Más morosidad de los préstamos hipotecarios, más ejecuciones hipotecarias
Julio Rodríguez López es miembro de Economistas Frente a la Crisis
El Boletín Estadístico del Banco de España ha publicado el dato relativo a la morosidad de los préstamos bancarios a empresas y hogares en España a 31 de agosto de 2013. La cifra absoluta de créditos morosos ascendió en dicha fecha a 180.673 millones de euros, equivalente al 12,1% de la cartera bancaria de los préstamos citados y al 17,8% del PIB previsto para la economía española en 2013. El volumen de créditos morosos ha continuado creciendo a un ritmo significativo en 2013. Una proporción destacada de dichos créditos morosos corresponde a préstamos ligados al mercado de vivienda y a la construcción.
El traspaso a la Sareb (“banco malo”) de préstamos problemáticos en diciembre de 2012 y febrero de 2013, procedentes de los bancos controlados por el Frob, implicó una reducción del volumen de préstamos morosos próximo a los 30.000 millones de euros entre noviembre de 2012 y febrero de 2013. Sin embargo, desde marzo de 2013 la morosidad volvió a crecer, acelerándose el ritmo de aumento de los préstamos morosos entre dicho mes y agosto.
Dentro de la tasa media de morosidad del 12% existen notables disparidades entre las diferentes actividades productivas, como lo confirman las cifras sectoriales de 30 de junio del presente ejercicio, también procedentes del Banco de España. El nivel mayor de morosidad correspondió a los préstamos destinados a “actividades inmobiliarias” (31,1%) y a la construcción (29%). También era elevada la tasa correspondiente a Hostelería (19,8%), Comercio y Reparaciones (13,1%), Agricultura –Ganadería-Pesca (11,8%) y a Industria (11,4%).
La morosidad de los créditos a hogares es más reducida que la relativa a las actividades productivas. Así, en el caso de los préstamos para compra y rehabilitación de viviendas la tasa de morosidad en junio era del 5,2%. Sin embargo, dado el elevado volumen de los créditos para compra y rehabilitación de viviendas, la reducida tasa de morosidad citada encubre un volumen de créditos morosos de 31.916 millones de euros.
La suma de los créditos morosos ligados a la promoción, construcción y compra de vivienda suponía el 87,4% de todos los créditos morosos a 30.6.2013. La morosidad real de dichos préstamos es aún mayor, puesto que es importante el volumen de créditos morosos a promotor que se han transformado en activos inmobiliarios en poder de los bancos y de Sareb. Las daciones en pago han funcionado plenamente en el caso de la promoción de viviendas.
La persistencia de un crecimiento significativo de los créditos a comprador de vivienda en situación de morosidad supone un potencial importante de aumento de los procedimientos de ejecución hipotecaria. La estadística del Consejo General del Poder Judicial revela que en el primer semestre de 2013 descendieron en un 13,4% los procedimientos presentados en los juzgados sobre el año precedente, aunque el total anual se puede aproximar a los 80.000 en 2013. Dichos procedimientos se refieren no solo a viviendas, habituales y secundarias, sino también a otros tipos de inmuebles.
Las estimaciones puntuales realizadas para 2012 por parte del Colegio General de Registradores y del Banco de España indican que en dicho año las viviendas habituales adjudicadas por los bancos superaron las 30.000 viviendas, aunque las adjudicaciones mediante ejecuciones judiciales fueron la mitad del total.
Respecto de la problemática de las ejecuciones hipotecarias a deudores insolventes, con las que trata la Ley 1/2013 “de medidas para reforzar a los deudores hipotecarios, reestructuración de deuda y alquiler social”, no se ha modificado sustancialmente la situación de los deudores hipotecarios en España tras la aprobación de la ley citada, a pesar de las mayores garantías jurídicas establecidas. Además de perder la vivienda, tales deudores pueden continuar endeudados durante mucho tiempo con la entidad prestamista.
El último Informe periódico de julio de 2013 sobre la economía española del Fondo Monetario Internacional incluye un conjunto de sugerencias sobre el tratamiento de las insolvencias en España y sobre la necesidad de reformar el mismo, introduciendo en el futuro un régimen de insolvencia personal con una “nueva oportunidad”. Dicha crítica se une a la que al inicio del verano de 2013 realizó en la misma línea el Banco Central Europeo. Lo más destacable es que ambos organismos internacionales no consideran óptimo el tratamiento que en la nueva ley se le da a los préstamos hipotecarios morosos a comprador de vivienda.
El persistente aumento de la morosidad de los préstamos bancarios en España a lo largo de 2013 está un tanto reñido, pues, con el supuesto “fin de la recesión” que se anuncia con profusión por estos días. El PIB desestacionalizado a crecido en una décima en dicho trimestre, según el Banco de España, pero el empleo total, estimado por la EPA del INE, ha retrocedido en un 0,46% en el mismo periodo de tiempo.
El incremento de la morosidad a lo largo de 2013 revela una realidad problemática en empresas y en hogares. La morosidad bancaria es un buen indicador cíclico, por lo que la continuidad del aumento de la misma no resulta coherente con los abundantes anuncios del fin de la recesión.
Por otra parte, la mayor morosidad anuncia más y más procedimientos de ejecución hipotecaria asociados con el impago creciente de los préstamos hipotecarios con los que se adquirió una vivienda. El panorama de la morosidad queda todavía lejano del escenario de recuperación que se anticipa y los cambios legales introducidos no han permitido, pues, que el problema se atenúe de forma sustancial.
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