Goldman Sachs: el mejor momento para la bolsa en una generación
Los analistas de Goldman Sachs recomiendan comprar
renta variable a la que consideran barata y que están descontando unas
perspectivas demasiado negativas.
La caída de la prima de riesgo histórica (ex-post risk premium) de la renta variable frente a los bonos es una combinación de varios factores. Los cambios regulatorios, alta volatilidad, baja inflación, factores demográficos, desapalancamiento y de austeridad fiscal se han conjurado para reducir dramáticamente las expectativas y limitar la demanda de acciones como clase de activo. Teniendo en cuenta las valoraciones actuales, en Goldman Sachs cree que es hora de decir un "largo adiós" a los bonos y comprar renta variable porque subirá durante los próximos años.
Con la prima de riesgo tan baja respecto a la anualizada de los últimos 10 y 20 años, las perspectivas de rentabilidad de las acciones frente a los bonos son, según el banco de inversión, las mejores en una generación. Que no es poco.
Aunque el crecimiento futuro puede ser inferior al experimentado en la última década en muchas partes del mundo, los analistas de Goldman Sachs creen que ya está reflejado en las cotizaciones y rebaten todos los argumentos de los inversores escepticos sobre los bajos rendimientos de las acciones.
Estiman que no todos los países están endureciendo su política fiscal. Muchas economías emergentes tienen fuertes balances fiscales y reservas de divisas y están animando el consumo doméstico. Respecto a las economías desarrolladas, destacan la proactividad de los bancos centrales para acelerar procesos de flexibilización monetaria no convencionales y expandir el tamaño de sus balances. Tampoco el proceso de desapalancamiento que está teniendo lugar y que lleva a un menor crecimiento es generalizado en todos los países, como es el caso de los emergentes.
Los analistas también recuerdan que las compañías tienen los balances inusualmente fuertes y que mientras las acciones han alcanzado fuertes primas de riesgo durante periodos prolongados de tiempo, esto no ocurre desde finales de los años noventa. Consideran que los mayores rendimientos de los bonos pueden moderar la rentabilidad de la renta variable, pero que es poco probable que supongan una limitación importante en una primera fase de normalización ni un perjuicio para el atractivo de la renta variable en comparación con los bonos.
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