domingo, 3 de mayo de 2015

Se vá un mito de la Danza...

Maya Plisetskaya, adiós a un mito de la danza

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Maya Plisetskaya, en 2012 en Francia, donde fue condecorada con la Legión de Honor. / AFP
  • La bailarina hispano rusa que dirigió el Ballet Clásico Nacional de España falleció a los 89 años en Múnich a causa de un infarto

Es un mito, un icono, un símbolo de la danza clásica que desata admiración universal. La bailarina hispano rusa Maya Plisetskaya falleció ayer en Múnich a causa de un infarto a los 89 años, dejando un legado de elegancia escénica difícil de olvidar y superar. Plisetskaya, nacida en Moscú el 20 de noviembre de 1925, considerada una de las más importantes bailarinas del siglo XX, fue primera bailarina del Ballet Bolshoi de Moscú y directora del Ballet Clásico Nacional de España.
Su fuerte carácter, una energía inusual y el rechazo de las convenciones academicistas en el ballet hicieron de ella un mito de la escena. Esta 'prima donna' del ballet participó en la evolución y en los más importantes cambios coreográficos e interpretativos de la danza.
Hija de artistas relacionados con el teatro lírico y la danza -su madre era actriz dramática y estrella del cine mudo-, comenzó a bailar a los tres años. En 1934 ingresó en la escuela de danza de Moscú, donde estudió con Elizabeta Gerdt, y en 1941 entró a formar parte del Teatro Bolshoi. Tras graduarse, debutó profesionalmente en 1944 y un año después ya actuó como solista del Bolshoi. Años más tarde, en 1948, pasó a ser bailarina titular tras sustituir a Galina Ulanova en 'El lago de los cisnes'.
Como artista se inventó a sí misma y se la reconoce como fundadora de su propio estilo en la danza, nombrado «gráfico» por la precisión y belleza de los movimientos. Se hizo mundialmente famosa con sus interpretaciones de 'El cisne', con música de Saint-Saens y coreografía de Mijaíl Fokin, y 'El lago de los cisnes', de Piotr Chaikovski. Una de sus intervenciones más notables fue 'Carmen', con música de Bizet-Schedrin, estrenada en 1967 y presentada con éxito en España en 1983.
En 1972 asumió por primera vez la labor del director escénico y fue la coreógrafa de su personaje, Anna Karenina, la novela homónima de León Tolstoi, sobre una partitura de su marido, el compositor Rodión Schedrín. Luego, junto con él puso en escena obras de la talla de 'Carmen', 'La Gaviota' y 'La dama con el perro'.
Grácil, enigmática y arrolladora, durante la época comunista, fue una de las pocas estrellas a las que las autoridades de la Unión Soviética permitían actuar en el extranjero para hacer «propaganda del arte soviético». En septiembre de 1983 viajó con el Bolshoi por primera vez a España y en 1987 aceptó la dirección del Ballet Clásico Nacional de España.
Durante su etapa al frente del ballet nacional, representó obras como 'María Estuardo' y permaneció en el puesto hasta 1990, en que fue sustituida por el español Nacho Duato. Desde entonces comenzó a colaborar con diferentes ballets e impartir clases magistrales. En 1994 fundó el Ballet Imperial y bajo su dirección se representó 'Danza rusa', 'Silfide' y 'Gopak'.
Fue distinguida con la medalla de oro de las Bellas Artes en 1991, con la Orden al Mérito de Rusia en 2000 y con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2005. En los últimos años se había dedicado con mayor profusión a impartir clases y recibir homenajes, con excepcionales actuaciones.

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