El keniano Geoffrey Mutai se impuso en la maratón de Nueva York, una prueba especial por muchos motivos. El más emotivo fue la despedida de Chema Martínez del atletismo al más alto nivel. El corredor español decidió poner punto final a su carrera a los 42 años en la prueba más multitudinaria del mundo, pero que este año fue especialmente vigilada por la autoridades. El miedo a que se repitiera una tragedia similar a la ocurrida tras el atentado de Boston del pasado mes de abril que se cobró tres víctimas, provocó que se multiplicaran las medidas de seguridad: cámaras de vigilancia, policías, helicópteros y perros rastreadores marcaron la tónica de la carrera.
Después de haber disputado 23 maratones a lo largo de su carrera, Chema Martínez decidió dejar el atletismo de elite en Nueva York. El español disputó su última carrera con un registro discreto al acabar trogésimo primero, pero nada malo para su diltada carrera: con un tiempo de 2 horas 28 minutos y 21 segundos quedó muy lejos de Mutai, que llegó primero a la meta de Central Park con 2:08:24, aunque no pudo batir su propio récord de esta prueba, que estableció hace dos años en 2:05:06. El español puso un digno final a su carrera en una prueba marcada por las amplias medidas de seguridad. La policía, tanto uniformada como secreta, vigiló cada centímetro para impedir una nueva masacre.
El español disputó una carrera que no olvidará jamás: "Me siento satisfecho por haber dado todo lo que tenía hasta el último metro. 42.195 metros para recordar, inolvidables", aseguró a través de Twitter. A pesar de no haber acabado entre los puestos cabeceros de la prueba, el atleta español se mostró muy feliz por despedirse en una cita tan importante: "Ha sido un día de esos malos de viento y frío. Muchas felicidades a todos los valientes que han estado aquí. A pesar de todo estoy feliz de haber vivido esta experiencia. No he pensado, he corrido, y la carrera me ha puesto en su lugar", señaló.
A lo largo del recorrido del maratón se ubicaron cien cámaras móviles de vigilancia que la policía de Nueva York compró para la ocasión tras el atentado de Boston y que se añadieron a los centenares de agentes desplegados, a los perros rastreadores, a los helicópteros que sobrevolaron la ciudad y a los barcos policiales que vigilaron desde los ríos. Además, se registró a todos los corredores, a todos los aficionados que se acercaron a ver la prueba, se vigilaron todas las zonas susceptibles de esconder un explosivo y se montó un dispositivo especial en la línea de meta para los familiares de los atletas que se acercaron allí.
En lo puramente deportivo, tras Mutai llegó en segundo lugar el etíopeTsegaye Kebede, vencedor del maratón de Londres, que entró en meta 51 segundos después, mientras que el tercer lugar fue para el surafricanoLusapho April (2:09:45, a 1.21). Mutai formó parte siempre del grupo de cabeza, del que se separó en el último cuarto de la prueba junto con su compatriota Stanley Biwott, a quien dejó en los últimos kilómetros para entrar en solitario en el tramo final de Central Park. Algunos minutos más tarde entró en meta Chema Martínez, un atleta que nunca olvidara su llegada a meta en Central Park, la última carrera de un hombre que ha vivido para correr.