Los mejores vinos llegados de otro mundo

Pocos placeres enganchan como el mundo de la enología. Un universo amplísimo al que hay que dedicar tiempo y pasión para convertirse en todo un experto capaz de elegir los caldos indicados para cada ocasión sin recurrir a medias aritméticas imaginarias entre el precio, lo bonita que sea la etiqueta y el diseño de la botella.
Tanto aquellos que estén iniciándose en el mundo del vino, como los que ya crean que no hay secretos por descubrir en este campo, tienen en los llegados de otros continentes un interesante abanico de nuevas posibilidades. Son los llamados vinos del Nuevo Mundo, que a diferencia de los europeos, se producen en regiones extensas, llanas y climáticamente homogéneas, lo que los hacen más uniformes en su sabor.
El Highwood de Australia, el Cloudy Bay de Nueva Zelanda, el Castilo de Molina Chardonay de Chile, La Celia de Argentina, el Pisano de Urugay y el Lyngrove de Sudáfrica son solo algunos de estos exóticos vinos para cuya elaboración se ha necesitado una experimentación constante con distintos varietales de uvas, técnicas y procesos viticulturales, así como la aplicación de nuevas tecnologías en su elaboración.
¿El resultado? Diferentes filosofías para consumidores con ganas de explorar nuevas experiencias.