Una nueva corriente del PSOE propone el contrato único y acabar con el estatus de funcionario
Miguel Sebastián firma un manifiesto, junto a una decena de militantes socialistas, que denuncia el “viraje ideológico” del partido hacia la izquierda.
Miguel Sebastián, exministro de Industria
G.G. / 06-11-2013 • 08:06
El exministro de Industria Miguel Sebastián, junto a una decena de militantes del PSOE, ha aprovechado la inminente celebración de la Conferencia Política de este fin de semana para poner sobre la mesa un paquete de medidas para el futuro del Partido Socialista. En un manifiesto que denunciar el “viraje” hacia la izquierda que ha tomado el PSOE, el que fuera candidato a la alcaldía de Madrid propone establecer un contrato único y acabar con el status de funcionario.
Bajo el lema ‘Socialismo es libertad’, en referencia al título del primer Congreso del PSOE en España tras el exilio, Sebastián y un grupo de militantes y simpatizantes socialistas manifiestan su “preocupación” por el giro “ideológico” que ha dado el partido centrándose únicamente en el electorado de izquierda.
En este manifiesto, el extitular de Industria con Zapatero carga contra la decisión del PSOE “recuperar ciertas raíces 'de izquierda' en lo económico” tras la derrota en las pasadas elecciones generales. “Una ‘vuelta a las esencias”, que no sirve al partido si quiere ser alternativa al Gobierno.
“El PSOE como opción de gobierno no debe limitarse a las ideas de un sector social sino buscar y proponer políticas apoyadas por una mayoría progresista que las comparta”, se asegura en este texto en el que se reclama el liberalismo.
De esta manera, Sebastián y los suyos llaman a “abanderar reformas valientes”. En concreto, propone “cambios en la legislación laboral para acabar con la dualidad laboral entre contratos indefinidos y temporales que afecta sobre todo a los más jóvenes, aumentar nuestra productividad, ganar en seguridad jurídica y avanzar en la protección del desempleo”.
Algo que se resume en que el PSOE debe proponer el contrato único. Una modalidad de contratación que ya ha estado reclamando la CEOE, pero a la que se opone el Gobierno de Mariano Rajoy.
Y es que, esta nueva corriente en las filas socialistas explica “que una reforma del mercado laboral por sí misma no hará que el empleo en España vuelva a crecer en el corto plazo, al menos hasta que haya pasado la recesión económica en la que aún estamos”. De ahí que apuesten por este contrato único.
En su opinión, “ofrece la misma protección media contra el despido que el sistema actual pero que mitigue la dualidad, combinado con otras reformas, deberá sentar la bases para que la economía y el empleo vuelvan a crecer en el medio plazo y dejemos de considerar normales tasas de paro que oscilan entre el 12% y el 20%”.
“El sistema de contrato único con indemnización por despido creciente es un modelo más justo, que defiende la igualdad de oportunidades y que no discrimina a los más vulnerables, particularmente a los jóvenes, en sus condiciones laborales”, insisten en este manifiesto en el que también consideran conveniente “una reformulación de los modelos de negociación laboral en España”.
En concreto, una reformulación, “donde los convenios en el ámbito de empresa, fuera del ámbito de las Pymes, tengan preferencia sobre los sectoriales, que sólo deberían existir a nivel estatal”.
Por último, en términos de empleo también proponen que trabajadores de las empresas con más de 500 empleados posean un tercio de los asientos en el Consejo de Supervisión, el equivalente al Consejo de Administración.
Funcionarios
En cuanto a los empleados públicos, Sebastián llama a “superar” el concepto actual de funcionario. “En aquellos puestos que no justifican una sobreprotección especial para ejercer su función con independencia del poder político, el empleado público debe tener un contrato laboral asimilable al de la empresa privada”, defiende esta corriente del PSOE.
Para este sector, la protección del funcionariado “tiene sentido para los puestos que sirven de contrapoder a los cargos electos; los políticos, a su vez, no deben tener ni poder ni capacidad de influencia en la contratación, despido, promoción o recolocación de empleados públicos”.
De esta manera, piden la aplicación de lo que en Reino Unido llaman ‘public service bargain’. Es decir, “los políticos deben perder la capacidad de despedir y recolocar funcionarios y los funcionarios de medio-alto nivel renunciar a tener una carrera política”. Un sistema que, según estos socialistas, “dificulta el uso partidista de las instituciones por parte del partido en el Gobierno y favorece la eficiencia de las administraciones”.
El exministro de Industria también habla de fiscalidad y cree necesaria una reducción de tipos impositivos en la imposición directa, “tanto para personas físicas como jurídicas, completado con una subida de los mínimos exentos de tributación, una rebaja de la fiscalidad del ahorro y con una eliminación casi total de las desgravaciones fiscales”.
Asimismo, la eliminación del Impuesto del Patrimonio, “altamente injusto e ineficiente”, y que se graven aquellas “actividades que generan externalidades negativas”, tales como la contaminación o consumo de sustancias nocivas para la salud.
En este punto, esta corriente habla del “impuesto eclesiástico”. Es decir, “que cada contribuyente miembro de una confesión religiosa, suma la aportación anual a su iglesia al monto total de pago por IRPF, no se detrae un porcentaje del mismo, como en el modelo actual”. Algo que ya existe en Alemania y en los países escandinavos.
Para terminar con sus medidas fiscales, Sebastián abre la puerta a que todo ciudadano, “por el mero hecho de estar trabajando, tenga derecho a la transferencia de una determinada cantidad de dinero público, que se reduciría progresivamente cuanto mayor sea su sueldo”. Una renta básica de ciudadanía que incentive la participación en el mercado laboral.
Bajo el lema ‘Socialismo es libertad’, en referencia al título del primer Congreso del PSOE en España tras el exilio, Sebastián y un grupo de militantes y simpatizantes socialistas manifiestan su “preocupación” por el giro “ideológico” que ha dado el partido centrándose únicamente en el electorado de izquierda.
En este manifiesto, el extitular de Industria con Zapatero carga contra la decisión del PSOE “recuperar ciertas raíces 'de izquierda' en lo económico” tras la derrota en las pasadas elecciones generales. “Una ‘vuelta a las esencias”, que no sirve al partido si quiere ser alternativa al Gobierno.
“El PSOE como opción de gobierno no debe limitarse a las ideas de un sector social sino buscar y proponer políticas apoyadas por una mayoría progresista que las comparta”, se asegura en este texto en el que se reclama el liberalismo.
De esta manera, Sebastián y los suyos llaman a “abanderar reformas valientes”. En concreto, propone “cambios en la legislación laboral para acabar con la dualidad laboral entre contratos indefinidos y temporales que afecta sobre todo a los más jóvenes, aumentar nuestra productividad, ganar en seguridad jurídica y avanzar en la protección del desempleo”.
Algo que se resume en que el PSOE debe proponer el contrato único. Una modalidad de contratación que ya ha estado reclamando la CEOE, pero a la que se opone el Gobierno de Mariano Rajoy.
Y es que, esta nueva corriente en las filas socialistas explica “que una reforma del mercado laboral por sí misma no hará que el empleo en España vuelva a crecer en el corto plazo, al menos hasta que haya pasado la recesión económica en la que aún estamos”. De ahí que apuesten por este contrato único.
En su opinión, “ofrece la misma protección media contra el despido que el sistema actual pero que mitigue la dualidad, combinado con otras reformas, deberá sentar la bases para que la economía y el empleo vuelvan a crecer en el medio plazo y dejemos de considerar normales tasas de paro que oscilan entre el 12% y el 20%”.
“El sistema de contrato único con indemnización por despido creciente es un modelo más justo, que defiende la igualdad de oportunidades y que no discrimina a los más vulnerables, particularmente a los jóvenes, en sus condiciones laborales”, insisten en este manifiesto en el que también consideran conveniente “una reformulación de los modelos de negociación laboral en España”.
En concreto, una reformulación, “donde los convenios en el ámbito de empresa, fuera del ámbito de las Pymes, tengan preferencia sobre los sectoriales, que sólo deberían existir a nivel estatal”.
Por último, en términos de empleo también proponen que trabajadores de las empresas con más de 500 empleados posean un tercio de los asientos en el Consejo de Supervisión, el equivalente al Consejo de Administración.
Funcionarios
En cuanto a los empleados públicos, Sebastián llama a “superar” el concepto actual de funcionario. “En aquellos puestos que no justifican una sobreprotección especial para ejercer su función con independencia del poder político, el empleado público debe tener un contrato laboral asimilable al de la empresa privada”, defiende esta corriente del PSOE.
Para este sector, la protección del funcionariado “tiene sentido para los puestos que sirven de contrapoder a los cargos electos; los políticos, a su vez, no deben tener ni poder ni capacidad de influencia en la contratación, despido, promoción o recolocación de empleados públicos”.
De esta manera, piden la aplicación de lo que en Reino Unido llaman ‘public service bargain’. Es decir, “los políticos deben perder la capacidad de despedir y recolocar funcionarios y los funcionarios de medio-alto nivel renunciar a tener una carrera política”. Un sistema que, según estos socialistas, “dificulta el uso partidista de las instituciones por parte del partido en el Gobierno y favorece la eficiencia de las administraciones”.
El exministro de Industria también habla de fiscalidad y cree necesaria una reducción de tipos impositivos en la imposición directa, “tanto para personas físicas como jurídicas, completado con una subida de los mínimos exentos de tributación, una rebaja de la fiscalidad del ahorro y con una eliminación casi total de las desgravaciones fiscales”.
Asimismo, la eliminación del Impuesto del Patrimonio, “altamente injusto e ineficiente”, y que se graven aquellas “actividades que generan externalidades negativas”, tales como la contaminación o consumo de sustancias nocivas para la salud.
En este punto, esta corriente habla del “impuesto eclesiástico”. Es decir, “que cada contribuyente miembro de una confesión religiosa, suma la aportación anual a su iglesia al monto total de pago por IRPF, no se detrae un porcentaje del mismo, como en el modelo actual”. Algo que ya existe en Alemania y en los países escandinavos.
Para terminar con sus medidas fiscales, Sebastián abre la puerta a que todo ciudadano, “por el mero hecho de estar trabajando, tenga derecho a la transferencia de una determinada cantidad de dinero público, que se reduciría progresivamente cuanto mayor sea su sueldo”. Una renta básica de ciudadanía que incentive la participación en el mercado laboral.
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