Para alimentar el tuétano...
Gin tonic, el trago redondo para paladear sin prisas
25.09.2012
Sigue siendo el líder indiscutible en las coctelerías, terrazas y pubs de moda, el rey de los afterwork... a pesar de que el vodka viene empujando con fuerza. Pero el gin tonic es mucho más que ginebra y tónica. El amplio abanico de destilados y tónicas premium y el sofisticado ritual de su preparación lo han convertido en bebida de culto para los más sibaritas.
Desplazó al whisky y al cubalibre de ron, parece haberse ganado todos los paladares, y ni siquiera la moda del vodka recién llegada de Estados Unidos puede acabar con su reinado. Sigue siendo la bebida más solicitada en los bares de moda.
Si hay un lugar recurrente al hablar de planes para después del trabajo son los gin bars, especializados en este tipo de preparaciones, con sus estantes llenos de todo tipo de ginebras y tónicas premium.
Con lima o limón, con pepino, con bayas de enebro, pomelo, albahaca, frutos negros, incluso con un toque de aceite de oliva... es el cóctel de moda que permite experimentar cualquier combinación y tomarse en distintos momentos del día: como digestivo, como aperitivo, de fiesta o después del trabajo.
Su historia se remonta a finales del siglo XIX. El destilado se originó en Holanda, pero el combinado se creó en Reino Unido, cuando las tropas coloniales inglesas destacadas en la India comenzaron a celebrar sus victorias mezclando ginebra con tónica, que bebían contra el paludismo por su alto nivel de quinina, y con cítricos, ideales contra el escorbuto.
En el siglo XX la Reina Madre de Inglaterra popularizó su consumo diario, y Winston Churchill llegó a decir que este combinado había salvado más vidas de ingleses que todos los médicos del país.
Y es que sin duda, la gran batalla por ejemplo del vodka frente a la ginebra son precisamente sus propiedades para la salud, ya que mezclada con tónica es una bebida muy digestiva y ayuda a la función renal.
Pero ¿cuál es el gin tonic perfecto? La proporción ideal es de 5 cl de ginebra por 20 cl de tónica; el vaso debe ser de boca muy ancha, o copa de balón; los hielos consistentes, que no se diluyan enseguida y estropeen la bebida, y la tónica fina y delicada... Eso sí, la magia está en el sofisticado show de su preparación y debe tomarse con tranquilidad para apreciar los matices tanto del sabor como del aroma.
Dentro de este inmenso mundo de posibilidades, te proponemos la mezcla de London Dry Gin Westenders con la tónica 1724, para los más sibaritas. Seca, elegante y con un toque balsámico, la Westenders destaca por la intensidad de las notas de enebro, y consumida con tónica el resultado es suave, redondo, con un largo final que conviene paladear sin prisas.
La 1724 es una tónica diferente, cien por cien quinina, que recibe su nombre porque se recoge a 1.724 metros de altura en el camino del Inca que une Argentina y México. Además de su imagen rompedora y vanguardista fusiona en su receta aroma de piel de mandarina, delicadas burbujas y un sabor equilibrado y sin aristas.
Y es que, como ha quedado demostrado en la reciente V Edición del Gin Show, el gin tonic no deja de ganar adeptos y sigue habiendo hueco para nuevas propuestas.
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