Todo junto....gloria!
¿Por qué regresa la tensión a los mercados con España en la diana bajista?
España se ha convertido en la
obsesión de los inversores pero no todo lo que pasa es culpa nuestra. El
indicador del pánico -VIX- en máxios de cinco semanas y la prima, en
432 puntos.
Alta tensión en los
mercados financieros europeos. Con España e italia en el ojo del
huracán, los mercados vuelven a estar con los nervios crispados y
apuestan por las venta ante una situación que se torna cada vez más
incierta. El mercado no se conforma con el recorte adicional de 10.000
millones de euros que el Gobierno de Mariano Rajoy aplicará este año al
gasto sanitario y educativo para aflojar la presión sobre la economía
española. Y la bolsa paga las consecuencias. ¿Por qué vuelven los
ataques?
Los síntomas de que el miedo a vuelto a las bolsas son más que evidentes. Lo que todo el mundo mira ahora mismo es la prima de la economía española, que pasó ayer de los 430 puntos y hoy ha abierto en los 432 puntos; pero tampoco hay que perder de vista la evolución de la italiana, que superó los 400 puntos con su bolsa hundiéndose un 5%. Y otro indicador fundamental para entender la situación es el conocido como índice del pánico, o VIX, que subió ayer con fuerza hasta marcar sus máximos en cinco semanas. En lo que llevamos de abril se ha disparado un 30%.
Quizás lo más serio es que España se ha convertido en la obsesión absoluta de los mercados financieros, pese a que el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, insistió ayer en que un rescate no está sobre la mesa. Pero tampoco la caída de las bolsas se debe a la preocupación exclusiva por nuestra país; los mercados descontaron ayer los malos datos de empleo de Estados Unidos y la situación incierta de China, donde el crecimiento económico parece desacelerarse.
A juico de Ralph Solveen, economista de Commerzbank, el Gobierno de España ha hecho grandes progresos desde el comienzo de la crisis en un intento por mejorar los aspectos fundamentales de la economía española, y en la revisión del mercado de trabajo, mucho mejor que en el caso de Italia, según su opinión. Pero lo cierto es que los inversores siguen sin distinguir el grano de la paja.
Una de las razones que explican este comportamiento es el fin del efecto de las subasta de liquidez ilimitada que ha inyectado el BCE por un billón de euros. De hecho, la rentabilida del bono español a diez ronda el 6%, los mismos niveles que tenía justo cuando la institución que dirige Mario Draghi comenzó a repartir manguerazos por la zona euro. Esto supone que los bancos ya no seguirán comprando masivamente deuda de los países, como ha ocurrido con el caso de los bonos españoles, y han vuelto las tensiones a los mercados de deuda de todos los países europeos, sobre todo los periféricos.
Además, hay que tener en cuenta que la zona euro cerrará el primer trimestre del año en recesión, tras dos trimestres consecutivos de contracción económica del orden de un 0,3%, informa ABC. Además, esta tasa de actividad negativa es aún más acusada en los países del sur de Europa, ya que Portugal se contraerá este año un 3,4%, Italia un 1,3% y España alrededor de un 1,7%. La previsión a estas alturas del año es que la economía del Viejo Continente se vaya estabilizando a medida que avance el año, pero el cálculo es que crezca a un ritmo intertrimestral de un 0,1%.
Y tampoco hay que olvidar que han surgido nuevas dudas en España sobre el coste de sanear la banca, fruto de su sobreexposición al sector inmobiliario. Los 50.000 millones de euros anunciados hace unos meses por el Gobierno podrían no ser finalmente suficientes ya que, sin ir más lejos, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, advirtió ayer que si la economía empeora los bancos españoles podrían necesitar más capital para alcanzar los ratios exigidos por los reguladores europeos.
Y finalmente, el Gobierno español no está recibiendo muchos apoyos por parte de las instituciones europeas ni de otros gobiernos del Viejo Continente a su política de ajustes. Desde la Comisión Europea, el comisario español, Joaquín Almunia, no ha dado ni una palabra de aliento al Gobierno de Madrid, al igual que ha pasado desde el Banco Central Europeo con el representante español, José Manuel González-Páramo. Tampoco han ayudado en nada las palabras de Nicolas Sarkozy, en las que aseguró que si los franceses votaban a la izquierda el país estaría como España.
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