura Greg Stemm, cofundador de Odyssey. “El único perdedor en esta historia ha sido España. La gente no dejará de buscar pecios españoles. Lo único que va a pasar es que muchos buscadores ilegales dejarán de informar de que los han encontrado. Entonces veremos monedas extraídas de pecios españoles vendidas en eBay. Todo esto es triste para un país con un pasado cultural tan rico”.
No parece que la tristeza embargue al equipo español que trabajará estos días en Sarasota. Esto supone un reto profesional y las caras ayer eran las de quienes saben que están ante un momento importante. “Vamos a trabajar a contrarreloj para finalizar los trabajos en el almacén el viernes 24. El equipo está muy motivado y es consciente de la responsabilidad de su labor”, señaló la subdirectora general de Protección del Patrimonio, Ángeles Alastrué. Las seis mujeres, vestidas con batas blancas y preparadas para el trabajo, salieron por la mañana hacia el lugar donde se esconde el tesoro, dispuestas a ponerle el punto final a toda esta historia.
Fin de una historia de tres siglos
- El 5 de octubre de 1804 Nuestra Señora de las Mercedes se hundió frente a la costa del Algarve (Portugal) tras ser volada por la flota inglesa. Con el hundimiento de la fragata de guerra española, el mar se tragó las monedas —además de otros valiosos artículos— y a las 249 personas que iban a bordo.
- Documentos del Archivo de Indias reflejan que la mayoría del oro y la plata pertenecía a la fortuna personal de mercaderes. Solo 253.606 pesos pertenecían a la Corona española.
- Doscientos años después de la batalla, en mayo de 2007, la compañía estadounidense Odyssey anunciaba el hallazgo de unas 600.000 monedas de oro y plata y los restos de un buque hundido. 17 toneladas de un tesoro incalculable.
- El Ministerio de Cultura sospechó desde el principio que era el tesoro de la fragata española , y empezó entonces un largo proceso judicial en el que España reclamó sus derechos sobre las monedas.
- El 31 de enero, los jueces de Atlanta (Estados Unidos) del casodesestimaron el recurso de la compañía con el que trataba de suspender la última sentencia del mismo tribunal que obligaba a Odyssey a devolver las monedas.
- Seis expertas enviadas por el Gobierno estudian el contenido y el estado de conservación del tesoro. Dos aviones Hércules aterrizarán esta semana en Sarasota (Florida) para trasladar las monedas a España.
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